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Sonría, fauna nativa, la estamos grabando

Dos jóvenes de Solís de Mataojo nos muestran los secretos que esconden los montes y las sierras, el Uruguay que no conocemos...

Hace casi dos años Agustino Alonzo y Valentina Barreto, de Solís de Mataojo, llevan adelante un proyecto de fototrampeo, actividad que empezó como un pasatiempo, pero hoy apunta a mucho más que eso: a la concientización y preservación de la fauna autóctona.
Hace casi dos años Agustino Alonzo y Valentina Barreto, de Solís de Mataojo, llevan adelante un proyecto de fototrampeo, actividad que empezó como un pasatiempo, pero hoy apunta a mucho más que eso: a la concientización y preservación de la fauna autóctona.

Elefantes, jirafas, leones. De ellos sabemos mucho y los reconocemos, pese a que quizás nunca vimos a ninguno de ellos. Uruguay tiene mucho más que vacas y ovejas. Entre la fauna uruguaya abundan especies como el puma, el ciervo de los pantanos, el yaguareté (jaguar), el oso hormiguero chico, el pecarí, el coatí y la víbora de cascabel, aunque estos animales están en peligro de extinción. También está casi extinguido el yacaré, que sólo se encuentra en el río Cuareim. Entre los mamíferos abundan el zorro, el gato montés, el mapache o mao pelado, el lobito de río, la nutria, el carpincho, el tatú y el venado.

Todos ellos viven escondidos en los espesos montes y las profundas sierras del país, pero hoy los podemos ver fácilmente. ¿Cómo? En Instagram, claro. No se imaginaron esa respuesta, pero es que desde hace casi dos años Agustino Alonzo y Valentina Barreto llevan adelante un proyecto de fototrampeo, actividad que empezó como un pasatiempo, pero hoy apunta a mucho más que eso.

Ambos son de Solís de Mataojo, de Lavalleja. Él es mecánico en el Frigorífico Solís y ella docente de inglés.

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A fines de 2019 un amigo que trabaja en las sierras les contó que estaba teniendo visitas en el gallinero y no sabía de qué animal se trataba. “Encontramos una huella de un felino y nos dio intriga saber qué era. Ahí compramos nuestra primera cámara”, contaron los jóvenes en diálogo con El País.

En esta ocasión la curiosidad no mató al gato, pero sí los llevó a investigar sobre la fauna uruguaya. Comenzaron a introducirse en el mundo del fototrampeo, mirando documentales y abriendo enciclopedias (y Google).

Algunas visualizaciones han sido: lobo de río, carpincho, tatú, zorro perro, zorro gris, zorrillo, lagarto overo, liebre, gato montes, yaguatirica o margay, guazuvirá, ratón de campo, mano pelada, jabalí, mulita, etc.

Con la llegada de la pandemia, escaparse a los montes era la excusa perfecta y el proyecto se incentivó más. Cada vez tenían más registros, se instruyeron en las cámaras. Ahorraban un poco de dinero y se compraron más y mejores herramientas para encontrar más animales.

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Llegó un momento que tenían tanto material que decidieron mostrarlo. Se abrieron una cuenta en Instagram (@uruguay_fototrampeo). Fue tal el interés que en poco tiempo superaron los 25 mil seguidores, entre ellos, el presidente Luis Lacalle Pou que dos por tres los halaga con un like en las fotografías y videos compartidos.

“No hay mucho material en redes ni en Internet. Hay estudios tremendos que tienen una o dos fotos. Por eso ha tenido tanta repercusión lo que hacemos. La gente piensa que es nuevo, pero en realidad no, es que no se da a conocer. Porque se hace con otros fines”, comentaron.

Fueron aprendiendo del oficio a costo de las macanas y la pérdida de tiempo. Poco a poco se fueron haciendo cada vez más profesionales y hoy saben que los mejores lugares para ver a los animales son cerca de agua, por los trillos de los montes y en los bajos de los campos. De hecho, en épocas de seca es más difícil de ver animales. “A veces, sin saberlo, estábamos una hora subiendo un cerro con toda la emoción y cuando llegamos había un guazuvirá y una libre. Eso es por el calor y la falta de agua. Los animales salen más de noche y de mañana temprano o en la tardecita. No andan tanto como en primavera y en otoño”, contaron.

