Es el representante de la Asociación Rural del Uruguay en la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), donde en ese período ha compartido la experiencia con siete directores de Servicios Ganaderos, con quienes está muy conforme por la participación que le han dado en cada una de las sesiones de OMSA. En la de este año, hubo algunos temas claves, como por ejemplo lo referido a vacunas y vacunación, y en donde uno de los principales fue la obtención por parte de Brasil y Bolivia del estatus de libre de aftosa sin vacunación, lo cual le genera alegría por los vecinos, y no cree que se ponga en riesgo el comercio para Uruguay. Respecto a la garrapata, no está de acuerdo con instrumentar baños obligatorios.
—¿Cuál ha sido el papel de Uruguay en la OMSA?
—Uruguay hizo muchísimo a nivel de OMSA, llegamos a tener un presidente, como lo fue el Dr. Carlos Correa. En lo particular, empecé a ir en el 1990, donde el problema grave era la entrada de la mosca de la bichera en Libia, y se acusaba a las exportaciones en pie de Uruguay. Ahí logramos ingresar los privados, porque anteriormente iba solamente el representante oficial, es decir que Uruguay logró tener el primer delegado privado en la OMSA, y este año por ejemplo, solo de Brasil había unas 200 personas presentes.
—¿Cómo es la interacción durante la OMSA con el representante oficial?
—Hay que tener bien claro que el que termina votando y tiene la palabra clave es el delegado oficial, es decir, el director de los Servicios Ganaderos del país. Esto se defiende a muerte desde Uruguay, porque manda, define, capacita y audita el oficial, pero el privado aporta sus ideas, y esto genera que el trabajo sea más eficiente. Hay otra cosa importante, es que Uruguay tiene una política de Estado en temas sanitarios, es decir que no pasa por el color del gobernante de turno, sino que hay cosas que se hacen a largo plazo, y ha servido muchísimo, es algo muy valorado y apreciado. Ahora, el Dr. Marcelo Rodríguez nos invitó a participar en todas las reuniones, incluso en algunas que pueden llegar a ser privadas, y ahí nunca vamos a discrepar con él, aunque después le podamos transmitir algunas diferencias que tengamos.
—¿A esto cómo lo observan desde afuera de nuestro país?
—Nos ponen como ejemplo en todo, y no hablo solo desde lo sanitario, sino que es algo más amplio aún, esto nos ha dado una gran fortaleza y reconocimiento. Este año, nos venían a ver para preguntarnos y felicitarnos por la obtención de país de bajo riesgo en deforestación que nos otorgó la Unión Europea.
—¿En términos generales qué dejó la 92º Sesión General Anual de la OMSA?
—El punto clave para todos, era un tema técnico denominado vacunas y vacunación, y esto demandó foros que se trataron durante cuatro días. Otro tema importantes, es que tenemos una directora muy ejecutiva que ha trabajado muy fuerte en la gobernanza, para que algunos temas en la OMSA se resuelvan con más agilidad; que haya una mayor integración de los privados, defiende muchos a los APP; también se habló en esa gobernanza sobre los cargos técnicos y políticos, para que éstos no sean largos, y que se apueste a la gente joven. El otro tema que se consideró fue el género, pues los cargos más altos los tienen señores, pero después, de 1.500 participantes sólo 150 o 200 son mujeres.
—En lo vinculado a vacunas y vacunación, ¿qué se trató?
—Fueron cuatro jornadas, donde en el primer día se argumentó el por qué se hacía. El gran objetivo acá, era ver si el uso de la vacuna no era una herramienta a generalizar. Esto estuvo muy bien hecho, porque se hizo sin hablar de enfermedades específicas. Lo otro importante, es que se trataron temas como vacunar o no vacunar; disponibilidad de vacunas; vacunaciones estratégicas; calidad de vacunas y cómo afecta esto en los mercados. Conclusión, esto estaba enfocado fundamentalmente a que las enfermedades que tienen vacunas, pudieron utilizar la vacuna sin perder el estatus sanitarios.
—Desde Uruguay se lo puede relacionar con la fiebre aftosa…
—Exacto, además desde el año pasado ya quedó evidenciado que con o sin vacuna es exactamente lo mismo. Este es un trabajo donde Uruguay ha participado de forma muy activa. De todas formas, la OMSA siempre deja una frase final donde indica que esto “es un acuerdo de partes”, que es algo que ya lo vivió Uruguay con la lengua a Japón y la carne ovina con hueso a Estados Unidos.
—En esta edición de la OMSA, uno de los hechos importantes fue el nuevo estatus sanitario de Brasil y Bolivia, de libre de aftosa sin vacunación, ¿cómo ve este hecho?
—Lo voy a mirar como uruguayo, profesional y por cómo viví la aftosa, entonces a mí me alegra y me alegra muchísimo que se elimine una enfermedad, y más aún en un país como Brasil que ha sido un muy buen vecino para Uruguay. Es un tema que lo vamos a seguir mirando, y ellos mismo lo dicen, llegar es una cosa, ahora hay que mantenerse. Si había un país que lo podía hacer por disponibilidad de recursos y potencia, claramente era Brasil, y esto no es despreciar a Brasil.
—¿Esto le puede incidir a Uruguay de alguna forma en el acceso a mercados?
—Como pasa en todos estos acuerdos en la parte de mercados, todos sabemos que en un acuerdo comercial de este tipo, hay tres factores: el técnico; el político y el económico. Hasta ahora, Uruguay con su muy buena producción no va a tener problemas en los mercados. Nosotros podemos mirar lo que hacen ellos, porque para aprender siempre hay tiempo y quizás en un futuro podamos cambiar nuestro rumbo.
