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ARU pone en tela de juicio viabilidad de las Mesas de Trabajo

En la editorial de su revista, la Asociación Rural del Uruguay asegura que los primeros resultados de las Mesas de Trabajo “no han sido acordes a las expectativas que razonablemente se han ido generando”.

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Mesa de trabajo en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Foto: Rurales El País.

A nadie escapa que hay un antes y un después tras la serie de hechos de enero en las relaciones entre quienes participan de la cadena productiva agroindustrial y el gobierno. No importa ahora reflexionar porque no se logró antes esta disposición del Poder Ejecutivo, manifestada hoy a través de la Mesa de Trabajo, pero lo cierto es que a partir de las distintas movilizaciones espontáneas surgidas desde todos los rincones del país, culminadas en la histórica Asamblea de Durazno, el campo en la multiplicidad de sus expresiones es interlocutor preponderante en la agenda del Gobierno de la República.

La Mesa de Trabajo quedó finalmente instalada con la mayor solemnidad institucional concedida desde el Gobierno. La propia participación del Presidente de la República instalando este ámbito de diálogo, secundado por cuatro Secretarios de Estado, el Director de OPP, el Secretario de la Presidencia de la República y la Presidenta del Instituto Nacional de Colonización, permiten presuponer la trascendencia que a esta instancia se le asigna desde filas del gobierno.

No obstante lo anterior, los primeros resultados no han sido acordes a las expectativas que razonablemente se han ido generando, y la disposición a continuar el diálogo se ve de pronto comprometida.

Los movimientos espontáneos y masivos, aun reconociendo en este caso la sensatez y ponderación de sus dirigentes, hombres que por la razón de las circunstancias debieron asumir esa enorme responsabilidad, así como las dificultades de la hora y nuestra acción gremial, requieren de logros tangibles, que respondan en la misma medida que la magnitud de los reclamos de la producción.

Esto se contrapone con los tiempos que se toma el Gobierno para responder, quien no termina de comprender, o bien se hace el distraído, respecto de la verdadera entidad de los reclamos. Es que unos son los tiempos políticos, siempre a favor del Gobierno, y otros los tiempos de la actividad productiva y empresarial, dónde los graves problemas de competitividad se proyectan cada vez más lejos en sus consecuencias, de no revertirse pronto sus causas.

Las seis gremiales rurales (ACA, ANPL, CAF, CNFR, FR y ARU), con su sólida institucionalidad y amplia representación, compartimos con el movimiento Un Solo Uruguay las mismas expectativas y ansiedades al momento de aceptar participar de una Mesa de Trabajo. Sólo que una larga vida institucional (centenaria en más de un caso) acompañando el devenir del desarrollo agropecuario en sus luces y sombras según los tiempos históricos, nos permiten asistir a estos ámbitos de discusión con la convicción de que las soluciones inmediatas no existen en los tiempos de los gobernantes, y menos aún en sus valoraciones políticas.

Pero que nadie se confunda. No estamos marcando diferencias, por el contrario la fortaleza de la representación de la producción en la Mesa de Trabajo se consolida a partir de la complementación entre la lógica impaciencia de unos y la razonable disposición al diálogo de otros.

El Poder Ejecutivo ha sido advertido de que su interlocutor es uno solo, y la continuidad del diálogo está condicionada a la presencia activa y unidad de las gremiales rurales junto al movimiento Un Solo Uruguay.

Guillermo Crampet

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