En un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba, donde la vida transcurre entre el campo y la escuela de sus hijos, Guillermo Ciampagna ha logrado unir dos mundos aparentemente distantes: la tecnología y la comunicación agropecuaria. Ingeniero agrónomo de profesión y apasionado por la divulgación, su historia está marcada por la constante búsqueda de acercar el agro a la sociedad de manera accesible y entretenida.
“Soy de Córdoba, del centro del país. Vivo en un pueblo chico, de unos 10.000 habitantes. Hace diez años me fui a vivir al campo con mi familia, pero ahora, por las actividades escolares de mis hijos, paso más tiempo en el pueblo”, contó Ciampagna a Rurales El País. Su vida profesional siempre estuvo ligada al agro y la tecnología. “Mi familia tiene un campo en Río Primero y mi empresa se dedica a la agricultura digital. Siempre me interesaron la agronomía y la gestión empresarial, por eso, además de la carrera, hice una maestría en administración”, explicó.
A lo largo de su carrera, Ciampagna detectó una barrera que dificultaba la adopción de estas innovaciones: la complejidad del lenguaje técnico. “La simpleza en la comunicación es clave. Muchas veces los profesionales del agro hablamos desde un altar del conocimiento y no nos entiende nadie. En los congresos, los expositores dan conferencias complejas y el público, en lugar de sentirse involucrado, queda más bien dormido”, dijo entre risas.
Ese distanciamiento entre el sector agropecuario y la sociedad, sumado al avance de narrativas que lo presentan como una industria extractiva, lo llevó a preguntarse cómo conectar con la gente de manera efectiva. La respuesta la encontró en el humor y la tecnología, dando origen a “Los Agroinfluencers”, una serie digital que, con un tono descontracturado y cercano, busca romper con los prejuicios y acercar la realidad del campo al público urbano.
“El agro se ha transformado en una especie de minería a nivel global, y muchas veces se nos percibe así, sin entender la tradición y el esfuerzo que implica producir alimentos. Con ‘Los Agroinfluencers’ queremos cambiar esa imagen, mostrar lo que hacemos de una manera divertida y accesible”, afirmó. Así, con un lenguaje simple y situaciones cotidianas, su propuesta se ha convertido en un fenómeno digital que acerca el agro a nuevas audiencias de una forma innovadora.
Desde sus inicios, Los Agroinfluencers nacieron con la premisa de comunicar de manera clara y accesible la importancia del sector agropecuario. Guillermo Ciampagna, su creador y director, tiene claro que la industria enfrenta un desafío de comunicación. “Nosotros no somos minería. Desarrollamos sobre nuestro suelo y queremos que perdure, porque ahí vivimos, ahí crecen nuestros hijos y se construye nuestra sociedad”, explicó. La conciencia agropecuaria ha sido erosionada, y el proyecto busca recuperar esa conexión con el resto de la sociedad.
El humor y la educación son herramientas clave en este proceso. “La gente en redes busca entretenimiento o aprendizaje. Nosotros tratamos de combinar ambas cosas en cada capítulo”, contó Ciampagna. La historia de Los Agroinfluencers gira en torno a personajes de ciudad, Alambre, Tolva y Oruga, que se mudan al campo para aprender sobre su funcionamiento. “No son gauchos, no es que no tengan intelecto, simplemente no saben del campo. Y eso nos permite abordar la información desde la simpleza, sin prejuicios, y construir conocimiento desde cero”. A través de esta dinámica, la serie logra hablar de buenas prácticas agrícolas, conservación de suelos y tecnología aplicada, sin perder la esencia humorística.
Pero más allá de este primer objetivo de generar conciencia agropecuaria, el proyecto tiene otras metas bien definidas. “Tenemos tres grandes ejes: comunicar sobre los valores del campo y la vida rural, transmitir información sobre tecnología y sustentabilidad, y fomentar las buenas prácticas agrícolas”, detalló Ciampagna. En este último punto, enfatiza la importancia de la capacitación y el conocimiento aplicado. “Muchos productores no han tenido acceso a información sobre cómo hacer las cosas bien para cuidar el medioambiente o implementar tecnología de manera eficiente”.
