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Nicolás Martínez: “Si se consolidan estos precios, efecto multiplicador será grande

El gerente comercial de Agromotora Flores, dijo que para la soja “el valor es excelente, pero el productor todavía es cauteloso porque no sabe cuántos kilos va a tener”, al tiempo que “hay un desafío importante que es mantenerse diversificado dentro del sector con cultivos de invierno, cultivos de verano y ganadería”. Respecto de las rotaciones agrícola-ganaderas, dijo que “son sectores complementarios y que se retroalimentan positivamente”, y confió que “este empujón de precios sea un ciclo y no algo coyuntural”, así como también “espero que tengamos la madurez dentro del sector para no enloquecernos y pasarnos a un monocultivo”.

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Nicolás Martínez, gerente comercial Agromotora Flores

 

Hernán T. Zorrilla, Encargado del área agrícola y forestal del portal Rurales El País.

-¿Cómo han impactado las lluvias en las zonas de influencia de la empresa?

-En el centro del país, que es la zona de acción de la empresa y es donde tenemos los cultivos propios y contratados, se marcan claramente las zonas donde se recibió más o menos agua. Hay una línea bien marcada que se corta desde Trinidad al norte y al sur. Al norte de Trinidad viene lloviendo más, y a medida que nos vamos hacia arriba, por encima del Río Negro, eso mejora más aún. De Trinidad al sur venimos con lluvias justas. Han llovido en el entorno de 15 a 25 mm al sur de Trinidad, al tiempo que al norte entre 25 y 60 mm. Los cultivos hoy están buenos, pero no les sobra nada. Vienen con las precipitaciones justas.

-La soja superó la barrera de los US$ 500, ¿cómo se toma esta noticia desde el punto de vista de la producción?

-Se ve con gran optimismo. Hay expectativa en lo que respecta a la cosecha, considerando la incertidumbre del clima. Si a partir de febrero se normaliza la situación, se pondría una ecuación soja 2021 en una condición muy buena. Si uno mira la cantidad de negocios que se han hecho en el entorno de los US$ 500, descubre que todavía son muy pocos. El valor es excelente, pero el productor todavía es cauteloso porque no sabe cuántos kilos va a tener. No nos hemos largado a vender masivamente por una condicionante climática. Se mira con muy buenos ojos y mucha expectativa y se vislumbra un año prometedor. Estamos saliendo de cultivos de invierno casi perfectos, con trigos y cebadas con rendimientos récord. Esto permitió sembrar en tiempo y forma y tener sojas de segunda con potenciales interesantes.

-¿Cómo viene observando las chacras?

-Las chacras hoy están logradas con cultivos moderados, y es lo que nos gusta ver. No nos gusta ver ese desarrollo vegetativo exuberante que sabemos que después es difícil de transferir a kilos en cosecha. Hoy hay cultivos bien implantados que no han pegado la explosión porque no han tenido las precipitaciones para lograrlo. En algunas zonas al norte del Río Negro, donde se recibió más agua ya se ve una explosión, pero se espera a mediados de enero. Desde el punto de vista agronómico no nos gusta generar ese potencial vegetativo exuberante que después es difícil de llevar al punto reproductivo. Hoy no se ven cultivos impresionantes, pero el potencial está intacto y no ha habido abortos.

-Es decir que hay optimismo pero también hay cautela…

-Sí, hoy somos cautelosos. De todo esto no hemos podido captar nada aún. Estamos vendiendo un cultivo a futuro que está en curso y sabemos que productivamente va a jugar su partido fuerte en febrero o marzo. Esto es muy bienvenido, ya que hablar de niveles de soja de US$ 500 hace 3 meses era impensado. Ni el más optimista podía visualizar esto. Se ve con muy buenos ojos y ojalá esto sea un ciclo de precios de 2 o 3 años, lo cual pone al sector agrícola en el mejor de los mundos.

-¿Cómo vienen trabajando en estas circunstancias desde Agromotora Flores?

-Lo principal que transmitimos es cautela. Estamos comprometidos en cuidar lo que esté al alcance de los productores y empresas para mantener el potencial intacto. Sabido es que es una producción a cielo abierto y dependemos de lo que pase con el clima, por eso hay que ser cauteloso. Hay un desafío importante que es mantenerse diversificado dentro del sector con cultivos de invierno, cultivos de verano y ganadería. No hay que enloquecerse con una burbuja de soja de US$ 500, que si bien es excelente no podíamos imaginar 3 meses atrás. Así como pegó este salto, nada asegura que en 3 meses no haya una nueva caída. No hay que mover todo a un sector y hay que mantenerse diversificado, esa es la línea de la empresa como productora y vendedora de servicios. Como hace un tiempo cuando el novillo valió US$ 4,40 no salimos a hacer todo pradera y pasar todo a ganadería, tampoco ahora hay que pasar todo hacia la agricultura. Se vienen desafíos en los próximos años con brechas de máximas y mínimas bastante grandes. Hay que estar en todas las películas para captar siempre los mejores escenarios. No hay que jugarse al monocultivo de soja que a veces suena lo más sencillo. Hemos aprendido eso y sabemos que la diversificación es fundamental por un tema del manejo de la empresa, de la caja y para bajar riesgos.

