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Stock: nuevo golpe al ovino

Datos del SNIG_arrojaron una baja en el stock de lanares en Uruguay, lo que era esperable, pero de todas formas impactó por el volumen

Los vientres de cría tuvieron un descenso importante en su stock

Los datos preliminares de existencias presentados por el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), muestran un descenso abrupto en el stock ovino de Uruguay, son 483.000 cabezas menos que en el ejercicio anterior, al ubicarse el rodeo en 5.367.607 ovinos.

Con un rubro concentrado en el norte del país, lógicamente la mayor baja se dio en esa zona, los cuatros departamentos de mayor cantidad de ovinos: Salto, Artigas, Paysandú y Tacuarembó representando casi el 60% de esa caída.

El ovino, en su lucha por seguir con una fuerte presencia en los campos uruguayos, enfrenta varios desafíos, entre ellos la cruza y apuesta con razas carniceras, o el cruzamiento con razas de lana fina, con el objetivo de bajar el micronaje de la majada, de acuerdo a lo que están demandando los mercados. También hay desafíos desde el punto de vista sanitario, por ejemplo con la bichera, tema del que ha estado sobre la mesa en el último tiempo.

Además el rubro compite por la tierra con otros rubros, como la agricultura y forestación, pero pagando rentas sensiblemente inferiores.

En el siguiente informe recogimos la opinión sobre esta baja y sobre el rubro de los presidentes de las gremiales agropecuarias de los cuatro departamentos.

“A nadie sorprendió esta baja"

Ramiro Azambuja, presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto

Salto es el departamento que tuvo la caída más grande en el stock ovino, son 95.800 cabezas menos con respecto al ejercicio anterior, y esta caída representa casi el 20% de la baja a nivel nacional, de todas formas, con algo más de 1.140.000 cabezas, continúa teniendo el stock ovino más alto del país.

El presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto, Ramiro Azambuja, dijo que esta baja “no sorprendió a nadie, porque vemos una situación que se alarga en el tiempo, sobre todo en el mercado de la lana, y en la carne también hay complicaciones”.

En el norte, donde en algunos suelos la producción lanar “es lo que más puede cifrar”, preocupa mucho esta baja del stock, “pero la gente en su libertad, sabe lo que le conviene”.

El otoño, fue uno de los factores que jugó su papel negativo, “fue muy bravo, hubo mortandades de corderos y borregos por problemas sanitarios debido al exceso de lluvias, las mortandades pasaron de estar entre el 3 y 5% al 12 y 15%, y eso se reflejó en la majada a nivel nacional”, comentó el presidente de la gremial salteña.

Otro aspecto que desde hace años viene incidiendo en el rubro, es la mano de obra, “los productores comentan que la gente que busca empleo no tiene el conocimiento para el manejo del lanar, que lleva sus cuidados muy específicos”.

En el caso de la carne ovina, Azambuja lamentó lo que sucedió este año con una de las plantas frigoríficas de Salto que trabaja exclusivamente con lanares, “teníamos un emprendimiento en el que se veía movimiento, pero eso se cerró y es otra piedra en el camino”.

Además, en la carne está la necesidad de “armar la cadena” para que la industria pueda tener animales para faenar a lo largo de todo el año, esto teniendo en cuenta que la faena se encuentra muy zafralizada hacia el tramo final de cada año, con el procesamiento de los corderos.

El gremialista salteño también mencionó que la categoría de capones prácticamente no existe más en la zona, y en las ovejas, si la carcasa se excede de un determinado límite, el frigorífico no recibe a los animales, “es un tema muy serio, porque son categorías que no tienen salida y taponea a todo el resto. Las autoridades deberían de reunirse para tratar el tema”.

Si bien a criterio del presidente de la Asociación Agropecuaria de Salto, el productor siempre se las rebusca con el ovino, actualmente las señales que brinda el mercado “no son claras, y eso es una pena, si supiéramos que la materia prima va a tener colocación sería otra cosa, incluso más importante que tener precio. Es muy complicado tener la mercadería pronta y no poder colocarla, es un golpe de gracia al productor”.