Los Agroinfluencers buscan cerrar lo que denomina como "brecha de información": “Siempre tratamos de mostrar la realidad, de desmitificar la idea de que el agro es un sector anclado en el pasado y, al mismo tiempo, de evitar caer en la imagen irreal de excelencia que a veces muestran los influencers tradicionales”. Para ello, la serie utiliza la sátira y el humor, combinando elementos de la cultura popular con información técnica. “Es una mezcla entre el Chavo del Ocho y la actualidad de las redes sociales”, resumió su creador.
Pero más allá del contenido en redes, Ciampagna ve una oportunidad aún mayor para Latinoamérica: agregar valor a la producción agropecuaria. “Muchos agrónomos terminamos trabajando en la parte comercial de multinacionales, pero hay un nicho enorme en el desarrollo de alimentos con valor agregado. No se trata solo de exportar soja, sino de pensar qué más se puede hacer con ella, cómo podemos generar más oportunidades para la región”.
Así, Los Agroinfluencers no solo buscan conectar con el público a través del humor, sino también despertar la reflexión dentro del propio sector. “El agro tiene un potencial enorme, pero para aprovecharlo, primero tenemos que aprender a comunicarlo”.
El impacto del contenido
Las métricas de éxito de “Los Agroinfluencers” no pasan únicamente por los números en redes sociales. Guillermo Ciampagna lo dejó claro: el impacto se siente en el contacto con la gente. “Las ferias y eventos son increíbles. Cada vez que vamos a un evento no los dejan caminar a los chicos. Aparte tienen un carisma especial. Alambre, Oruga, Tolva, Leandro, Gonzalo y Andrés. Cuando van caminando en una expo no hay nadie que no los salude, no hay nadie que no saque una foto, que no quiera hacer una historia con ellos. Es como que los conocen”, relata.
El reconocimiento del público agropecuario es una señal de que el proyecto ha logrado conectar con su audiencia. “Quizás si van caminando por un shopping en Montevideo, Córdoba o Buenos Aires, nadie los saluda. Pero si van a una feria agropecuaria o a una zona de campo, es impresionante cómo se han hecho personajes queribles”. Esa cercanía con el público es parte de su propuesta. “Buscamos transmitir algo sano. Desde ya que no hay insultos, no hay físicos moldeados. No buscamos la perfección en nada, sino la realidad, lo que realmente pasa. No buscamos el atractivo en los personajes, sino justamente el carisma o el transmitir algo más. Eso es muy lindo”.
Sin embargo, el mayor orgullo de Ciampagna no está en la fama que han alcanzado sus personajes, sino en su impacto educativo. “Es hermoso es cuando nos escriben de las escuelas rurales. Eso es, para mí personalmente, desde el lado de la comunicación, lo que más me gusta. Cuando una maestra nos dice ‘utilicé este video para explicarle a mis alumnos sobre la certificación de exportación en cuanto a sustentabilidad’, eso nos llena de satisfacción”.
Desde lo económico, “Los Agroinfluencers” se sostienen gracias a la confianza de empresas y organizaciones del sector. “Somos bien claros. Entendemos que las empresas u organizaciones públicas son parte del sector agropecuario. Cuando uno se sube a un tractor, se sube a un tractor que tiene una marca. Cuando uno siembra una semilla, esa semilla está hecha por una empresa que trabajó en su genética. Son parte del sector agropecuario, y también las marcas quieren aparecer en ‘Los Agroinfluencers’ y se preocupan por eso”.
