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En año difícil... habrá porcentajes de preñez mejores a los esperados

En muchos casos, aún aplicando tecnología, no se logró lo deseado. En otros se preñó más del 80% del rodeo

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Pablo Antúnez

Los resultados de los primeros diagnósticos de gestación en el rodeo bovino son alentadores y parece ser que no será un año tan malo en cuanto a producción de terneros. Al menos no habrá preñeces tan desastrosas como se esperaba, porque buena parte de la ganadería sufrió los efectos del déficit hídrico y no todas las zonas pudieron recuperarse.

El común denominador es un rodeo dividido en dos en cuanto a preñeces. Por un lado, están los lotes de vacas que se preñaron temprano, donde los resultados son muy alentadores, pero pertenecen a productores que aplicaron tecnologías para asegurarse los terneros y tuvieron mejor régimen de lluvias. Esas preñeces serán más caras, sumándose un año más con esta realidad.

En el otro extremo, están los rodeos que se preñaron más tarde, porque el productor decidió alargar los entores por varias semanas, incluso hasta mediados de marzo. También hay casos donde el anestro fue más grave, porque los ganados lograron mejorar su condición corporal sobre el final del servicio. Incluso, eso permitió que en muchos establecimientos se agregaran más vientres. La consecuencia será: pariciones tardías y terneradas más chicas. A Su vez, dentro de una misma zona, no todos los predios muestran la misma realidad.

Las vaquillonas y los ganados servidos temprano están mostrando resultados por encima del 80%, pero este promedio por zona bajará en la medida que se vayan incorporando rodeos donde no se aplicó tanta tecnología y hay resultados más magros.

Norte. En el norte del país, especialmente en el litoral, los resultados son “alentadores”. Uno de los referentes en esa zona es el Dr. Guillermo De Nava, especialista en la cría con larga experiencia que lleva más de 5.600 vacas testeadas y está con un resultado promedio de 86% (tomando siete rodeos testeados).

“Son siete establecimientos de Artigas, Salto y Paysandú, donde el verano fue mejor que en los departamentos del centro y este del país”, explicó De Nava. También, basándose en su experiencia, aclaró que la incidencia del anestro (falta de celo) tuvo mayor nivel en Tacuarembó y Cerro Largo comparando con el litoral.

De Nava también recordó que estos resultados se están viendo en rodeos bien manejados, pero aun así, se está notando que hay “tres puntos porcentuales por debajo al comparar esos mismos rodeos con los resultados del año pasado”. De cualquier manera, en muchos casos, son vacas que parieron en mal estado en la primavera 2020, pasaron luego por un invierno riguroso, volvieron a enfrentar una primavera atrasada y las lluvias las ayudaron a recuperarse, pero “hubo vacas que no le dio para sobreponerse al anestro, ovular y estar receptivas a los toros”.

Al igual que sus demás colegas, De Nava dijo que en lo sanitario se están viendo empujes de enfermedades asociadas a la garrapata, como tristeza parasitaria e incluso mortandades puntuales de ganado.

Baja. A su vez, desde el centro del país, el veterinario y productor Santiago Bordaberry dijo que en líneas generales los porcentajes de preñez “están un poco más bajos que otros años”, excepto en productores que tuvieron oportunidad de tomar medidas de manejo radicales, como es el caso de destetes completos. “En esos casos los resultados son buenos”, aclaró Bordaberry.

Durazno está en una zona intermedia entre la realidad que le tocó vivir a los rodeos del sureste y los del norte del país, pero de todos modos, se alternan predios mejores y peores, según las zonas del departamento. “En flores y zonas circundantes todavía hay una seca que solucionar, con cultivos que rindieron muy poco”, recordó el profesional.

Entores. La gente que tiene servicios más tardíos, con en zonas de campos más estivales, que retira los toros un poco más tarde como a fines de febrero, “tuvo mejores resultados sobre el final, porque logró algunos celos que fueron producto de las lluvias de enero”, destacó el Dr. Bordaberry.

En cambio, algunas zonas de basalto donde el entore se tiene que terminar en enero, “no tuvieron esos beneficios, por eso hay situaciones y resultados muy diversos”. Hubo productores que se jugaron a las tecnologías para preñar y no lograron resultados tan buenos como cuando se aplica esa medida en un año sin seca.

Sorpresa. Mientras tanto, el Dr. Pablo Marinho, otro referente para la cría en Cerro Largo, Treinta y Tres y zonas aledañas, dijo estarse llevando una grata sorpresa en las ecografías.

“Quizás son datos de los primeros predios donde los productores tomaron medidas. Ahí los resultados vienen bien, son satisfactorios y causan asombro”, explicó. Sabe que la curva de preñeces empezará a bajar, al igual que en otras zonas, en la medida que se vayan incorporando a los diagnósticos a los predios que no aplicaron tanta tecnología para asegurarse los procreos.

Marinho agregó que en los departamentos donde está realizando sus diagnósticos y cuando lleva un tercio de los rodeos que habitualmente revisa (más de 12.000 vacas), el rodeo de cría recuperó condición corporal. “Se ven buenas terneradas, sanas y con buenos pesos”, afirmó. “Los destetes y las tablillas respondieron y los vaquillonajes están con buena preñez”, dijo Marinho.

Por otro lado, el Dr. Alejandro Saravia, técnico del Instituto Plan Agropecuario explicó que “no hay pecado en dejar más los toros”. Esos productores pueden salir a vender vacas preñadas en mayo o junio y generar un valor agregado. Esa misma vaca fallada tenía menos valor. El productor va tomando decisiones según cada predio y cada bolsillo, aclaró el técnico del Instituto Plan Agropecuario.

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