El desafío es consolidar Estados Unidos y entrar con carcasas superiores a 22 kilos
Foto: INIA
Pablo Antúnez
La cadena ovina tiene por delante el desafío de aumentar el número de corderos mejorando los índices reproductivos, continuar el camino de seguir abriendo mercados donde colocar la producción y generarle rentabilidad al criador.
El asesor privado y delegado de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), como panelista en las 48ª. Jornadas Uruguayas de Buiatría de Paysandú, remarcó el potencial que tiene el compartimento ovino de alta bioseguridad, la herramienta adaptada por Uruguay para destrabar el ingreso de carne ovina con hueso en Estados Unidos.
En su charla, Bonino mostró que esta figura es una oportunidad para la profesión veterinaria y promovió la creación de una Asociación de Compartimentos (“Cocac”) para ser más eficientes e imponer el denominado “cordero maquillado” para mejorar ingresos de los criadores.
Ese cordero, que parte de una calidad superior al convencional para continuar terminándose en el compartimento, “es un cordero de 18 a 35 kilos, con buena conformación carnicera, que sepa comer, con la cola cortada, castrado, con cara esquilada (desojado) y con “agujero en cada pabellón auricular”, para evitar posibles bicheras”. A su vez, debe tener una sanidad especil: “se precisa que esté libre de afecciones podales; vacunados contra Ectima Contagioso y Clostridiosis; libre de ectoparásitos o tratados con Spinosad (piojo) y Doramectina (sarna). Debe estar sin endoparásitos o tratados con Monepante, explicó el veterinario.
Objetivos. El asesor privado marcó en su charla que entre los objetivos para 2021 en el Compartimento Ovino está la consolidación del mercado de Estados Unidos, tratando de imponer carcasas pesadas (más de 22 kilos), pero también marcó la importancia de “concretar otros mercados como Japón, Canadá, México, Israel y seguir trabajando Unión Europea y Reino Unido. En este último destino remarcó la necesidad de aprovechar las oportunidades que ofreció la salida del Reino Unido de la Unión Europea (proceso conocido como Brexit).
Bonino puso entre los desafíos adaptar la figura del compartimento de alta bioseguridad para ser usado en la exportación de genética o para hacer frente a las exigencias de algunas campañas sanitarias.
“Se debería adaptar a corderos precoces o mamones sin destetar”, marcó el profesional.
A su vez, entendió que se deben seguir conquistando mercados para la carne de calidad para reses de categorías adultas. En Estados Unidos “el desafío es consolidar el mercado e imponer carcasas superiores a 22 kilos”, porque la mayoría de los negocios que hoy tiene la industria están focalizados en carcasas más livianas.
Veterinarios. “El compartimento ovino ha jerarquizado al Uruguay y a sus veterinarios, siendo una gran herramienta para aplicar en animales en pie, genética (semen y embriones) y campañas sanitarias”, indicó Bonino.
Consideró que la cadena ovina (criador- “invernador”- industrial) debe fortalecerse e igualarse, dejando de ser el productor el más expuesto y el industrial quien regula el precio acorde a su beneficio. Además ambos deben valorar al criador a fin de tener la oferta necesaria.