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Se espera una reducción de entre 15% y 20% en área arrocera: se consolidarían unas 155.000 hectáreas a nivel país

Precios bajos y poca disponibilidad de agua complican el escenario para los productores y los industriales

Arroz.
Arroz.

El sector arrocero nacional continúa adaptándose a un cambio de tendencia brusco que lo trasladó de un escenario donde tuvo el mejor precio definitivo de la historia, a un contexto extremadamente difícil para la colocación del producto y la consecución de valores.

El precio privosorio establecido para la última cosecha situó la bolsa de 50 kilos de arroz sano, seco y limpio en US$ 11,05, lo cual con el préstamo que se negoció con la industria de US$ 0,45 termina marcando un ingreso de US$ 11,50 para los productores. De este modo, se consolida una baja en el valor total de US$ 6 para el ingreso del productor por bolsa.

A esto se suma complejidad en el otro factor que es clave a la hora de la toma de decisiones por parte de los productores sobre la superficie a sembrar: la disponibilidad de agua. En función de las condiciones de negocio y la cantidad de agua disponible, es que los arroceros pueden determinar la superficie del cereal que tendremos en los campos del este, centro y norte del país.

Para la represa de India Muerta y otras importantes de la zona este, donde se nuclea la mayor cantidad de arroz del país, la capacidad apenas supera la mitad y se espera tener lluvias importantes en los próximos días que permitan cambiar el panorama en la previa de la siembra de primavera.

En el centro del país, muchas fuentes se ubican cercanas al 40%, siendo el norte del territorio la única región que dispone de una buena cantidad de agua en la previa de la implantación del cultivo.

Debido a este escenario, con costos por hectárea que en muchos casos continúan ubicándose por encima de los US$ 2000, se espera un descenso en la superficie de entre un 15% y un 20%, lo que permitiría consolidar un área de arroz cercana a las 155.000 hectáreas a nivel país.

Todo esto dependerá de las lluvias que se registren de aquí al comienzo de la siembra, así como la expectativa de todo el complejo arrocero de notar señales en el mercado internacional que permitan soñar con un incremento de precios.

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