En la medida de que el estado del tiempo lo permite se ha iniciado la cosecha de soja y el productor agrícola de Flores, Tomás Molina, contó que en su caso comenzaron el 12 de abril, el tiempo nos ha dado muy pocas ventanas, apenas llevamos cinco días de cosecha”.
Entrevistado en Valor Agregado de radio Carve, Molina sostuvo que las cosechas realizadas “con las dificultades que nos pone el clima, hemos tenido que ser un poco tolerantes en cuanto a la humedad de cosecha, para poder aprovechar el poco tiempo que hay para cosechar”.
En las primeras trillas que se han realizado “andan todas en el eje US$ 3.500 kilogramos por hectárea”, estas cosechas se han hecho con una humedad entre 13 y 20%.
Estos rendimientos “marcan un buen auspicio, un buen comienzo. Lógicamente que esto no es el promedio, son las primeras chacras, que además son las mejores. Yo diría que después de ver esta primera foto de cosecha, pensar que un promedio de cosecha en el eje de 2.500 kilogramos es algo razonable”, señaló Molina.
El productor del centro del país indicó que en caso de concretarse esta cosecha, sería “un resultado que deja un margen aceptable, no buen margen, pero sí aceptable, teniendo en cuenta que esos 2.500 kilos de promedio se componen con un 70% del área de segunda, en la cual buena parte de los costos ya la llevaron los cultivos de invierno”.
Si bien con este margen no es suficiente para dejar atrás el golpe de la campaña pasada de verano que produjo la sequía, sirve para “acomodar bastante el recado”.
Con una soja algo por encima de los US$ 400, Molina contó que es “muy partidario de los promedios, y trato de vender durante todo el ciclo de los cultivos, me siento muy cómodo encontrando un promedio parecido al de todo el año. Fui vendiendo, tengo ventas hechas a US$ 450 y US$ 460. Tengo vendido en un promedio de US$ 430 unos 600 o 700 kilogramos por hectárea”.
Pensando en la próxima campaña de invierno, el productor sostuvo que está planificada hace tiempo “va a hacer la misma área o muy similar a la de años anteriores, entre un 70 y un 80% del área total se hace doble cultivo, eso repartido en tercios entre trigo, cebada y colza”.
Para el invierno “que se muestra desafiante, porque los números son extremadamente justos” Molina también piensa incluir el cultivo de la camelina.
Ganadería
Sobre el negocio ganadero, el productor de Flores que tiene una recría medianamente intensa, comentó que “los números empiezan a ser mejores que el año pasado, porque tenemos una disponibilidad de pasto que es la comida más barata que hace muchos años no la teníamos, y cuando le trasladamos el costo de granos a la ganadería, también es bajo”.