Más allá del apoyo de las marcas, Ciampagna destacó que su enfoque es diferente al del marketing tradicional o al de los influencers. “Nosotros llevamos una línea editorial de comunicar cosas concretas de cada marca en cuanto a su propuesta de valor. Y la aceptación del lado de las marcas para comunicar en forma disruptiva también es sin duda algo que nos permite darnos cuenta de nuestro éxito. Las marcas quieren mostrar sus productos y servicios a través de nosotros. Y no solo las multinacionales agrícolas, sino también organizaciones del agro, entidades públicas y empresas de sectores menos conocidos, como el negocio de futuros y opciones o el transporte agrícola”.
El director del proyecto hizo una distinción clave: “Nuestro producto es muy distinto a los dos extremos del marketing: el tradicional, de radio y televisión, y el de influencers, que estuvo de moda en los últimos cinco años. Nosotros no somos influencers, no buscamos influenciar desde nuestras vivencias reales, sino que somos comunicadores, buscamos comunicar un mensaje particular”.
Y ese mensaje se transmite a través de la ficción. “Alambre se llama Leandro, es abogado y tiene un restaurante de comida árabe. Andrés, Tolva, se dedica al arte, tiene un stream y es campeón argentino de stand-up. Gonzalo, Oruga, es profesor de teatro; y yo, que soy 'el inge', soy ingeniero agrónomo y dirijo una empresa que tiene que ver con la agricultura digital. O sea, ninguno se muestra tal cual es, salvo un poquito yo”. Un equipo diverso, con una misión clara: comunicar el agro desde la cercanía, la creatividad y el humor.
El germen del proyecto
La historia detrás de “Los Agroinfluencers” es un relato de creatividad, pasión por el agro y una visión innovadora de la comunicación digital. Es por ello que Ciampagna narró cómo la idea nació de una combinación inesperada: su experiencia en el sector agropecuario y el talento artístico de su hermano, un profesional del cine y la publicidad.
“Mi hermano estudió de todo: abogacía, informática, profesor de educación física, hasta que encontró en el cine y la publicidad su arte. Es un artista increíble. Yo, en cambio, desde los 10 años supe que iba a estudiar agronomía. Mi vida ha sido muy ordenada en ese sentido. Él ha explorado distintos caminos hasta encontrar el suyo”, contó.
El germen del proyecto se remonta a “Alta Mezcla”, una serie de redes sociales creada por su hermano para la cementera Holcim Internacional. Esta producción de humor logró posicionarse como la cementera con más seguidores a nivel global, con más de 500.000 seguidores. “Cuando vi eso, me di cuenta de la oportunidad que había para comunicar en el agro. Cuando el contrato con la cementera terminó, le propuse a mi hermano crear un área dentro de mi empresa de contenido creativo, con ‘Los Agroinfluencers’ como el producto estrella”, relata.
Los actores de “Alta Mezcla” hicieron la transición del mundo de la construcción al agro. “Transformer se convirtió en Alambre, Piraña en Tolva, Tarugo en Oruga. Pasaron de ser albañiles a vivir en el campo, y de ahí surgió la historia. En octubre de 2023 salió el primer capítulo sobre cómo tres personas de ciudad se mudan al campo para mostrar la vida rural”.
A diferencia de otros creadores de contenido en redes sociales, “Los Agroinfluencers” es una producción de alto nivel. “Mi hermano es el director y guionista. Hay un equipo de guionistas, gente que se dedica al sonido, al arte, a la musicalización. No es simplemente alguien con un teléfono grabando. Es cine adaptado a las redes sociales, con videos cortos, dinámicos y atractivos para el público digital. Mezclamos la calidad cinematográfica con la inmediatez de las redes”, explicó Ciampagna.
La elección de los temas sigue una metodología bien definida. “Hay una bajada clara de los ejes de comunicación. Sobre esa base trabajan los guionistas. Mi hermano se especializa en storytelling; Álvaro aporta el humor; y Turki es el nexo con el agro. Yo filtro los contenidos desde el punto de vista agronómico y profesional".
Además de este proceso editorial, las empresas juegan un rol clave. “Hacemos reuniones con las empresas para entender qué mensaje quieren transmitir. Pero también tomamos mucho del público. Los comentarios en redes nos dan historias y propuestas. La interacción con la audiencia es clave en nuestra estrategia”, asegura.
