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BPU Meat prepara su carne carbono neutro

Realizará este mes su primer embarque del producto hacia Japón, pero explora con muestras América del Norte y Unión Europea

Vacas, ganado
Las carnes bovinas uruguayas tienen ventajas por su sistema de producción. El camino de la certificación ambiental, entre otras, posibilita que Uruguay cumpla con el sueño del pibe: exportar la carne más cara, de mayor calidad, la más segura para el planeta y los consumidores.

La certificación ambiental de embarques puntuales de carne bovina, probando con datos que es carbono neutro, va creciendo y Uruguay se abre camino en el mundo, apostando a la diferenciación y a la valorización de las ventas.

Ahora el frigorífico Breeders and Packers (BPU Meat), empresa que pertenece al grupo nipón NH Foods, realizará este mes su primer embarque de cortes bovinos uruguayos verificados como carbono neutro. Esos cortes proceden de predios que la empresa tiene certificados y con estrictas mediciones de la huella ambiental, pudiendo cumplir con todos los requerimientos de datos que imponen los stándares internacionales.

El embarque tiene por destino Japón, pero “además de eso, estamos haciendo algunos envíos de muestra, tanto para América del Norte como hacia la Unión Europea”, confirmó a El País el Ing. Agr. Daniel De Mattos, Asesor del Directorio de BPU Meat. La meta “es generar una demanda que todavía es incipiente o directamente no existe”, remarcó el ejecutivo.

Según la visión de De Mattos, hay otros productos que ya se destacaron por su sostenibilidad ambiental o huella de carbono, pero en caso de la carne y otros alimentos, es bastante innovador”.

BPU Meat apunta a aprovechar las ventajas que tiene en Japón, porque es una empresa de capitales nipones (Grupo Nipponhan/NH Foods). Este grupo compró en 2017 la totalidad del paquete accionario de BPU Meat por US$ 135 millones, abriéndose camino en la producción de carne bovina en Uruguay.

“Es una marca que la hemos acercado bastante al consumidor japonés para que haya un reconocimiento y hay una cadena de supermercados que está muy interesada en el desarrollo de carne verificada como carbono neutro”, agregó De Mattos.

Como se trata de un producto especial, destinado a nichos de altísimo valor, porque atiende las necesidades de clientes -entre otras cosas-, preocupados por la sostenibilidad ambiental, el primer embarque de BPU Meat “será chico en volumen. Estamos en un comienzo de aumentar los predios certificados y eso lleva tiempo”, dijo el asesor.

El envío estará compuesto por cortes finos, pero también se incluirán algunos cortes del delantero. “Estamos tratando de integrar la mayor parte del animal que podamos, porque ahí es donde está el éxito del programa”, contó De Mattos.

En Junio de 2021, el grupo forestal Montes del Plata y BPU Meat firmaron la primera certificación de carne carbono neutro de Uruguay. En el marco de esa iniciativa, el frigorífico de capitales nipones se comprometió a desarrollar una marca específica que representará a Uruguay en los mercados internacionales.

Ventaja. Uruguay se preocupa cada vez más de derribar en base a ciencia y datos, los argumentos que imponen los grupos anti carne en los principales mercados. El proceso productivo de la ganadería uruguaya, sumado al respeto del bienestar animal, de la mano de obra, del medio ambiente y por tener prohibido por ley el uso de anabólicos y promotores de crecimiento en el engorde, ofrece ventajas importantes.

“Apuntamos a este segmento de carne bovina verificada carbono neutro porque permite transformar las ventajas comparativas y competitivas que tiene el Uruguay”, afirmó De Mattos.

El Uruguay está en un lugar de América del Sur que “tiene posibilidades de tener una producción de carne bovina sustentable y comenzar a certificar esas ventajas, para valorizar la carne, es algo que parecería un razonamiento lógico. Hay que validar esto con el mercado”, explicó el ejecutivo de BPU Meat.

Apoyos. Desde el gobierno, donde el tema ambiental fue incluido en la agenda de trabajo como una prioridad, porque el mundo así lo está marcando, “lo bueno de estas iniciativas es que ponen en valor un atributo que Uruguay y su ganadería tiene”, destacó el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca en funciones, Ignacio Buffa. Estos primeros embarques de carne carbono neutro, “hacen tangible el valor agregado ambiental”, destacó Buffa.

El jerarca del Ejecutivo recordó que el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou decidió darle un status ministerial al tema ambiental. En ese marco, se creó el Ministerio de Medio Ambiente que está trabajando en forma conjunta muchísimos temas con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Un espacio de trabajo concreto es la Mesa de Huella Ambiental.

“Es un espacio integrado por los técnicos de las dos instituciones, las instituciones de investigación y el Ministerio de Ambiente, que están poniendo blanco sobre negro a qué nos estamos refiriendo, porque en lo ambiental hay una dificultad en lograr una definición acabada de qué es lo que estamos hablando”, explicó Buffa.

