En plena Expo Prado, el director de Registros Genealógicos de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Guzmán Vergara Larrachea, explicó durante su participación en Hablemos de Agro, de Canal 10, la relevancia de un área clave para la ganadería y compartió, además, su recorrido como criador y auditor internacional.
Desde la fundación de la ARU en 1871 y el inicio de los registros en 1890, la institución asumió como misión central el mejoramiento genético del rodeo nacional. Hoy, esa tarea continúa bajo un mandato legal del Ministerio de Ganadería: la gestión de los registros genealógicos de animales de producción y equinos.
“Son más de 150 años llevando registros de manera ininterrumpida, con transparencia e imparcialidad, lo que para los cabañeros hace la diferencia”, destacó Vergara. Además, recordó que la oficina constituye una de las principales fuentes de ingresos de la institución.
El sistema involucra a un equipo técnico consolidado, encabezado por el jefe de Registros y un cuerpo de inspectores que anualmente certifica más de 30.000 animales en casi 2.000 predios. “Se trata de un servicio que se cobra, pero sobre todo que brinda garantías”, subrayó.
Qué significa un registro genealógico
Un pedigree es mucho más que un papel: es la identidad legal y genética del animal. “Por ley, el que tiene el pedigree a su nombre es el propietario del animal. Ni marca ni señal: es el pedigree”, explicó.
La inscripción incluye chequeos de ascendencia mediante ADN y asegura la trazabilidad necesaria para los programas de mejoramiento genético. Según Vergara, la baja tasa de errores en las verificaciones demuestra el compromiso y la prolijidad de los criadores uruguayos.
Cada año se inscriben unos 35.000 animales: 25.000 vacunos —con el Angus liderando—, alrededor de 7.000 ovinos de distintas razas y más de 7.000 equinos, de los cuales entre 5.000 y 6.000 son Criollos. “El registro multiespecie y multirracial es una particularidad de Uruguay y Argentina, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los países”, comentó.
Modernización y nuevos desafíos
La digitalización es uno de los grandes retos actuales. ARU desarrolla un software propio, iniciado en 2018 y hoy en fase avanzada, para agilizar inscripciones, transferencias y controles, con integración a contabilidad, exportaciones y exposiciones.
“Será un sistema más amigable, que reducirá el error humano y permitirá al productor gestionar directamente desde su usuario”, indicó Vergara, aunque admitió que se trata de un proceso costoso y complejo.
Otro tema en agenda es el pasaporte equino. El documento unifica criterios sanitarios y de transporte interno, aunque aún resta lograr acuerdos con Brasil y Argentina para la circulación fronteriza.
La mirada internacional: auditor RWS
Además de su rol en ARU, Vergara trabaja como auditor de la norma RWS (Responsible Wool Standard), lo que lo ha llevado a recorrer campos en Uruguay, Argentina, Estados Unidos, Escocia y las Islas Malvinas.
La certificación evalúa tres pilares: bienestar animal, conservación ambiental y responsabilidad social. “Es una norma que va de la oveja a la prenda, y asegura al consumidor que la lana se produce sin prácticas como el mulesing, cuidando el medioambiente y con garantías laborales”, explicó.
Según relató, hoy la demanda internacional es clara: “La lana sin certificar prácticamente no tiene mercado; el diferencial de precio y de acceso ya depende de la certificación”.
El criollismo y la tradición familiar
Criador desde muy joven, Vergara heredó la pasión de sus padres y fundó la cabaña El Gavilán, con la que obtuvo grandes premios en Uruguay y Argentina, además de haber exportado caballos Criollos a Estados Unidos y Europa.
“Mis padres me regalaron mis primeras yeguas y un padrillo cuando tenía 15 años. Esa pasión la transmití a mis hijos y sobrinos: todos son de caballo”, contó.
A lo largo de más de tres décadas logró consolidar una línea genética reconocida, con hitos como el Gran Campeón del Prado en 2018 y la proyección internacional de sus ejemplares. “El Criollo hoy es un caballo mejorado, competitivo, y con un futuro enorme como caballo de silla y de deporte”, resumió.