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Futuro de los Criollos asegurado

Siete jinetes representaron a Uruguay en el Freno de Oro Joven y subieron al podio de la pasión

Felipe Banchero, no sólo fue Freno de Plata en su categoría, sino también el “jinete destaque” de la competencia realizada en Esteio, Brasil, con 126 competidores en pistas.
Felipe Banchero, no sólo fue Freno de Plata en su categoría, sino también el “jinete destaque” de la competencia realizada en Esteio, Brasil, con 126 competidores en pistas.

Julieta, Gerónimo, Juan Cruz, Paulina, Felipe B, Felipe y Guzmán se lucieron con sus Criollos en las pistas de Esteio e hicieron vibrar a un país que estuvo alentando cada participación, disfrutando de ver que la raza tiene futuro, que hay jinetes “pa´rato” y que el caballo sigue siendo excusa y motivo de encuentros y experiencias.

Seguro es el sueño de miles que aman los Criollos y llevan la pasión en las venas, pero ver cumplir los sueños muchas veces paraliza, obliga a frenar y mirar desde otra perspectiva, deja lugar a algunas inseguridades. Ese mágico combo de sensaciones invadía el cuerpo de los siete jóvenes uruguayos que fueron a representar al país en la Final del Freno Joven.

La expectativa. Del 21 al 23 de octubre, en Esteio, Brasil, donde compiten las grandes ligas y disputan el Freno de Oro, se realizó la Final del Freno Joven con un total de 126 jóvenes de Uruguay y Brasil que participaron en las diferentes categorías buscando destacarse y demostrar sus habilidades en las diferentes pruebas.

Las categorías fueron: Infantil Femenino A donde participó Julieta Nin por Uruguay, Infantil Masculino A, Infantil Femenino B, Infantil Masculino B donde participaron Guzmán García, Juan Cruz Etchevers y Felipe de la Fuente, Juvenil Femenino B donde participó Paulina Sosa, Juvenil Masculino donde participó Gerónimo Scremini, Junior Femenino y Junior Masculino donde participó Felipe Banchero.

Quizá suene a “cliché” pero no lo es. Los premios hasta son un anecdotario porque lo vivido por la delegación en estos días tiene una intensidad e importancia que trasciende cualquier trofeo y que, sin temor a equivocarme, los marcará para siempre, pues no hay mejor escuela que “la pista, compartida”.

Los logros. A pesar de esto hubo varias conquistas trascendentes para Uruguay en esta Final del Freno Joven. Felipe Banchero obtuvo el Freno de Plata en su categoría, igual que Julieta Nin en su categoría y Paulina Sosa obtuvo el Freno de Alpaca en la Juvenil. Pero no solo esto, también se hicieron de varios reconocimientos especiales en las diferentes categorías demostrando la clase y el futuro de los jinetes de nuestro país.

Julieta Nin fue premiada por mejor Andadura y mejor Bayard. Paulina Sosa se llevó el reconocimiento de su categoría a la mejor Bayard, mejor vuelta sobre las patas y mejor parada. Guzmán García fue premiado por ser la mejor prueba de Andaduras de la categoría Infantil Masculino B y Gerónimo Scremini fue reconocido por el premio a la mejor Figura y mejor Manguera. Felipe Banchero fue denominado Jinete Destaque y también reconocido por la prueba de Andaduras y la mejor prueba Bayard.

Las emociones. Si los galardones no fuesen suficientes, las emociones también hacen lo suyo y tienen mucho que ver en esta experiencia. “Estoy muy feliz de haber podido competir en el Freno Joven que es una de las experiencias más importantes previa al Freno de Oro” decía Guzmán García. Gerónimo por su parte mencionó que “fue una experiencia muy linda que se vivió con mucha ilusión y ansiedad. Nunca había imaginado llegar a estar en una instancia tan importante”.

Pero vaya si será una experiencia para capitalizar, y retener en la memoria. Otra cultura, otro país, un viaje, cientos de caballos, miles de personas, otros tantos gurises con los mismos nervios y ganas. Para estos pequeños amantes del caballo era como estar en Disney, aprendiendo en cada rayada, en cada nota levantada por el jurado, en cada segundo transcurrido en la pre-pista.

Algunos lo vivieron con nervios y vergüenza, como contó Julieta. Otros con mucha ansiedad como Guzmán y Felipe de la Fuente. Los más grandes, Paulina y Felipe, pudieron vivirlo desde la serenidad y la confianza en el entrenamiento previo y sus caballos. Lo que seguro fue el común denominador es el disfrute del entorno y todo lo que se generó en torno a la prueba.

Cada participante vivió cada etapa de manera diferente, según la dificultad que implicaba para cada uno. Julieta dijo con mucha firmeza que lo más difícil para ella fue la rayada y la manguera. “Tenía miedo de errar el recorrido” confesó Guzmán y Gerónimo coincidió en este sentido. Sin embargo, para Juan Cruz su mayor temor era entrar por primera vez a la pista y estar compitiendo en otro país. Felipe Banchero mencionó que intentó estar siempre tranquilo pero lo más difícil fue sostener esa serenidad en las instancias finales de la prueba donde “cualquier error podía costar caro” porque eran etapas decisivas. Paulina compartió ese sentir y dijo que intentó ser cuidadosa y evitar errores.

De las pistas también sucedían cosas y los gurises vivieron instancias que nunca van a olvidar, con certeza. “Lo mejor de estos días fue que conocimos mucha gente y sobre todo a los mejores jinetes del freno de oro que estaban ahí como Zeca, Ricardiño, Dudu y otros más. Haber estado en el mismo lugar donde corren todo esos cracks” comentó emocionado Gerónimo.

El orgullo. Se dieron diferentes instancias de confraternización con los locatarios. Hubo tiempo para el fútbol y el tenis, para las charlas y los fogones y todo eso hace de esta una experiencia increíble. Felipe de la Fuente dijo que lo mejor fue “pasar el tiempo con mi familia y amigos y haber disfrutado un viaje, andar a caballo en otro país y además ir haciendo otros amigos allá”.

En la vida hay que hacer que las cosas sucedan, pelearlas y también mover fichas y una de las personas claves en este proceso, en conseguir los cupos y organizar toda esta movida fue Andrea Munho. Fueron días intensos sin dudas porque ella vivió cada prueba como instancia clasificatoria, cada podio y cada jornada de preparativos que tuvo su broche de oro con la participación en Brasil y lo vivido. “Fue una emoción imponente, una cosa inolvidable, estoy muy orgullosa de toda esa gurisada divina que brilló enormemente”, confesó Munho.

¡Salú botijas! Que cada uno de estos días perdure en sus memorias siempre y los acompañe, dejando muestras de que, aunque sientan miedo igual hay que arriesgarse. Salú también a la delegación de adultos que acompañó cada paso, impulsó, dio serenidad y seguridad y sobre todo creyó en la importancia de perseguir sueños.

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