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Los 87 toros Hereford de Alfonso vendidos a US$ 4.231 de promedio

Fueron: 78 toros PI a US$ 4.363 y 9 PxC a US$ 3.087 de promedio. En el local “Santa Bernardina”, remataron Escritorio Dutra y Ramos y García.

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Pablo D. Mestre

Con o sin pandemia, en cualquier época, la “normalidad” de la cabaña de los Alfonso es vender todos sus toros Hereford y Polled Hereford en su remate anual.

Y hacerlo bien.

Ayer, en el local “Santa Bernardina” de la Sociedad Rural de Durazno, no fue la excepción.

Como siempre cabaña “Las Anitas” congregó a un buen número de compradores en Durazno, y muchos otros siguiendo por TV, la subasta conducida por Escritorio Dutra y Ramos y García.

Eso, sumado a que prácticamente todos los toros tenían PreOferta, hizo que la subasta tuviera ritmo de vértigo, demandándole al martillero Alejandro Dutra Lanza poco más de dos horas la dispersión de los 87 toros ofertados en pista.

Y no sólo eso.

Se vendió todo y con un promedio general de US$ 4.231 por la totalidad.

Fueron US$ 4.363 de promedio por los 78 toros de pedigree y US$ 3.087 de valor medio por los 9 puros por cruza ofertados al final.

Como siempre, detrás de los números hay más para mencionar.

La primaveral jornada en Durazno comenzó con los dos toros “especiales” que ofrecieron los Alfonso al mercado. Tanto, que los compartieron en un 50%.

Primero entró a pista “Asalto” (hermano paterno de Grosso y El Padre, y hermano materno de Kamikaze, Forajido, Cosechadora, entre otros). Tras una intensa puja, el reproductor se comercializó en US$ 6.360 el 50%, siendo adquirido por Gabriel Hansen, criador de la provincia de Buenos Aires, Argentina.

Luego fue el turno de “Torreira” (con genética TH Lambeau, NJW Trust y Grosso), que resultó ser el reproductor más valioso de la subasta. También con muchos piques, finalmente fue adjudicado en US$ 8.400 el 50%, adquirido por el criador uruguayo Conrado Castro.

Después, sin pausa y con más velocidad en comenzar la subasta que en lo que demoraban en entrar y salir de pista, se fueron vendiendo todos los toros que ingresaron a la pista del Santa Bernardina.

Otro apunte más allá de los números fríos: recién en el toro 21 el promedio bajó de US$ 6.000 y recién después del 44° toro en venderse, el valor medio fue inferior a los US$ 5.000. Y otro apunte fue que recién en el toro número 72 en entrar a pista se pagó lo que sería el precio mínimo de los de pedigree: US$ 3.000.

Fueron 78 toros PI: 16.800, 3.000 y 4.363 y 9 toros puros por cruza: 3.540, 2.640 (por el último toro del remate) y US$ 3.087.

Así finalizó una venta más de “Las Anitas” de la familia Alfonso, la 82ª edición. dispersándose todo y bien en pista.

Como siempre, más allá de cualquier “normalidad” que viva el país y el mundo.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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