-El maíz también ha tenido un salto interesante de precios, ¿cómo viene observando este cultivo?

-El maíz es un cultivo que se ha venido consolidando. En el último tiempo ha habido un salto genético importante. El año pasado, que fue seco, tuvo rendimientos muy buenos y eso corresponde a un avance genético. Eso lo posiciona como un cultivo bien interesante. En las rotaciones otorga sustentabilidad. Hay que ver hasta donde puede subir el maíz, porque tenemos que transformarlo en carne o leche, y el número lo va a marcar el consumidor final o eventualmente algún avícola. Cada vez más el negocio del maíz va a estar para el productor que lo compra a levantar para grano húmedo. Lo veo muy bien en las rotaciones, principalmente hoy en sistemas que tienen algo de riesgo. Nuestra empresa hace un área de maíz no muy grande pensando en rotar campos. Todo esto entra dentro de la diversificación de la que hablábamos.

-Dentro de esa diversificación, ¿han cobrado más importancia las rotaciones agrícola-ganaderas?

-Desde que los pooles de siembra agrícola se fueron, Uruguay entró sin darse cuenta en una rotación agrícola-ganadera bien interesante. Son sectores totalmente complementarios y que se retroalimentan positivamente. Es de público conocimiento la situación de los puentes verdes con algún pastoreo arriba o fardos que salen para alguna rotación en un invierno complicado o un verano como este. Son rubros complementarios y es parte de la diversificación que comentaba.

-En producciones como la agropecuaria, ¿qué opinión le merece la generación de seguros agrícolas?

-La empresa viene trabajando fuerte en los seguros agrícolas. Hacemos seguros de rendimientos ya desde hace unos años. Juegan un rol importante, e incluso en otras zonas del mundo como Estados Unidos es impensable hacer lo que hacemos en Sudamérica con producciones a cielo abierto sin seguros de precios. Creo que es un debe grande que tenemos, y hay varios interesados en esto desde la producción y desde el acopio. Son herramientas que minimizan el riesgo y hay que trabajar mucho en eso, encontrando mecanismos que den mayores certezas en años complicados.

-La última campaña de cultivos de invierno marcó rendimientos extraordinarios para trigo y cebada, y en canola prácticamente duplicó el área respecto a la zafra anterior, ¿con qué expectativas se encara la zafra entrante?

-El doble cultivo vino para quedarse. Entran la canola, la cebada y el trigo, rotando con el maíz, la soja y algún sorgo. La ecuación da muy bien. Cuando la soja no valía lo que vale hoy, lo que sostuvo a las empresas fue el doble cultivo. No nos olvidemos que la producción agrícola del país se encuentra hoy en su mayoría en manos de empresas uruguayas. Hay que sostener una estructura de empresa en invierno, por eso creció el doble cultivo. Si bien la canola no fue todo lo bueno que esperábamos, la campaña 2019 fue excelente. La cebada va a crecer, siendo el trigo el que viene un poco más rezagado.

“Espero que esto sea un ciclo y no una coyuntura...” -¿Cuáles son los principales desafíos hacia adelante de la agricultura en el país? -Espero que este empujón de precios sea un ciclo y no algo coyuntural. Espero que tengamos la madurez dentro del sector para no enloquecernos y pasarnos a un monocultivo. Hay que evitar que las rentas se vayan a las nubes y se infle todo. El gran desafío es consolidar esta situación. El sector había logrado salir adelante pese a los malos precios, por lo que un ciclo de buenos precios lo va a fortalecer y poner en mejores condiciones. A su vez, hay una realidad de este ciclo de precios que puede marcar un efecto multiplicador en la economía local. La vez anterior que tuvimos estos valores, las áreas de siembra estaban en manos de capitales extranjeros. Hoy veo que gran parte de la agricultura del país está en manos de productores locales, y eso va a generar un desborde hacia el mercado interno y va a favorecer a los pueblos del interior. Soy optimista en que si es un ciclo de precios, Uruguay tiene más para capitalizar que antes. Si bien en aquel momento creció mucho todo, las ganancias no quedaban en el país. Si se consolidan estos precios para la soja, el efecto multiplicador va a ser muy grande en el país. Van a haber muchos campos que vuelvan a la agricultura. Soy optimista si esto se mantiene por algunos años.

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