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La pesca, una actividad que puede darle mucho más al Uruguay

Con flexibilización, actualización de leyes y voluntad política, podría mejorar sus externalidades sin necesidad de grandes inversiones

Pesca
Pesca en Uruguay.
Álvaro Irazoqui

Podría tratarse de una buena estrategia para impulsar el crecimiento del país, tanto en ingresos por exportación como empleos generados y beneficios en la economía local. La pesca en Uruguay ha registrado una caída importante en los últimos años y el anhelo de buena parte del sector es revertirla.

Según un estudio de Ceres de marzo de 2023, la pesca en Uruguay está lejos de su potencial sostenible, sumado a que FAO prevé una expansión de esta actividad a nivel mundial para enfrentar la crisis alimentaria.

Para graficarlo es preciso ver algunos datos de Ceres: en 2021 en Uruguay se pescó un 37% menos que en 2005 y un 51% menos que en 2011. A su vez, en 2022 se realizaron un 59% del total de las exportaciones que se hicieron en 2011 y las ventas en ese año,por su parte, fueron un 1% del total de Uruguay, mientras que en 2001 fueron un 4,5%.

Parece haber consenso en que encontrando las estrategias acertadas, ver crecer a este rubro significará generar oportunidades de trabajo y externalidades positivas para el país.

Álvaro Irazoqui es el Director Nacional de Recursos Acuáticos, cuyo fin es desarrollar, controlar y fiscalizar los recursos hidrobiológicos, es decir, todo lo que tenga que ver con el agua yendo desde la pesca, la acuicultura y los mamíferos marinos.

En lo que refiere a la pesca, en Uruguay hay comercial, artesanal y deportiva. Para la acuicultura, hace algunos años que en Río Negro hay dos granjas que producen caviar, producto premium que es catalogado como uno de los mejores del mundo.

“En los últimos 12 años la flota nacional industrial de pesqueros se redujo en un 50%”, estableció Irazoqui, quien agregó que se llegó a tener 120 pesqueros industriales y ahora hay 55. “En la época de Fripur exportábamos más de 200 millones de dólares por año y teníamos 10.000 trabajos directos: hoy son solo 3.000 y las exportaciones son de 170 millones de dólares”, añadió.

La pesca a su vez, genera muchos trabajos indirectos: se estima que por cada persona embarcada, hay 7 puestos más de trabajo en tierra.

Volúmenes. El año pasado se obtuvieron 65.000 toneladas de pescado, y se exportó casi un 96%. El consumo nacional per cápita de pescado anual de los uruguayos ronda los 7 kilos, al tiempo que FAO recomienda 15. De esos 7 kilos por persona, el 50% es importado.

En la pesca de altura, que se refiere a los barcos que van más lejos, se obtiene merluza o calamar. Hay 14 o 15 barcos aptos para este fin. En pesca costera, para corvina, pescadilla y anchoa se usan barcos más chicos: hay unas 900 barcas artesanales.

En conversaciones con distintos integrantes del rubro, hay consenso en que con un poco de flexibilidad, actualización de algunas leyes y con voluntad política, sin necesidad grandes inversiones, se podría dar un salto interesante.

Rentabilidad. En Uruguay se pesca merluza, calamar, pescadilla o corvina, pero hay especies que se capturaban hace 20 años y hoy ya no, como sucede con la anchoita, de la cual se podrían tener 40.000 toneladas al año. Lo mismo sucede con el pez espada, atún y el pulpo. ¿La razón? Falta de rentabilidad.

“Cuando salís a la mar, no siempre volvés con la bodega llena, el recurso está bajo el agua, podés ir y se movió o hay mala marea”, dijo Izaroqui. El caso del atún es otro motivo interesante de analizar. “Hace un tiempo estuve reunido con un empresario japonés, lugar donde consumen mucho atún y me dijo que el producto uruguayo por su calidad, en Japón lo podría pagar muy poca gente, es excelente”, estableció el Director Nacional de Recursos Acuáticos.

A su vez, los costos de combustible, mano de obra, los permisos, el costo de fasón, la exportación, entre otros, conspiran contra la rentabilidad del negocio.

Este año llegó un buque nuevo a nuestro país, el Playa Malvín. Se trata de un barco congelador de altura, que procesa y congela el producto en el mar, pero el costo de la inversión es de US$ 5 millones. “Es necesario un plan de negocios a largo plazo, que tenga una buena tasa de retorno”, afirmó Irazoqui.

Pesca
Pesca en Uruguay.
Álvaro Irazoqui.

Acuerdos. Hay barcos uruguayos que pescan cerca de Necochea y barcos argentinos que están cerca de Punta del Este. Esto sucede por el tratado del Frente Marítimo con Argentina. Hasta las 12 millas son aguas uruguayas y luego, compartidas por el cupo decidido en la Comisión Técnico Mixta.

Con este objetivo se hacen campañas científicas y biológicas de análisis poblacional y se establecen cupos máximos.

A su vez, Irazoqui dijo que hay que cuidar celosamente los cupos otorgados, ya que una vez que se pierden, es necesario obtenerlos nuevamente por intermedio de una licitación, y eso demora.

Por este motivo, se busca fomentar la diversificación para atraer inversiones que vengan a capturar especies subexplotadas como anchoita, atún, pez espada, castañeta o rubio.

Controles. En aguas internacionales, fuera de las 200 millas de Uruguay, hay barcos de muchas banderas. Los controles casi nulos llevan a que en algunos casos se superen los cupos permitidos, y esto obliga a los países a realizar controles de documentación e inspecciones físicas una vez que llegan a puerto.

La oportunidad sería que descarguen en puertos de nuestro país, se pongan en contenedores y se use Uruguay como hub de distribución. Para este contralor hay un sistema de posicionamiento satelital del barco, estilo “cajas negras”, que marca todas las posiciones donde estuvo pescando.

Crecimiento. La exportación de productos derivados de la pesca en Uruguay, según consigna el informe de Ceres, tiene aranceles relativamente bajos y una alta diversificación. Los principales mercados de nuestro país son China, Colombia, Brasil, Estados Unidos y Nigeria.

¿Qué pasaría si se pescara hasta los límites establecidos por la CTM del Frente Marítimo? Ceres estableció una proyección de las externalidades obtenidas en caso de superar los escollos de rentabilidad que reducen las inversiones en este rubro, y por ende, su explotación total. En corvina se exportan US$ 26,7 millones y podrían agregarse US$ 11 millones más, en merluza se exportan US$ 9,5 y se sumarían US$ 83 más, en pescadilla se vende por US$ 5,8 millones y se añadirían US$ 12,2 millones y en raya se exporta por US$ 0,4 y se agregan US$ 12 millones. En total: a los US$ 42,2 millones de exportación de 2023 se podrían sumar US$ 120 millones más.

A esto hay que agregar el aumento en consumo de combustible, compras y ventas al por mayor, aumento de masa salarial, aportes al BPS y la posibilidad eventual de tener unos 2269 empleos nuevos en el rubro.

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