La Asociación Rural del Uruguay (ARU) continúa reafirmando su compromiso con el medio rural, destacando el esfuerzo y la dedicación de quienes hacen del campo su vida. En este espíritu, durante la ceremonia de apertura de la Expo Rural Prado, se otorgaron los premios denominados "Las Rurales", un reconocimiento al trabajo incansable de las mujeres que, con esfuerzo y compromiso, dirigen empresas agropecuarias y contribuyen a un Uruguay mejor.
Estos premios, más que una biografía de sus logros, buscan visibilizar la realidad cotidiana de estas mujeres, muchas de ellas madres y esposas que, además de llevar adelante el hogar y la educación de sus hijos, eligen vivir en el medio rural, convencidas de que es el lugar donde pueden desarrollar su vocación o mantener la tradición familiar. Para estas mujeres, cuidar el país significa transmitir valores y generar vida, asegurando la continuidad de la cultura rural.
Durante la ceremonia, se presentó el caso de Felipa Muriel, una productora del departamento de Cerro Largo. Nacida en 1941, ha dedicado más de 40 años a la producción de leche en su pequeño establecimiento en un paraje cerca de Melo. Con jornadas que comenzaban a las tres de la mañana, Felipa se ocupaba de llevar los tarros de leche de su pequeña empresa y los de otros productores hasta la carretera, donde pasaba el camión recolector. A sus más de 80 años, Felipa visitó por primera vez la Expo Prado, representando a todas las mujeres rurales que, como ella, llevan décadas de esfuerzo en el campo.
El segundo reconocimiento de la jornada fue para Alicia González, nacida en el paraje Las Nutrias, Canelones. Alicia se casó a los 17 años y, desde entonces, ha estado vinculada al desarrollo de proyectos de producción orgánica y la conservación de alimentos. Ha viajado a ferias internacionales y es parte de una cooperativa agraria, donde continúa promoviendo la participación de mujeres rurales en distintas áreas. Alicia dedicó su premio a todas las mujeres rurales y, en especial, a su madre, Doña Alicia González, una poetisa del campo.
La tercera homenajeada fue Beatriz Methol de Manini Ríos, una mujer que ha dedicado su vida al desarrollo empresarial y social en el medio rural. Nacida en el departamento de Soriano, Beatriz ha liderado durante 50 años junto a su esposo Hugo Manini Ríos, con quien compartió la gestión de un establecimiento arrocero en la cuenca de la Laguna Merín. Además de su labor empresarial, Beatriz ha presidido el Servicio de Ayuda Rural del Uruguay (SARU) por más de 20 años, apoyando la educación y el desarrollo de niños y jóvenes rurales. Beatriz destacó la importancia de la fe, el trabajo y los valores que el campo enseña, recordando que el desafío constante en el medio rural es la lucha diaria contra las inclemencias del clima, lo que ella describió como "una empresa sin techo".
En estas historias, la ARU encuentra los pilares que sustentan al país y a su cultura rural. Las homenajeadas de esta edición de "Las Rurales" representan a todas las mujeres del campo, que, con esfuerzo y dedicación, continúan contribuyendo al desarrollo y la continuidad de los valores que han cimentado la vida rural en Uruguay.
Este año, la ARU otorgó un reconocimiento especial a una figura emblemática del sector. Aunque aún no se ha bautizado este galardón, se trata de un homenaje a la dedicación y trayectoria de uno de sus más ilustres miembros: Beltrán Aguerre. Este reconocimiento no solo honra a una persona, sino que simboliza el agradecimiento hacia generaciones de productores que, como Aguerre, han sido la columna vertebral de la Asociación.
Beltrán Aguerre, bisnieto de Juan, nieto de Bernardo, hijo de Arturo y hermano de Graciela, Gladys, Cirno y Marta, proviene de una familia profundamente arraigada en el campo uruguayo. Padre de José María, Walter, Patricio y Fernando, y abuelo de Antonio, Cecilia, José Ignacio, Natalia, María Pia, además de bisabuelo de Lorenzo, Lucía, Nachito, Jocelyn y Martín Antonio, su legado familiar se entrelaza con la historia del Arazá, un establecimiento ganadero fundado en 1932 que ha sido clave en la introducción del merino australiano y el pol merino australiano en el país.
Aguerre dedicó gran parte de su vida a la ARU y a la Sociedad de Criadores de Merino Australiano, participando activamente en congresos internacionales y contribuyendo al desarrollo de la raza. A sus 92 años, sigue siendo un referente en el gremio, fiel asistente del Prado, donde solo ha faltado en dos ocasiones: en 1957, con el nacimiento de su primer hijo, y en 2018, cuando una lesión le impidió asistir.
Durante su discurso de agradecimiento, Aguerre no solo compartió anécdotas personales de sus años en el campo y su estrecha relación con la ARU, sino que también envió un mensaje a las nuevas generaciones: “Se puede, a los 92 años, seguir siendo una persona activa, pensante y trabajadora”. Destacó el valor del trabajo en el campo y expresó su preocupación por el futuro del sector en Uruguay, abogando por la importancia de revalorizar la labor agropecuaria en el desarrollo del país.
Este reconocimiento a Beltrán Aguerre, más allá de su nombre, es un tributo a su vida, su legado y su incansable dedicación al campo uruguayo, inspirando a productores y familias a seguir su ejemplo de perseverancia y compromiso.