Campos: ¿cómo está el mercado y cuáles son las proyecciones para 2022?
Alejandro Zambrano, director de Zambrano & Cía
1. El 2021 fue un buen año. Al igual los últimos meses de 2020 se mantuvo y confirmó un dinamismo con una cantidad de negocios (Compraventas y Arrendamientos) importante durante todo el año. Aún en ese dinamismo, los negocios que se concretaron fueron con la calculadora en la mano y bien estudiados definiéndose en el caso de las ventas, campos que estaban en el mercado hace un buen rato.
Algo interesante es que la mayoría de las operaciones de los últimos tiempos se ha dado por parte de uruguayos o por extranjeros, pero que ya tenían explotaciones agropecuarias en Uruguay. Eso tiene un especial valor ya que los que están en una actividad son los que primero identifican las oportunidades, así que para mí eso es lo que define el mercado actual: de muchas oportunidades.
Para alguien fuera del sector los buenos precios que recibieron casi todas las actividades para sus producciones, quizás la excepción sea la lana, daba para pensar que los precios de la tierra iban a acompañar con subas de igual magnitud y eso no ocurrió, si no que más bien fue un año de fijar referencias de precios, en un mercado que no las tenía.
2. Todo estaría dado para que el 2022 sea un buen año desde el punto de vista de la cantidad de negocios, aunque por lo menos al principio del mismo no debería haber un gran salto de precios. Quienes compran un campo como unidad productiva y buscan rentabilidad tiene poco margen, más si se espera una nueva suba de los costos de producción. Habrá que ver qué pasa con los commodities, de buena perspectiva, pero con algunos desafíos por delante como el resurgir de la pandemia, los problemas logísticos y sobre todo el desafío que suponen todas las medidas para controlar el calentamiento global.
Dicho esto, tenemos que ver qué pasa con el cliente que mira más allá de la rentabilidad; me refiero a quienes prefieren tener su patrimonio en tierras productivas, que es lo más seguro que hay.
En esta era de tasas muy bajas a partir de una nueva realidad económica de emisión, se hace muy difícil encontrar dónde colocar los ahorros y la tierra productiva se presenta como una gran oportunidad, no solo porque no hay más de la que hay, sino porque con el correr del tiempo hay cada vez menos ya que el crecimiento urbano va en demérito de las áreas productivas. Súmale que estamos en casi 8 mil millones de comensales.
Si a eso le agregamos la imagen, fortalecida estos últimos dos años, de Uruguay como país serio y seguro, entonces si creo en que en algún momento del año los precios se van a mover, dejando de hacerle caso a la calculadora.