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Dos mujeres apuestan a visibilizar a la granja

En un hecho inédito, la Confederación Granjera del Uruguay cambió directiva y eligió dupla femenina: Grisel Moizo y Antonella Gordillo

Por primera vez en la historia, una gremial agropecuaria está encabezada, en la presidencia y secretaría, por mujeres. Con ideas frescas y energía renovada, la dupla conformada por Grisel Moizo y Antonella Gordillo pisan fuerte y harán de la granja un sector más dinámico.

Visualizar a la granja, educar a los productores, custodiar a la UAM y abrir la gremial. Estas son las cuatro grandes áreas que propone la nueva directiva -juvenil y femenina- de la Confederación Granjera del Uruguay. Por primera vez en la historia, una gremial agropecuaria está encabezada, en la presidencia y secretaría, por mujeres. Con ideas frescas y energía renovada, la dupla conformada por Grisel Moizo y Antonella Gordillo empieza a pisar fuerte y harán de la granja un sector más visible para la sociedad y atractivo para los jóvenes.

Antes de presentarlas, vale la pena destacar que la granja no ha sido el único sector que, de a poco, comienza a sumar a las mujeres en cargos directivos. Bien sabido fue el caso de la Federación Rural, con un hecho inédito, recordemos, cuando se presentaron DOS listas encabezadas por MUJERES. Ellas fueron Soledad Arrarte y Mónica Silva. También Federación Rural rompió la historia con la primera vicepresidenta mujer, Pilar Camy. Pero recientemente, la Asociación de Consignatarios de Ganado nombró a Sol Andrade en la Tesorería de la gremial. Por su parte, la Asociación Agropecuaria de Dolores, tiene VARIAS mujeres en su directiva: Marisa Bernotti, Ana Laura Zurbrigk, Valeria Sasso, Carolina Meikle y Silvina Ruiz. Sin temor a equivocarme, deben haber varias mujeres más participando activamente en otras gremiales, pero esto fue para ilustrar que están.

Bueno, a lo que vinimos...

En la presidencia de la Confederación Granjera está Grisel Moizo Beretta. Ella es ingeniera agrónoma, tiene 47 años y trabaja en la empresa familiar Domingo Moizo en la zona de Melilla, dedicada a la producción de frutas (manzana, peras y uvas de mesa) tanto para consumo interno como para la exportación. Además, de presidenta de la gremial, ingeniera y productora, Grisel es madre, ¡y de tres niños!.

La Confederación Granjera, establecida en 1944, es una gremial de segundo grado, compuesta por ocho gremiales. Moizo llegó a ella a través de la gremial de Exportadores de Frutas de Hoja Caduca del Uruguay. Era suplente del grupo, pero no estaba participando por los horarios. “Son reuniones nocturnas, tengo niños chicos y la hora de la reunión es la hora del baño, de los deberes…”, señaló.

Aseguró que surgió su nombre porque “hay muchos cambios para hacer”. “Fuimos a votación y recibimos apoyo de la mayoría”, contó.

La dupla buscará dar dinamismo a las acciones. “Se vienen muchos cambios en la UAM, hay muchas cosas por resolver. El sector tiene cambios porque su rentabilidad se ha visto afectada. Necesitamos mover otras piezas, recorrer ideas para ver qué podemos hacer”, contó.

Además, explicó que muchos de los integrantes tienen la edad de su padre, 70 y largos, y si bien cuentan con la experiencia, “la gente joven tiene otras ideas, otros tiempos y otras energías”. El objetivo es que Confederación vuelva a tener representatividad y mayor presencia.

“Tengo una postura bastante conciliadora y trato de ir más al centro de las cuestiones. En las gremiales hemos tenido diferencias… había tensión y la idea era sumar a alguien pacificador y no a alguien de perfil más peleador. Me postulé con esa idea y apostaron por mi. Quería que Antonella estuviera conmigo, porque ella va adelante con todo”, explicó.

Secretaria. Antonella Gordillo Caballero tiene 32 años y es hija de padre y madre granjeros; se dedican a la plantación de zanahorias. No pensaba dedicarse a este rubro porque la granja familiar era chica y no había lugar para trabajar en ella. Entonces se puso a estudiar, pero se dio cuenta que tanto su padre como su hermano (también granjero) tenían problemas en la comercialización de la mercadería. El trabajo no solo le gustaba, sino que también era buena en lo que hacía. A partir de ese momento, cinco años atrás, se hizo cargo de vender todo lo que su familia producía, además de supervisar el lavadero de zanahorias.

“Mi padre siempre fue de ese tipo de granjeros que te dicen ‘toma, labura y dale para adelante. Te doy una mano, pero ganátelo’. Él vendía en el Mercado Modelo y empecé a ir con él todos los jueves antes de ir a la universidad. Un buen día me dejó a cargo para tomarse unos días libres. Cuando volvió se dio cuenta que me había ido bárbaro. ‘No vengo más, encargate a vos’, me dijo. Fue un proceso y me soltó”, recordó.