Cruzar el charco
Desde diciembre, “Los Agroinfluencers” han comenzado a expandir su contenido en Uruguay, de la mano de la empresa Vitalforce. Ciampagna explicó que este nuevo desafío les permitió desarrollar una narrativa en la que su personaje decide emprender un doctorado sobre suelos en Uruguay. “Estoy yendo a Uruguay a hablar sobre la fertilización en distintos cultivos y ya hicimos un capítulo sobre la fertilización en general. Ahora va a salir uno sobre potasio en soja, que permite un mayor llenado de granos y, por ende, un aumento en el rendimiento”, comenta.
El reto, como siempre, es transformar temas técnicos en contenido humorístico sin perder rigurosidad. Para ello, juegan con referencias culturales que generan identificación en el público, como la eterna disputa sobre el origen del mate o las bromas entre argentinos, uruguayos y brasileños. “Lo hacemos con el objetivo de mostrar que, en el fondo, somos lo mismo. Solo nos separa una línea en el mapa, pero compartimos una cultura agropecuaria muy similar”, reflexionó.
La serie también ha logrado impacto en Paraguay, donde han trabajado en la difusión de un congreso especializado. Aunque Argentina es el país donde tienen mayor audiencia, Uruguay ocupa el segundo lugar en cantidad de seguidores, seguido por Paraguay, Bolivia y Chile. “Son países donde el agro tiene un peso muy fuerte y donde la gente se siente identificada con lo que mostramos”, explica el creador del proyecto.
Con un año y cuatro meses desde el lanzamiento del primer capítulo en octubre de 2023, “Los Agroinfluencers” han logrado consolidar una comunidad de seguidores que no solo consumen su contenido, sino que también interactúan y proponen ideas. Ciampagna y su equipo tienen claro que este es solo el comienzo de un proyecto que busca seguir creciendo y expandiéndose en la región, siempre con el equilibrio entre el entretenimiento y la comunicación efectiva en el agro.
El mensaje final de “Los Agroinfluencers” no es solo una cuestión de entretenimiento, sino de propósito. Ciampagna lo tiene claro: lo que buscan es transmitir el valor de la producción agropecuaria y su conexión con la sociedad en general. “Hoy en día está muy de moda el propósito, tener un propósito para hacer las cosas, es como que es encontrar una motivación. Se habla mucho de la juventud que no tiene esa motivación, ese propósito. Yo, por el contrario, soy una persona hiperoptimista de que la juventud es increíble, que hay que darles oportunidades, que los grandes a veces son muy críticos, pero no sabemos escuchar que son distintos y que tienen otra forma de encarar sus objetivos.”
Desde “Los Agroinfluencers” buscan dar valor a la profesión agropecuaria y hacer que la sociedad entienda su relevancia.
La clave del proyecto es generar identidad y empatía. “Queremos que la gente del campo se vea reflejada en las situaciones que vivimos a diario, como el hecho de llegar a un establecimiento y tener que bajarse a abrir una tranquera. Es algo tan simple y cotidiano, como embarrarse cuando llueve o tener que coordinar las viandas para la cosecha. Esas pequeñas cosas son parte de la vida en el agro y queremos mostrarlas desde el humor, pero con respeto”.
Pero el mensaje de fondo va más allá del anecdotario rural: también abordan la importancia de hacer bien las cosas en la producción agropecuaria. “Muchas veces se desconoce el esfuerzo de los productores y las empresas por aplicar buenas prácticas agrícolas. La gente no sabe sobre las dosis adecuadas, los momentos de aplicación de un fitosanitario, la evolución en cuanto a las bandas de productos fitosanitarios, pasando de banda roja a azul y luego a verde, o la incorporación de bioinsumos. Es un sector que se preocupa por mejorar constantemente, porque la mayoría de los que trabajamos en esto vivimos en el campo y queremos cuidar nuestra tierra”.