Pensando en la sobrevivencia del rubro, los productores se han encarrilado en el proceso de “afinar, afinar y afinar. Antes una lana de 20 micras era fino, hoy eso ya es otro nivel”.

“El lanar necesita políticas de Estado"

Juan Jose Senattore, presidente de la Asociación Agropecuaria de Artigas
Luis Silva

Juan José Senattore, preside la Asociación Agropecuaria de Artigas, segundo departamento con más ovinos del país, y el segundo también que sufrió una mayor baja, “esto era algo que se podría prever, y lo hemos estado hablando en la Agropecuaria y con productores en particular”.

El presidente de la gremial norteña lamentó que “el productor está dejando al rubro ovino, por distintas circunstancias que todos ya la sabemos. Además, la producción de corderos durante el año pasado no fue lo suficientemente voluminosa como para igualar la extracción que hubo de los establecimientos”. “No parecería que fuera así, pero los números son la parte cierta de la ecuación”.

En el año calendario, la extracción de vientres es un 3% superior al mismo período de tiempo del año pasado, y es una tendencia de aumento que se viene dando año a año, “eso nos preocupa, lo mismo que hace unos años atrás se daba en vacunos con una mayor extracción de vacas preñadas. Cuando el mercado da señales de que está difícil la venta de lanares, es lamentable, pero aumenta la venta de vientres”.

Son distintos los factores que han llevado a que se realicen liquidaciones enteras de algunas majadas, “comenzando por lo comercial, tenemos lo de la lana y carne, lo de los perros que sigue existiendo, y mano de obra, que cada vez es más difícil conseguirla, que si los llevamos a los costos que tiene con aportes y demás, da en rojo. Esas son algunas de las problemáticas que hay en la producción lanar”.

Para la continuidad del rubro, los productores vienen tomando medidas, a nivel productivo básicamente se dividen dos: afinar a través de las cruzas o volcarse a razas carniceras, “aparte en el norte hay suelos de basalto que solo permiten la cría del ovino, eso por un lado es una limitante para el productor, pero a la vez es un parate de la extracción de lanares, porque cabe una densidad vacuna muy baja”.

Por parte de la Asociación Agropecuaria de Artigas, se han buscado distintas alternativas para darle oxígeno al rubro ovino, por ejemplo con el trabajo realizado en la creación de un paso de frontera para poder exportar en pie a Brasil, que entre 2020 y 2021 recibió las habilitaciones de ambos países, “en el gobierno anterior de Brasil había mucho interés en llevar lanares, pero con el cambio de gobierno que hubo allá, se implementaron protecciones para la producción local, haciendo que se alejen las puntas para poder realizar los negocios”.

“Desde la parte gremial tenemos que buscar la vuelta para el lanar tenga algún incentivo, alguna ayuda gubernamental como la tuvieron otros rubros, el productor ovino no se puede terminar, es un sustento para la familia, habría que pensar en créditos que fomenten la actividad”, concluyó.

“Este descenso era esperable”

Agustín Morales, presidente de la Asociación Rural y Exposición Feria de Paysandú.PNG

Agustín Morales, preside desde el año 2023 la Asociación Rural y Exposición Feria de Paysandú (ARP), que es el tercer departamento con mayor stock ovino en nuestro país, con un rodeo que según los datos del SNIG se ubica en 646.199 cabezas en el ejercicio cerrado al 30 de junio del presente año, lo cual representa una perdida de más de 53.000 cabezas en comparación al ejercicio 2022/2023.

Paysandú tiene la característica de ser un departamento donde el sector ovino tiene que competir con otros rubros, como es el caso de la agricultura y también la forestación, con la diferencia que hay en las rentas de cada sector, pero a su vez también tiene campos donde lo optimo es la cría del lanar.

El presidente de la Asociación Rural de Paysandú, comentó que estaba baja del stock, “era algo esperable”, “por la situación de las lanas medias, donde no hay demanda, y en lanas finas muchas veces los precios no terminan convencen al productor, y eso se nota”.

Con este escenario de dificultades para el ovino, “se genera un ambiente, donde la gente entre meter una vaca y una oveja, opta por el bovino, aunque hay campos en los que sabemos que siempre van a ser para la oveja, pero se va achicando”, expresó el presidente de la gremial sanducera.

