¿Cuántas personas están ahora recorriendo la Expo Prado?, preguntó el presidente de la República, Luis Lacalle Pou al Director de Exposiciones de la ARU, Rafael Ferber, que le contestó: “25.000 aproximadamente”.
“Mucha de la gente que está aquí va a la cancha de fútbol y no veo líos, ni que nadie se pelee. Como Presidente de la República, y la Asociación Uruguaya de Fútbol hará lo mismo, voy a hacer todo lo posible para que no solo se pueda ir a la cancha, sino que en un momento muy lejano no haya tejido, ni tampoco tengan que separarse las hinchadas”, afirmó el primer mandatario, en el marco del lanzamiento del Proyecto: “Lana Celeste a Qatar” en Expo Prado.
Así puso a la principal muestra agropecuaria del Uruguay como un ejemplo de convivencia y tolerancia que hay imitar en la sociedad.
Como también hacer ruralidad, que la gente sepa de dónde salen los productos que consumen y utilizan. Como las prendas. Y ahí está el vínculo entre el fútbol y el sector agropecuario.
Las lanas finas uruguayas suman sinergias con la Selección Uruguaya de Fútbol. Ambos compiten con las mejores del mundo, por eso se decidió que los jugadores vistan durante el mundial de Qatar 2022 trajes confeccionados con lana Merino uruguaya superfinas de menos de 18 micras.
El proyecto “Lana Celeste a Qatar” es producto de un trabajo conjunto en el que participan el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (CRILU), la industria peinadora uruguaya representada en la Cámara Mercantil, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), la Secretaría de Deportes y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), con el apoyo de Uruguay XXI que trabaja en la promoción a nivel mundial de la marca sectorial Uruguay Wools.
Apoyo. Más allá de destacar el apoyo del gobierno al rubro ovino, el ver las telas y la lana le generó al Presidente Lacalle varios recuerdos de su infancia: “mi padre me llevaba a la esquila que duraba casi una semana. Yo quería ser embolsador (el que se mete dentro de la bolsa y empuja los vellones) y no me daban los kilos, así que terminaba haciendo de benteveo (el que barre la cancha de esquila y la mantiene limpia)...
“En mi adolescencia vino la moda de la esquila Tally Hi (el método australiano), la esquila sin agarrar y también la baja de los precios de la lana, pero muchas gente siguió con las razas laneras y con las de doble propósito. Es una actividad muy sacrificada”, remarcó Lacalle Pou, reconociendo el esfuerzo de la producción.
Historia. Así como el presidente contó un pedacito de su historia, las lanas uruguayas cuentan la de un país aferrado a la oveja, sin importar el mal tiempo. “La lana se convirtió en un mercado de nicho muy importante y cada vez más los productos cuentan una historia”, admitió el presidente de los uruguayos. “Que el fútbol al que los uruguayos le entregan mucha pasión y muchas ganas, lleve en su vestimenta parte de nuestro ser, me parece una linda cosa y muy buena”, agregó.
Lacalle reiteró una vez más que “Uruguay tiene que abrirse al mundo, que nos pongan un poco arriba y una vez que eso pasa, los productores y los diseñadores siempre se lucen. Y espero que no me escuche ningún diplomático, pero creo que nuestros mejores embajadores en el mundo son algunos jugadores de fútbol, que son ejemplo en muchas cosas y además, en este caso, van a llevar nuestras prendas”, dijo.
A su vez, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Ignacio Alonso Labat, recogió el guante: “Es una gran oportunidad porque con la Celeste nos sentimos embajadores de Uruguay y nos sentimos así cada vez que tenemos que representar con nuestra gloriosa camiseta este suelo y esta Patria”.
Alonso también es productor agropecuario y contó que Pablo Perdomo, presidente de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), que además es vecino de Sauce de Timote “nos había planteado el proyecto. ¿Cómo le íbamos a decir que no? si con la lana uruguaya podemos trazar un paralelismo entre los sectores (productivo y fútbol), entre la pujanza de inmigrantes que llegaron a Uruguay para desarrollarnos en distintas vertientes de la cultura, pero expresiones de la sociedad al fin”.
Alonso reconoció que para la Selección Uruguaya de Fútbol, que es referente localmente y en el mundo, “será un gran orgullo poder lucir estos trajes y poder decirle al mundo que el sector lanero y productivo tiene sinergía con nuestro fútbol, que en la expresión de ambos está la gente y lo más importante, que cuando va una selección a jugar allí, no sólo va el deporte, sino que va todo Uruguay. Esa es nuestra intención cuando lleguemos a Qatar”, afirmó cosechando los aplausos de los concurrentes.
Cultura. No sólo las personas cuentan historias, las lanas también lo hacen...
Cuentan la historia del rubro ovino, del sacrificio que significa trabajar con la oveja y generar empleo.
Esos trajes que lucirán los jugadores uruguayos, representan la cultura de miles de uruguayos que armaron durante décadas la cultura lanera que propició el desarrollo del Uruguay.
“Cuentan la historia de más de 17.000 productores ovejeros y de más de 50.000 personas vinculadas a toda la industria. La lana es un rubro de oportunidades para los uruguayos. Es la historia de las instituciones que genera el Uruguay”, admitió Romeo Volonté, Gerente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL). La oveja afinca a la gente en el campo y le brinda la misma oportunidad a los pequeños productores al igual que a los más grandes. Incluso muchos asalariados rurales viven de la oveja.
El rubro ovino le brinda trabajo a unas 40 mil personas en las diferentes fases productivas (sea primaria o industrial) y empleos directos.
Uruguay ocupa el segundo lugar a nivel mundial en exportaciones de lana lavada y peinada (producto conocido industrialmente como tops), el producto de
mayor valor agregado en los mercados laneros más exigentes. A su vez , es el sexto país en el mundo exportador de lana lavada y en estado natural. El sector ovino genera cerca de US$ 400 millones anuales por sus exportaciones.
Revolución. Las lanas cuentan la historia del Uruguay productivo, de la tozudez de los vascos que enseñaron a cuidar y producir con ovejas, la historia de la inmigración y del criollaje.
La revolución lanar fue un proceso de transformación muy importante que vivió Uruguay entre mediados de la década de 1850 y fines de la de 1860. Fue cuando se introdujeron ovejas de raza para producir lana exportable. Fue un cambio muy profundo y rápido.
Entre 1792 y 1796 los registros de exportaciones de lana sucia llegaban a 31 mil kilogramos y fueron en esos años que se introdujeron los primeros animales Merino (10 carneros y 20 ovejas), procedentes de Cádiz y traídos por Manuel José Lubarden. Las lanas uruguayas evolucionaron, se adaptaron a las exigencias de los mercados y de la moda y hoy desfilan en las pasarelas europeas de elite. Mostrar el potencial de las lanas uruguayas en Qatar y contar la historia de un país y su cultura, es sólo el primer paso. El consumidor quiere saber más, pero la ventaja es que todavía queda mucho por contar.