—¿Debería de ir Uruguay hacia la eliminación de la vacunación contra la aftosa?
—Creo que no tenemos que dejar de vacunar contra la aftosa, pero sí creo que debemos de hacer algunas cosas. En general estamos todos bastante alineados, y esperemos seguir, porque el costo de la vacuna es insignificante, en comparación a lo que puede ser un foco, con el que tuvimos, hubiéramos vacunado 70 años. Como segundo punto, vacunar es un seguro más, y es una tranquilidad que se tiene, y a nivel comercial, te vas a encontrar con países que no te van a comprar porque se vacuna, y por otro lado otros lo van a ver como un aspecto positivo.
—Como ejemplo de eso está el acceso a Japón...
—Sí, y la carne ovina con hueso a Estados Unidos, somos el único del mundo, y hay otros países que hace años que están intentando entrar. Ahora, a modo de sugerencia, hay que ir pensando en cómo garantizarnos tener la vacuna para seguir vacunando, tener un banco de antígenos para que ante un insuceso seamos los primeros, y en esto el Covid sirvió muchísimo.
—En la actividad interna, ¿cómo observa la situación de la garrapata?
—Es una preocupación que nos ocupa a todos, y se debe fundamentalmente a un cambio climático, no tengo la menor duda. A nivel de gobiernos, el anterior ya venía trabajando y éste lo pone como prioridad, y si hacen cambios y son para bien, sin dudas que la parte privada lo apoya. Más allá de lo climático, todos somos responsables de la situación actual, porque algún error hemos cometido en un control que tiene diferentes etapas.
—¿En qué se ha fallado?
—Tenemos que tener algunos conceptos claros, así como la vacuna no es la solución, tampoco en la garrapata es el producto, hay toda una serie de manejos asociados al producto final. Lo más peligroso en la garrapata, son los tratamientos que se hacen para evitar que se infecte y venga la piroplasmosis y la anaplasmosis, por eso se trata, y también por bienestar animal. Además, en el tratamiento, que ahí también hacemos cosas mal, y se termina generando resistencia, con eso perdemos productos, y seguridad alimentaria, que es lo que más reclama el consumidor.
—¿De qué forma se debe de encarar el problema?
—Debemos de integrarnos todos y ver las distintas opciones, tenemos que tener en cuenta que muchas veces es un problema del predio o de la zona, porque esto es mucho más grave que en el sur, y gracias a Dios aún no ha entrado en la lechería. Tenemos que tratar de convencer a todas las partes para trabajen en conjunto. Por otra parte debemos de eliminar algunas palabras, no hablemos más de interdicción, que es una palabra correcta, pero a la gente cuando le decís eso le generas un problema. Pongámosle otro nombre, por ejemplo predio de estudio, pero hay que hacer de forma rápida, no debemos demorar mucho, aunque soy consciente de que a veces no están los recursos ni la disponibilidad.
—Promocionar el uso del baño, o incluso que sea obligatorio, ¿puede ser una solución?
—Que me disculpen, voy a dar una sugerencia, pero en ese punto, personalmente no estoy de acuerdo, porque uno de los grandes miedos que tenemos es la resistencia, y no todos los vacunos del Uruguay tienen garrapata, entonces no se puede hacer un tratamiento masivo, cuando son mucho más los sanos que los enfermos, no tiene sentido meter producto a todos con el costo que eso lleva, además, la limpieza dura poco porque no está solo en el animal sino que también en el campo, entonces vamos a tener que repetir el tratamiento y es algo que cuesta una fortuna.
—El gobierno, en conjunto al Pasteur está trabajando en la creación de una vacuna contra la garrapata, ¿cómo visualiza esto?
—La vacuna es la gran herramienta dentro de todo un programa, no tengo la menor duda. El Pasteur está haciendo una vacuna, pero no la esperemos para mañana, aunque cuanto antes mejor, también el INIA está trabajando al respecto, y afirmo que esto no se trata de una vacuna mágica que la doy y soluciono todo.
—En el ovino, la bichera, ¿hay que avanzar en el programa de erradicación?
—Primero, quiero pasar un mensaje global, y lo primero que hay que hacer es aumentar el stock ovino…
—¿Cómo?
—Dándole el lugar que se merece, y buscando la forma de tener oferta, con sistemas de producción ovina que tiene que ser fundamentalmente de carne y lana fina, esos son los dos productos a los que nos tenemos que orientar. La base para aumentar el stock es cambiar muchos conceptos que tenemos y aumentar la tasa reproductiva, con 60 o 65% de señalada no sirve, pero el potencial está demostrado para aumentar, y así tener mejor oferta, porque hay mucha demanda por el ovino.
—¿A la bichera cómo la ve?
—Ha sido una situación muy preocupante sin lugar a dudas. El programa que existía que era con machos estériles, el que tuvo un gran éxito en México, Estados Unidos y América Central, en base a eso se hizo un plan, con la mejor planta, que es la de Copeg en Panamá, pero tuvimos la mala suerte de que los problemas no se erradican, y apareció la bichera nuevamente desparramándose por América Central, y eso generó que no puedan cumplir con nosotros, y como no nos quedamos quieto, se están viendo otras posibilidades con una planta argentina, y desde el INIA también se está trabajando. Este tema nos va a llevar un poco más de tiempo, pero sería algo muy bueno para el ovino si se logra.