Los últimos seis meses han sido sin dudas los más complejos para los fondos de inversión en ganadería en el país, aunque a muchos les hace ruido la palabra “inversión”, y prefieren que simplemente sean denominados fondos ganaderos. Pero en concreto, esto, que arrancó con Grupo Larrarte, aumentó en escala con República Ganadera, parece haber tocado su punto más crítico con Conexión Ganadera, la empresa que se creó en el 1999, y al día de hoy debe unos US$ 230 millones (más menos 30).
La información sobre Conexión Ganadera empezó a circular hace más de unas semanas, y a las pocas horas se dio una reunión entre uno de los directores de la empresa, Pablo Carrasco, con los cien principales inversores. Las noticias post reunión no fueron para nada alentadoras, y mucho menos cuando el jueves 23 , a pocos minutos que empezara, se suspendió el encuentro virtual que estaba pactado con el resto de los inversionistas.
Finalmente el martes 28, se llevó adelante el encuentro vía streaming entre Pablo Carrasco y el resto de los inversores, que forman parte de un universo de 4.200. La atención del tema quedó de manifiesto en que durante la reunión que duró 90 minutos, nunca bajó de 5.000 personas conectadas.
El director de la empresa, Pablo Carrasco señaló que quería “poner la cara, no me voy a ningún lado, eso seguro, porque soy el 50% de Conexión Ganadera. Con una responsabilidad asumida sin importar cuál era mi tarea en la empresa”.
El director de Conexión Ganadera asumió la “responsabilidad frente a los inversores y la Justicia”, además reconoció su culpa por “negligencia y omisión de cosas que hicimos mal”. Y recordó: “con mi socio (Gustavo Basso), tuvimos un acuerdo tácito durante 25 años que yo era el hombre del terreno, de campos que crecieron hasta 75.000 hectáreas y me demandaron mucho de mi tiempo, como armar una marca de carne. Todo eso es lo que yo sé y sabía hacer. Él tenia una habilidad comercial indiscutible y el manejo de las finanzas al punto que a mi no me interesaba demasiado, sabía que estaba en buenas manos. Ni siquiera tenía el acceso al día de hoy a ninguna cuenta de Conexión Ganadera”.
En referencia a las posibilidades de salida, el director de la empresa afirmó que “se puede salir de este negocio de maneras diferentes”, en este sentido detalló que “un gran remate de nuestra ganadería implicaría millones de dólares en pérdidas”; por eso “una liquidación inteligente evitaría esas pérdidas. Estoy hablando de vender cada animal en su mejor momento”, aseguró.
Por otro lado, Carrasco dijo que “otra posibilidad más remota y que estaba en los planes de la empresa es que hoy tiene su mayor valor por tener todos los eslabones de su cadena y eso pueda interesar a un socio integrarse que necesite 20 mil toneladas de carne por año o 2 millones de toneladas de carbono secuestrado”.
LOS NÚMEROS PRESENTADOS. El Cr. Ricardo Giovio, asesor de empresas que se encuentran estrés financiero, realizó una presentación sobre la realidad económica de la empresa, con la cual fue muy duro, haciendo referencia a que “se trata de un esquema Ponzi, o directamente de que fue una timba lo que se hizo con las inversiones”. Aclaró que las cifras son “basadas en afirmaciones de la dirección de la propia empresa”, pues son cifras “no auditadas”. Y que “incluye activos de CG, así como también otros a nombre de Gustavo Basso”.
Sobre el activo que posee el fondo ganadero, hay créditos con los frigoríficos de US$ 45 millones: en el desglose 27.7 corresponden a Fricassa (desde la firma se asegura que es de 25.5), 15.7 a Bamidal y 1.9 a Solís Meat.
El activo también se compone por campos, cerca de 2.000 hectáreas distribuidas entre Río Negro y Rocha, que conforman unos US$ 12.7 millones. A esto se le suma lo existente en ganado, según se informó son unas 120.000 cabezas, que representan US$ 100 millones.
El pasivo de Conexión Ganadera es el que hace que el panorama sea poco auspicioso: se trata de una cifra cercana a los US$ 384 millones, los que corresponden a un universo total de 4.200 inversores, donde se estima que 570 de ellos concentran un 50% del pasivo, al tiempo que en 1.510, hay un total del 75%.
Esto marca un déficit patrimonial entre activo y pasivo de US$ 230 millones. El profesional aclaró que esto no es una auditoría contable, por lo cual puede haber una diferencia de más menos US$ 30 millones.
La situación del déficit puede mejorar en la medida que aparezcan activos no incluidos al día de hoy. Esto podría existir debido a la no verificación de los mismos o la mala calidad de la información.
Sobre ¿dónde está el dinero que se perdió? El Cr. Giovio aseguró que si la inversión fuera rentable, “se trataría de apropiación indebida”. Dijo que en un negocio no rentable como también podría ser el de Conexión Ganadera, “hay pérdidas seguras y por montos significativos. Puede haber habido un manejo discrecional, incorporando activos que no sean ganado y no estén declarados”. Para este sentido también se está investigando precisamente la apropiación indebida.
La salida, según Giovio, seguramente sea en 2 pasos: concurso necesario y salida en convenio privado. El primero podría ser la antesala del segundo. Hay que acreditar frente a síndico voluntad mayoritaria de los inversores.
“El mejor escenario global frente al concurso de liquidación es la salida privada, concurso sería herramienta previa, pero es clave resolver de quién es la propiedad del ganado”, dijo el especialista.
