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Roberto Cardellino: "La lana es un negocio de elite"

Es el director de la Consultora Delta, Animal Production Consultants, docente y ex investigador del Secretariado Uruguayo de la Lana. Considera que Uruguay logró un avance significativo en los últimos años en la producción de lanas, principalmente a nivel de las más finas y reafirma que este textil se ha convertido en un producto de alto valor para un segmento de usuarios de alto poder adquisitivo que busca prendas cada vez más livianas, que paga el bienestar animal y la calidad. Cardellino considera que está faltando investigación en Uruguay para el rubro ovino y según su visión, debería haber un programa de investigación único, como lo tiene Australia.

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Pablo Antúnez

-¿Cuáles son los desafíos de las lanas uruguayas?

-Creo que Uruguay tiene que apostar a la producción de lanas de altísima calidad. Si pensamos en aumentar la calidad hay dos componentes. Uno es la calidad intrínseca de la lana. Uruguay produce lana de altísima calidad, con el diámetro adecuado, pero a su vez con buen largo de mecha y con buen color. El otro tema relacionado con la calidad está relacionado con la forma en que se cosecha el producto y en cómo se acondiciona esa lana.

-La lana se transforma cada vez más en un producto exquisito. ¿Uruguay va bien encaminado?

-No tenemos que olvidarnos que el negocio de la lana es un negocio de una fibra premium para llenar un espacio de prendas y productos de altísima calidad. Independiente de que se pueda discutir si es coyuntural o estructural, probablemente siempre en todo componente de mercado hay de las dos cosas. El consumo final de prendas va por el lado de prendas más livianas, más suaves, de más calidad. Vamos bien rumbeados.

-La producción mundial es menor y hoy el cliente paga atributos que hace 10 años eran impensables. ¿Lo ve así?

-Hoy nos estamos manejando con un volumen de lana que es menor al de hace 10 o 20 años y todo básicamente enfocando en mejores lanas, mejor control y más calidad. Los clientes demandan bienestar animal y aspectos que hace años no existían. La lana pasó de ser un negocio de volumen para transformarse en un negocio más de nicho de mercado y de alta calidad. Hoy el negocio está planteado para que sea de menor volumen pero de más alta calidad.

-Hoy Uruguay está produciendo un volumen mayor de lanas finas y superfinas, pero a la vez extremó la calidad ¿qué muestran las estadísticas?

-Uruguay no tiene estadísticas hoy de lo que produce. A lo sumo tiene estadísticas de lo que exporta, pero no es específico, porque dentro de lo que se exporta, también están incluidos los 15 o 20 millones de kilos de lana que se importan.

Comparé 1997, 2007 y 2015 en millones de kilos y la producción de lanas finas viene aumentando. Lo que vengo observando es que el stock sigue cayendo pero aquellas majadas que están en las zonas de basalto superficial, esas permanecieron más estables.

Si se ve hoy, las lanas finas, en proporción, son más de lo que significaban antes, porque la reducción del stock fue más grande en otras razas. En lo fino representa más kilos, porque en el Merino hubo una tendencia de seguir los programas productivos que llevaron a tener mayor finura, pero el volumen total de ese tipo de lana es mayor hoy que hace 10 o 20 años. Cualitativamente significa un cambio muy importante.

-Entonces ¿el camino recorrido fue el adecuado?

-Hubo un acierto en los materiales genéticos (carneros) que se importaron desde Australia, de zonas productivas que eran parecidas a las nuestras, que tuvieron muy buen impacto en términos de calidad en producción de lana. Hoy eso se ve en reflejado en el mercado.

-¿Considera que está faltando más investigación?

--Claro que falta más investigación. Ahora hay organizaciones como la Facultad de agronomía que está retomando la incorporación de algunas razas en sus investigaciones. Creo que hay un potencial muy grande en términos de investigación pero se debe destinar a aclarar. No se sabe cómo es el funcionamiento de los sistemas, cómo se produce, dónde están las fallas, etc. Falta información objetiva de lo que está pasando. No tenemos datos oficiales de las razas que tenemos, no tenemos datos oficiales y objetivos del tipo de lana que producimos, ni siquiera tenemos datos objetivos de los índices de productividad.

-Entonces ¿hacia dónde debería apuntar la investigación?

-La investigación debería tratar de aclarar estos temas y ser un poco el motor de lo que debería transferirse a los productores para que tengan más claro lo que está sucediendo. En caso de los cruzamientos con razas carniceras pasa lo mismo, no se sabe el rol de cada una, ni qué se debería hacerse. Si el tema lo vemos sólo desde el punto de vista de cada uno, donde cada cual defiende a su raza y sus intereses, no se va a lograr una aproximación al tema de las más adecuadas.

-¿Qué hay que encarar?

-Hay dos cosas del tipo macro. Una es indagar más detalladamente, probablemente a través de una encuesta, cuál es la reacción de los productores respecto al ovino. Hay seminarios se remarca que da plata, que es un negocio rentable, pero el stock sigue en baja. No puedo asumir que todo el mundo es tonto y que no ve un buen negocio. ¿Cuáles son las restricciones que ve el que toma las decisiones para no pensar en subir el stock?.

Desde 1990 los precios de la carne ovina y lana subieron pero el stock siguió cayendo. Eso es lo que se llama no tener una conducción.

-¿Sería viable en Uruguay un único programa de investigación como lo hay en Australia?

-Lo sugerí hace muchos años y sin suerte. En Uruguay debería haber un solo programa de investigación y desarrollo en ovinos, como está sucediendo en muchos países del mundo. Australia tiene un programa único, negociado entre varias organizaciones y que marque el rumbo. Es un programa que es bien controlado, bien orientado y lo más importante, con medición de resultados. En Uruguay estamos acostumbrados a intentar juntar programas colectivos, hay demasiadas organizaciones metidas pero muy pocas veces hay medición de resultados.

-¿Todavía hay mucho para avanzar en la instrumentación de sistemas carniceros más definidos?

-Personalmente entiendo que hoy en Uruguay no están claramente instrumentados y definidos como para operar. La gente ve que el precio de la carne ovina es bueno, pero se adolece de estándares en Uruguay en cuanto a cruzamientos y razas carniceras. Se adolece de sistemas de producción. Hay que tener un sistema definido y hoy no lo estamos teniendo.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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