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La técnica. Las cámaras de fototrampeo o de caza son cámaras de fotografía dotadas de un detector de movimiento que activa la cámara cuando pasa un animal frente a ella. La técnica se inventó hace mucho tiempo y surgió para los cazadores, luego la implementaron los biólogos para estudiar con mayor profundidad. Sin embargo, este tipo de material usualmente no se comparte. Justamente, por eso llama tanto la atención.

Actualmente los jóvenes cuentan con 12 cámaras que están los 365 días del año encendidas. Los sábados de tarde las revisan y le hacen el mantenimiento; limpian los lentes, cambian los cables y las baterías. Levantan la tarjeta de memoria, visualizan las capturas, se copian el material y las vuelven a colocar.

Guazubirá.
Guazubirá.
Foto: Archivo El País.

Estar entre las sierras les juega mucho a favor y, afortunadamente, han podido observar muchos animales. Entre ellos: lobo de río, carpincho, tatú, zorro perro, zorro gris, zorrillo, lagarto overo, liebre, gato montes, yaguatirica o margay, guazuvirá, ratón de campo, mano pelada, jabalí, mulita, pava de monte, chiricote, aves varias y tatu peludo.

Los preferidos son los felinos, porque por ahí fue por donde empezaron. “Nunca nos imaginamos que había tanto movimiento en un monte. Nos gusta ver al gato montés o el margay, porque que se ven muy poco”, contaron.

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Hay semanas y semanas. Un sábado tuvieron 110 capturas entre fotos y videos, pero ahora hace tres semanas no ven nada.

Aún no han visualizado todos los animales que deberían haber entre los montes. Falta el oso hormiguero, el coatí y reconocen que en las sierras no están presentes todas las especies autóctonas del país. En el norte hay más variedad de animales, pero, al momento, no llegan tan lejos, dado que esto no es un trabajo sino un hobbie y todo lo que han hecho ha salido de sus bolsillos.

Zorro en su hábitat natural
Zorro en su hábitat natural.
Foto ilustrativa: Archivo

Generar conciencia agropecuaria es el desafío actual

Sin ser profesionales del rubro, ni biólogos, con el solo motor de la curiosidad Valentina Barreto y Agustino Alonzo destacan que su labor es mostrar lo que a simple vista, muchas veces, no se ve.

Reconocen no estar capacitados para hablar de algunas cosas, pero hacen lo que está a su alcance: compartir los videos que capturan.

La fauna habitual de la cuenca platense es en general de pequeño tamaño y utilizan los refugios naturales formados por los montes, praderas, ríos, arroyos y lagunas.

Su principal característica es la progresiva y constante disminución de especies debido a las características biogeográficas del territorio y a la acción predadora del hombre.

Así, desde hace algún tiempo se han planteado generar conciencia agropecuaria para proteger la fauna autóctona.

De a poco están empezando a hablar de la quema excesiva de árboles de sierra, como el coronilla, y la fumigación desmedida.

“Es un grano de arena para concientizar”, dijeron.

Además, Valentina tiene alma de docente y le gustaría llegar a más centros educativos, o al menos trabajar sobre estos temas en las escuelas rurales.

“Este es el puntapié inicial para que el docente trabaje en empezar hablar de fauna autóctona y el cuidado del medioambiente”, dijo.

“Hay que hacer algo para cambiar, por ejemplo, no quemar leña de sierra, quizás por desconocimiento uno no se da cuenta que la quema del coronilla hace pelota sin saberlo. No nacimos siendo pro naturaleza, pero nos fuimos construyendo de a poco viendo todo el material que hay en los montes, los animales en su hábitat natural”, dijeron.

Los jóvenes recién se están percatando de la repercusión que tiene el proyecto, en donde en algo más de 7 meses han alcanzado los 25 mil seguidores.

“Nunca nos imaginamos, porque no somos nada. Pensamos que iba a ser una cuenta de Solís de Mataojo, pero nos llaman de las escuelas, los liceos. Nos piden videos para mostrarlo y hablar de eso”, aseguraron.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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