Giovio aconsejó que el escenario más favorable, es que se vaya a concurso, sea voluntario o necesario (ya fue pedido horas después de la presentación).
FRICASSA. La planta sanducera Casa Blanca, es una de las tres industrias que figura dentro del activo de Conexión Ganadera, debido a la deuda que mantiene con el fondo ganadero, la misma asciende a US$ 25.5 millones, según informó Carlos Fuidio, gerente del frigorífico.
Esta deuda se ha generado a lo largo de los últimos 20 años, pero la intención de Casa Blanca es hacerle frente a la misma. Fuidio señaló que la planta no trabaja con bancos y que la relación con Basso permitió financiar momentos difíciles, propios de la industria, así como algunas inversiones. “Ese es el único pasivo que tenemos ahí”, puntualizó.
El propio Fuidio negó que Gustavo Basso fuera accionista dentro del frigorífico sanducero.
DIMENSIONES. Un déficit patrimonial de US$ 230 millones, llevado a unidades ganaderas, y tomando un precio promedio de cada vacuno en el orden de los US$ 800, se traduce en una faltante de unas 290.000 cabezas de ganado.
Rafael Tardáguila, director de Tardáguila Agromercados, dijo que recuperar US$ 230 millones en un período de unos 8 años que fue lo que se manejó, parece un desafío enorme, “partís de la base que contás con un activo que es menos de la mitad de lo que tenes que recuperar”.
Por su parte, el consultor privado Gonzalo Ducós, contrastó con algunas de las cifras que se presentaron en el streaming del pasado martes: “Se necesita una auditoría clara con un equipo serio”, sostuvo, haciendo alusión a que hay que ver a qué valor están tasados los animales y si efectivamente están, si es “como grandes campeones del Prado o con el valor de mercado de una pantalla según la categoría”.
Por otra parte, habría que corroborar también el activo en campo y créditos con frigoríficos. “Son 800 camiones de novillos fiados con Fricassa, no entra en la cabeza de nadie”, afirmó, respecto de los datos que trascendieron.
Ducós detalló algunos números: Suponiendo una renta de mercado promedio, que sea de 40 kilos de novillo o US$ 79, contrastando con el resultado de las empresas agropecuarias exhibido por el Plan Agropecuario o Fucrea en el promedio de los últimos 10 años, que es de US$ 100, con 100.000 hectáreas producidas se generarían unos US$ 2 millones y medio por año. “Hay que descontar rentas, intereses, después impuestos y considerando que no hay deudas comerciales”, afirmó.
“Redondeando en que Conexión Ganadera debe US$ 250 millones, con los números presentados antes, con US$ 24 de ganancia, se precisan 100 años para devolver la plata, no 8 ni 10”, afirmó, agregando que sus comentarios “pueden traerme problemas, pero es lo que nadie debate en el problema más grande desde la crisis de 2002”.
CONCURSO NECESARIO. El Dr. Carlos Esponda, abogado de inversionistas en Conexión Ganadera, presentó en el Juzgado una solicitud de concurso necesario para el fondo ganadero. Argumentó que, en la presentación realizada por streaming por parte de la empresa, “se ratifica la estrategia judicial que habíamos definido, con solicitud de concurso y denuncia penal”.
Esponda detalló que la solicitud fue presentada conjuntamente con unas 200 personas y que se espera una respuesta del Juzgado en la próxima semana.
El abogado explicó que, en la reunión realizada el martes, se instó a los distintos representantes legales a presentar esta solicitud, ya que la propia empresa no cumplía con los requisitos necesarios para solicitar un concurso voluntario.
La figura del concurso necesario implica “el desplazamiento de la administración y la designación de un síndico, quien asumirá la gestión de la empresa de manera responsable y velando por los intereses de los acreedores”.
Las posibles salidas que se plantean a la crisis
Tras la presentación que realizó Conexión Ganadera sobre su propia situación, el Dr. Juan Pablo Decia, abogado de inversores, señaló que la misma dejó “la confirmación de un diagnostico que ya teníamos, con sustento en datos de la realidad y en función de los datos que se presentaron el martes 21 en la primera reunión”.
Decia se refirió a la presentación que hizo el Cr. Ricardo Giovio, la cual fue con “una honestidad brutal, porque habló como contador independiente, a pesar de ser el vocero contable de la empresa. Planteo el escenario de situación, que refleja, en números más o números menos, un déficit de US$ 250 millones, y un panorama muy poco alentador para los inversores, que de alguna manera están en una situación de enfrentamiento, entre quienes tienen ganado y quienes no lo tienen”.
Como una posibilidad de salida, se plantea una “a ocho años, con un escenario que implica de base que quien tiene ganado en su Dicose, que renuncien a ese ganado, en beneficio de la masa, para que sea administrado por un fideicomiso, para que todos puedan recuperar en ese tiempo toda su inversión o parte de la misma”.
Por parte de la firma, se informó de la existencia de US$ 100 millones de activos en ganado, pero “ese número baja sustancialmente en caso que los titulares del ganado no renuncien a la propiedad de éste, y de esa forma el activo quedaría en unos US$ 40 millones”, dijo el profesional.
Sobre los pasos a seguir, Decia indicó que para quienes tienen ganado a su nombre, “en este tipo de negocio los inversores siempre buscan su mejor beneficio, y eso es presentarse en el concurso, pedir la disolución de los contratos, hacerse del ganado, y ahí venderlo o llevarlo a otro campo”, pero también hay muchos inversores que no tienen ganado a su nombre.