Sobre el stock lanero, expresó que “la gente stockea dos o tres zafras con la esperanza de colocar, y luego termina largando, me parece que no hay un plan de guardar hasta un determinado año, cuando se genera un volumen y el precio convence, se vende”.

Morales también apuntó a otros factores que juegan su papel dentro del sector, como por ejemplo la mano de obra, que es difícil conseguir, y además no siempre se cuenta con la capacitación necesaria y adecuada.

Pensando en el futuro del rubro, el gremialista sostuvo que quienes tienen razas de lanas medias, “van a seguir afinando, que ellos se convenzan un poco más, porque la perdida del stock está en ese segmento de lanas”.

Por otra parte, el presidente de la rural sanducera, también hizo referencia a la situación de la carne ovina, “hay que buscarle la vuelta a eso, no podemos tener un mercado que castiga las carcasas que pasan los 55 kilogramos en pie, no puede ser que los frigoríficos te castiguen por tener una oveja buena”.

Con cierta desmotivación que existe en los productores de algunos segmentos de lana, se puede abrir una ventana de oportunidad para que haya una mayor presencia de razas carniceras, “esas razas producen mucha carne y muchos corderos, pero tienen la limitante del peso de las carcasas, y se dificulta en su colocación, pero si se encuentra un mercado para esas carcasas, se puede llegar a favorecer a un aumento del stock ovino”, concluyó Morales.

“Hay varias causas en la baja”

Juan Pedro Ricceto, presidente de la Asociación Rural de Tacuarembó

 
Juan Pedro Riccetto, preside la Asociación Rural de Tacuarembó (ART), departamento que es uno de los que tiene mayor stock ovino a nivel país, en total algo más de 448.000 cabezas, y bajó en este ejercicio en 56.000 animales, en comparación al 2022/2023. “Paulatinamente el stock va disminuyendo, y creo que hay varias causas en esto”, sostuvo en primer lugar.

Dentro de las causas, el presidente de la ART, mencionó a la forestación, rubro que tiene una importante presencia en el departamento, por el área de prioridad forestal que hay, “la forestación no es complementaria con la oveja. Pero también hay una situación del precio de la lana, que está muy deprimido y con mucha gente con stock de lanas en los galpones, además la esquila sigue subiendo porque los costos de los insumos que ellos usan han subido”.

Los depredadores también acechan contra el rubro, “la forestación atrae a los zorros y los jabalí, después el carancho está en todos lados, y el abigeato ha disminuido pero sigue presente”, recalcó Riccetto.

“Esas son las grandes causas de la baja tanto del stock ovino, así como también de la cantidad de productores”, expresó.

Además de la competencia con la forestación, “tampoco manera de competir con las rentas que paga la agricultura de secano. Sin embargo nosotros tenemos un gran porcentaje de campos de basalto y ahí la oveja anda bien, y ahí en carne ovina el margen bruto por hectárea da muy buenos números, según lo que ha informado el Secretariado Uruguayo de la Lana”.

Como ventaja del rubro, Riccetto destacó que “el ovino es la especie que mejor se adapta a una empresa familiar, porque tenes que esperar poco tiempo para encarnerar y sacas el cordero en cinco meses, pero como todo es por plata, si no es rentable, el productor cambia de rubro”.

Ante este escenario del rubro, los productores toman dos decisiones: cruzar con Merino, buscando afinar la lana y cruzar con razas carniceras, “mayormente se da con Texel, Hampshire Down e Ile de France, pero el gran problema que le vemos acá es que no tenemos un stock suficiente como para abastecer a la industria durante todo el año, es muy zafral, y según los industriales, es más costoso faenar una tonelada de carne ovina que bovina”.

“Los que somos hinchas del lanar vamos a seguir viendo la manera de continuar en el rubro”, agregó.

El gremialista tacuaremboense también lamentó la situación que se da con las quitas para las carcasas que se exceden en kilos, “hay que buscar mercados para esas carcasas”.

“Debería haber una política de Estado para el rubro ovino, y no políticas de gobierno que benefician a ciertos sectores, como la forestación, que desplaza cada vez más al criador de lanares”, concluyó Riccetto.

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