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Existe conformidad por el precio definitivo del arroz

Valor se fijó US$12,35 para la bolsa de 50 kilos de la zafra 20-21

Una de las grandes fortalezas del sistema arrocero uruguayo es su sistema de fijación de precio convenio.

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Los productores cosechan el arroz y lo entregan a la industria, que comienza las ventas. Hay un contrato que establece reglas claras, entre las cuales la Asociación de Cultivadores de Arroz tiene acceso al valor de todas las ventas que se realizan. Al 30 de junio del ejercicio se llega con un porcentaje de ventas que normalmente oscila entre un 30% y un 50% y se fija un precio provisorio que los molinos depositan al productor. Esto se negocia entre ACA y Gremial de Molinos Arroceros (GMA) acorde al promedio de las ventas de todas las variedades, intentando que se asemeje lo más posible al precio final al cerrar el 28 de febrero del próximo año. Este número es clave porque el productor con ello se planifica, paga cuentas, insumos y renta.

El pasado 30 de junio se fijó un provisorio de US$ 12,30 para variedades NO americanas, y US$ 1 de sobreprecio para la variedad Tacuarí. Para el precio definitivo se utiliza la totalidad de las ventas concretadas y los productores pagan el costo industrial y la utilidad de los molinos. Esto es lo que se negocia, ya que el valor promedio es un dato al que acceden ambas partes. Cuando no hay acuerdo en la negociación, el contrato estipula un arbitraje como sucedió en 2018-19, siendo este un mecanismo poco saludable para la integridad de la cadena.

Para este precio final, se estableció un crédito a los productores de US$ 0,05 por variedades NO americanas y US$ 0,09 por las americanas. El precio definitivo por bolsa fue de US$ 12,25, registrando unos US$ 13,29 para INIA Tacuarí.

Si bien la expectativa del productor podía ser más alta, el caos logístico internacional y encarecimiento de los costos de exportación complicó un panorama de ventas que comenzó muy auspicioso al momento del precio provisorio. Es preciso recordar que en 2019-20 el valor de la bolsa fue de US$ 11,03, y en 2018-19 se estableció en US$ 9,43 por medio de un arbitraje. Esta situación en general marcó una mejora impostergable para un sector que venía de varios años con números en rojo.

“Entendemos que fue un resultado justo y equilibrado”, manifestó Alfredo Lago, presidente de la ACA, luego de las tres rondas de negociación que se tuvo con la industria. “Estamos convencidos de que en base a la realidad del ejercicio comercial es lo que correspondía, reconociendo el costo industrial y una utilidad que subió a un 4%”, expresó. A su vez, el gremialista valoró la relación de confianza existente donde el productor entrega el arroz a la industria para que elabore y venda de la mejor manera posible. “La esencia del sector es la confianza, y el productor no cobra ni el precio máximo ni mínimo de ventas: es equilibrado y ese promedio ha dado consistencia al sistema”, dijo, y finalizó expresando que es “un convencido de las bondades de este sistema para afrontar situaciones adversas”.

Nicholás Lawlor, presidente de la Gremial de Molinos Arroceros, se expresó en la misma línea: “Hubo concesiones de ambas partes como se da la mayoría de las veces, pero la convicción es de acordar precios y no pelear”, aseguró, enfatizando que ambas partes dejaron de lado algunas pretensiones para cerrar el precio. Lawlor se mostró optimista frente a la comercialización del arroz que se está cosechando, ya que en un mundo convulsionado por la logística, los países aseguran su abastecimiento con países serios como Uruguay. De todos modos, el presidente de la GMA dijo que la concentración de los embarques va a ser en bodegas y no contenedores, lo que reduce el número de demandantes.

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