El titular en funciones del MGAP, reconoció que el sector agropecuario uruguayo “está sometido a la presión competitiva del mundo y como sector ha sido exitoso. Seguramente en ese proceso, uno de los elementos que explica el éxito de esa inserción internacional es la capacidad que tuvo Uruguay para desarrollar bienes públicos para las diferentes cadenas”.

Haciendo alusión a esa construcción de bienes públicos, recordó que en algún momento se decidió avanzar en los aspectos sanitarios y se crearon las diferentes campañas sanitarias, que luchan contra las principales enfermedades animales, tanto para que no se tornen en una restricción en los mercados, como para evitar que muchas de esas enfermedades de origen animal se contagien al hombre (en caso de las zoonosis).

Otro avance significativo la creación de sistemas de información ganadera como el Dicose, luego la trazabilidad, se avanzó en el desarrollo de institucionalidad específica para el rubro carnes, como lo es el Instituto Nacional de Carnes (INAC). “El desarrollo de esos bienes públicos lo que hacen es facilitar el desarrollo de negocios por parte de la cadena cárnica. En el mismo sentido, en este marco de dimensión ambiental, tenemos que ir trabajando en definir algún bien publico asociado a este aspecto”, remarcó Buffa.

“Estamos en un proceso de construcción de bienes públicos, donde la huella ambiental es un hito más que fundamental en este proceso”, agregó el jerarca del Ejecutivo.

A futuro, cada vez pesará más la demanda del consumidor de certificar ciertos atributos que considera importantes y en los mercados de elite o por lo menos, los de mayor valor para las carnes uruguayas, no sólo serán fundamentales para generar mayor valor, serán importantes para que no quedarse fuera. Las barreras ambientales ya están bloqueando exportaciones en la Unión Europea.

Seguirá el crecimiento en compras de carne vacuna

“Estimo que en este 2022, el mercado nipón va a seguir creciendo en sus importaciones de carne. Continuará el crecimiento lento y sin grandes volúmenes”, estimó Daniel De Mattos, asesor del directorio de Breeders and Packers (BPU Meat), empresa perteneciente al grupo japonés NH Foods desde 2017.

Japón está en pleno aumento del consumo de carnes rojas y se abastece fundamentalmente de Estados Unidos y Australia. “En 2021 Uruguay aumentó mucho las exportaciones de carne bovina y nuestra empresa también, debido a sus orígenes, pero tenemos una restricción importante y es el 38,5% de arancel que paga la carne uruguaya”, recordó De Mattos. Por eso se buscan los productos más competitivos.

Sumarse al Acuerdo Transpacífico para bajar los aranceles

El arancel de 38,5% que pagan las carnes uruguayas en Japón pega fuerte y le quita dinamismo a los negocios, en un mercado con alto potencial, haciéndolo viable para cortes de alto valor, tanto para carne producida en base a pasto, como la procedentes de animales terminados en base a una alimentación a granos.

“Ojalá Uruguay pueda integrarse al Acuerdo Transpacífico que nos permita competir de mejor forma”, dijo a El País Daniel De Mattos, Asesor del Directorio de BPU Meat.

“Japón no será un país que se transforme en un importador de grandes volúmenes, pero es un cliente interesante”, admitió el ejecutivo.

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) está compuesto por 11 países, entre los que están Japón, Canadá, Vietnam y Malasia. Son naciones que importan uno de cada cinco kilos de carne en el mundo. Mientras que, por ejemplo, Uruguay debe pagar ese arancel de 38,5% con su carne bovina, el arancel entre los países que integran el citado TLC es 25% y continuará cayendo con el tiempo hasta llegar a 9%, según marcan los estudios de Análisis de Mercado del Instituto Nacional de Carnes (INAC).

Respecto a Japón, fue el tercer importador de carne bovina más relevante a nivel mundial en 2020, según los estudios del INAC. Ese mismo año importó 600 mil toneladas por US$ 3,3 millones, representando el 9% de la importación mundial del producto. Su alto ingreso por habitante lo posiciona como un demandante de proteína de alta calidad, con precios por tonelada que superan los US$ 7000. A su vez, Japón tiene precios estables para la carne, a diferencia de otros destinos hacia los que Uruguay exporta.

Para los japoneses, la carne bovina juega un rol relevante en una dieta balanceada.

Su utilización tanto en recetas nacionales como de influencia occidental contribuyen a que, en promedio, se consuman 10 kilos de esta proteína por persona. Esta es una cifra elevada considerando otros países asiáticos y por el hecho de que 6 de cada 10 kilos consumidos son importados, remarcó el análisis del INAC.

Por otro lado, la importación de carne bovina ha aumentado a un ritmo promedio anual de 4% en los últimos cinco años, lo que marca un enorme potencial y oportunidades.

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