Ella entiende que entró en el momento justo al gremialismo, porque no era tan joven; lo suficiente como para haber generado experiencia. “Había pasado un proceso y tenía la vivencia; sé lo que es ser granjera, sé de las dificultades y de la carga positiva”, contó.

Entiende que la granja es la “soberanía alimentaria” de Uruguay, porque es la base: la que está en las buenas y en las malas. “Siempre me tiró. Siempre me gustó la granja, pero me hicieron estudiar porque tenía más cabeza, era más inteligente… mi padre siempre bromea que quería que hiciera ingeniería o abogacía, pero que hoy tiene a la mejor comercializadora”, señaló.

En lo gremial, le hacía ruido que en algunos puestos importantes no habían productores. Entonces se metió, pero se dio cuenta que no habían mujeres, entonces estaba sola. Sabía de Grisel, pero no coincidieron en ninguna directiva, hasta hoy.

Objetivos. Uno de los más relevantes es hacer visible a la granja. Otro es abrirle la cancha a los más jóvenes.

“El gremialismo tuvo mucho tiempo de repeticiones de cargos, pero no era la culpa de los que estaban sino que la culpa era de las nuevas generaciones que no nos acercábamos. Tenemos que hacer que los productores granjeros se acerquen a las gremiales y sean personas activas”, aseguró.

Metiendo el codo y el hombro, Grisel y Antonella hoy están al frente de la granja y aseguran que “podemos ser más”.

“Estábamos solas. Queremos que las mujeres se acerquen, las gremiales no son de hombres. Que la mujer también vaya a exponer sus ideas, a decir que piensa, son productoras pueden ir. Lleva tiempo, es cierto, pero hay que hacerse del tiempo porque el sector lo necesita”, explicaron.

Por otro lado, Gordillo señaló que hay una crisis instalada en la granja, con una sobreproducción y no hay mercados. “Somos un país chico que consume poco. Uno de los grandes temas es empezar a hablar sobre la alimentación y la relevancia que la granja tiene, además de abrir mercados”, dijo.

A nivel de sector, dijo, hay que trabajar el tema de los terrenos de la UAM. “La UAM tiene que funcionar porque sin ella los productores no tienen futuro, es de las partes más importantes, podes tener la mejor calidad una cosecha récord, pero si no tienes comercialización todo se cae. Estamos para custodiar a la UAM”, indicó.

Grisel viene del palo frutícola exportador y Gordillo del palo hortícola con comercialización nacional y con diferentes escalas comerciales.

“Le cuesta a las gremiales hacer un recambio generacional. Eso fue lo que le pasó al sector. Fue tan difícil porque no había apertura, por eso quiero hacer hincapié: no importa de dónde venís, qué tamaño tienes, qué género, si sos joven o sos no... lo importante es que se acerquen”, cerró.

vegetales, verduras
El problema que tiene el sector es que cosecha más de lo que se consume y los precios han tendido a la baja. En exportaciones se depende de la situación del mercado: tanto de la producción interna como de la situación del exterior. Eso determina si se exporta más o menos. Este año fue récord, frente a los últimos cuatro años: se exportaron 5.168 toneladas de manzana y 794 toneladas de pera. Destino principal fue Brasil.

Sobrecosecha. El problema que tiene el sector es que cosecha más de lo que se consume y los precios han tendido a la baja.

“Nuestro precio se fija en base a la oferta y la demanda. Si hay mucho producto en la plaza, el precio baja por más que el costo sea alto. Cuando vendes el producto apenas se cubra o se no cubre el costo de producción. Es complejo. A esto se le suma la sequía y otros problemas y es un combo que nos deja sin rentabilidad”, expresó Moizo.

En exportaciones se depende de la situación del mercado: tanto de la producción interna como de la situación del exterior. Eso determina si se exporta más o menos, pero hasta el último momento no está claro. Este año fue récord, frente a los últimos cuatro años: se exportaron 5.168 toneladas de manzana y 794 toneladas de pera. El destino principal fue Brasil. “Eso fue bueno porque con el exceso de producción se canalizaron una cantidad de toneladas, se descomprime la plaza y evitamos precios bajos”, aseguró.

Es Licenciada en Comunicación, egresada de la Universidad ORT en 2017. Trabaja en Rurales El País, sección a la que ingresó en agosto de 2020. Antes fue periodista agropecuaria en El Observador y productora en el programa radial Valor Agregado, de radio Carve. Escribe artículos para la revista de la Asociación Rural y se desempeña como productora del programada #HablemosdeAgro, que se emite los domingos en Canal 10.

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