En las afueras de Montevideo, cerca del aeropuerto de Carrasco, hay casi dos hectáreas de campo en la que se cultiva maíz y se cosecha solidaridad. Desde hace 10 años existe en el campo uruguayo un cometido para fomentar la solidaridad en la comunidad.
El miércoles 10 de abril fue la edición N° 10 de La Chocleada -que tuvo que ser suspendida en algunas ocasiones, como la pandemia y en años de sequía- y de ella participó parte del equipo de Rurales El País, que se mezcló con los otros 300 voluntarios, alumnos de colegios y escuelas invitadas, chicos de la Fundación Sentires y varios vecinos de la zona.
Al inicio de la jornada nos preguntaron qué era lo mejor nos pasó ese día. Muchos de los chicos de las escuelas y colegios que acompañaron la jornada respondieron que lo mejor fue faltar a clase... si tuviera su edad respondería lo mismo, sin dudarlo. Pero si bajamos un escalón más, y nos tomamos un minuto para reflexionar, lo mejor de ese día fue salir de la rutina y destinar nuestro tiempo para ayudar desinteresadamente al otro, porque es imposible llegar a ese lugar y no involucrarse por el entusiasmo que en él se derrama.
Ese día recolectamos a mano cerca de 90.000 choclos, que el Banco de Alimentos distribuyó entre cerca de 90 centros y, con ellos, se alimentó a 21.500 personas.
Guillermo “Billy” Battro es argentino, pero uruguayo por adopción, y es quien está detrás de todo esto. Billy trajo la idea de su país de origen y la está aplicando con varias ONG´s y fundaciones. Contó que La Chocleada consiste en cosechar a mano maíz e involucrar a distintos sectores de la sociedad, pero que no se comercializan, sino que se donan como platos de comida.
“Hay que abrir las puertas e involucrar a la sociedad, porque a la gente le gusta colaborar y ser solidaria, pero para ello hay que darle el espacio y coordinar los trabajos”, aseguró Battro.
Battro contó que el predio fue donado por los vecinos de la zona para poder plantar maíz. Este año fue su hijo, Matías, quien se puso el equipo al hombro y sembró el área.
“Cosechamos más o menos unos 90.000 choclos que fueron destinados para alimentar a unas 21.500 personas Estos choclos llegan a los centros beneficiarios para que ellos puedan comer”, contó.
Reflexión. Billy habló también de tener la capacidad de hacernos una pausa en la vida y dedicar un día a otra gente, no pensar solamente en nuestro trabajo, en nuestras obligaciones y en nuestra agenda, que siempre son apretadas y no tenemos tiempo.
“Tenemos que aprender a desprendernos de las cosas y dedicarle tiempo a estas cosas, que con muy poquito que hacemos, como un día de hoy, le vamos a dar un plato de comida a 21.500 platos de comida”, aseguró.
Además de donar tu tiempo para recolectar manualmente choclos, hay un montón de empresas y gente que colabora simbólicamente con la cosecha para apoyar a la Fundación Sentires.
Otra pata muy positiva de la jornada es transmitir los valores y la ruralidad. Es un día de integración entre el campo y ciudad.
“Muchos de los chicos no saben lo que es una planta de maíz. Venir acá, tan cerca de Montevideo y parece el medio del campo, y conocer la planta de maíz, cómo es el choclo, cómo se corta y cómo se cosecha es simplemente espectacular. Tiene aprendizajes por todos lados. Aprendes del agro, te vinculas con los cultivos. Lo que es un choclo que ellos lo ven en el plato de comida y no saben de dónde sale. Y además dedicar el día social. Que bajen la pelota y que empiecen a entender desde chicos la importancia de tener un perfil social. Y además, acompañados de chicos con síndrome de Down. Están cosechando al lado de un chico con síndrome de Down que tiene otras limitaciones, pero tiene miles de otras virtudes. Ese intercambio es lo que vale”, afirmó. Los objetivos de La Chocleada son pasar un día social, entregar los choclos como plato de comida y recaudar fondos para, además, poder ayudar a algún centro beneficiario. En este caso, serán destinados a la Fundación Sentires, especializada en el abordaje integral de las personas -y familias- con Síndrome de Down.
“La primera que hicimos fue en junio, hace como 14 años, y fue todo un éxito total. Además de repartir los choclos en los centros beneficiarios, se juntaron fondos para ayudar a un centro de chicos con discapacidad, que se llama Centro Esperanza. Hicimos un ruido bárbaro, todo el pueblo se movilizó, fue tremenda movida. Y a partir de ahí nosotros, que ya teníamos una ONG en Montevideo, nos pareció buena idea llevar también La Chocleada hacia la capital. Y de ahí lo hicimos durante 10 años consecutivos en Montevideo”, dijo.
Un click que puede cambiar la vida de muchos
La Chocleada de este año se realizó el pasado l miércoles 10 de abril a las afueras de Montevideo, en camino Los Horneros. No es una actiivdad a la que se pueda ir de forma libre, por un tema logístico.
De la jornada de este año participaron unos 300 voluntarios que transitaron una jornada social ayudando al otro.
“Nos encantaría que sea abierto, pero por un tema organizativo, nosotros vamos viendo cuáles son las empresas y escuelas que participan, y damos cupos para armar el equipo de cosecha. No es una especie de entrada libre porque ahí se nos armaría un lío bárbaro de no saber cuánta gente va a colaborar”, comentó Battro.
Lo bueno es que sí se puede colaborar de distintas maneras: la forma de hacerlo es entrando en la página de Sentires, sentires.uy.
Allí hay distintos tipos de ayudas, que pueden ser donando las millas que te sobren a través del Banco Itaú o por Mercado Pago.
También podés ayudar financiando un taller, capacitando profesionales o apadrinando a un niño…
“Ahí tienes todos los distintos importes en donde cada uno ve dónde puede colaborar. Apretando un click ya estás ayudando”, contó Billy Battro.
Ese es el motivo de este año de la Chocleada con Sentires, que mucha gente pueda apoyar para poder ver crecer y atender a la enorme demanda que hay de familias y chicos con síndrome de Down, quienes este año también formaron parte de este día tan especial.
“Ellos ven y se dan cuenta que también pueden ayudar. A pesar de tener capacidades diferentes, ellos también pueden dar una mano, ayudando a cosechar esos maíces y llevando esos choclos como plato de comida a gente que realmente está con mucha necesidad”, expresó.