El pasado jueves 6 de febrero, en el marco del evento Agro en Punta, se llevó a cabo la conferencia organizada por OMEU (Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay) titulada "Innovación y Sostenibilidad en el Agro. Mujeres Protagonistas". El encuentro se realizó en la Sala Nobilis del Centro de Convenciones de Punta del Este y reunió a destacadas referentes del sector agroindustrial para debatir sobre el rol femenino en la innovación y la sustentabilidad del agro uruguayo.
La conferencia contó con la participación de destacadas mujeres vinculadas al agro, quienes compartieron sus experiencias y visiones sobre el futuro del sector. El panel estuvo conformado por Florencia Herrera (UPM/OMEU), Virginia San Martín (CEMU/ARU), Patricia Isabel García (Letis INTL/FCEM/OAME), Elizabeth Misa (Chiadel SA, Frigorífico Las Moras/CIU) e Inés Bonicelli (Uruguay Innovation Hub). La moderación estuvo a cargo de María Michelena, presidenta de OMEU.
Durante el evento, las expositoras abordaron las tendencias emergentes en la agroindustria, destacando la importancia de la innovación para enfrentar los desafíos actuales del sector. Asimismo, se enfatizó en el papel fundamental de la sostenibilidad como eje clave para el desarrollo de la actividad agropecuaria en Uruguay.
La jornada organizada por la Organización de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Emprendedoras de Uruguay (OMEU) inició con las palabras de bienvenida de su presidenta, María Michelena. En su discurso, Michelena destacó la importancia de aprovechar al máximo el tiempo y de fomentar el liderazgo femenino en el ámbito laboral y empresarial. Se refirió a estudios de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, McKinsey e IBID, que indican que una mayor participación de las mujeres en la economía podría incrementar el PIB en al menos un 15%. Subrayó que no se trata de un antagonismo de géneros, sino de generar sinergias y ampliar oportunidades para el desarrollo económico y social.
El panel contó con la participación de mujeres destacadas en sus respectivas áreas, quienes compartieron su experiencia en el camino del liderazgo. Una de ellas fue Florencia Herrera, quien desempeña un rol clave en UPM y en OMEU. Herrera relató su primera experiencia en el agro como periodista de un reconocido semanario, cubriendo el Congreso de la Federación Rural en Artigas a los 21 años. En aquel momento, su presencia generó sorpresa en un entorno dominado por hombres, pero logró una nota de tapa con declaraciones de las autoridades del evento, lo que marcó un hito en su carrera.
A medida que avanzó en su trayectoria, Herrera asumió cargos de liderazgo y tomó conciencia del impacto que tenía en otras mujeres dentro de la organización. Al despedirse de un banco donde trabajaba, varias compañeras le expresaron que la veían como referente, lo que la llevó a asumir con responsabilidad el desafío de abrir camino a otras mujeres. Destacó la importancia de no limitarse a abrir pequeños espacios, sino de romper definitivamente el "techo de cristal" para facilitar el acceso de las siguientes generaciones a los puestos de decisión.
En su actual función en UPM, Herrera resaltó el crecimiento de la participación femenina en la empresa. Cuando ingresó, era la única mujer en el directorio, pero hoy en día representan el 40% del equipo de toma de decisiones. Además, el 30% de los roles de liderazgo está en manos de mujeres, y en las nuevas contrataciones, el 40% corresponde a trabajadoras. Entre los casos de éxito mencionados, destacó a Nadia, responsable del vivero de Sarandí del Yí, quien lidera un equipo de 120 personas en su comunidad, y a Sol, de 28 años, encargada de toda la actividad forestal de la región 2, incluyendo cosecha, transporte y agricultura.
Herrera enfatizó el impacto de tener mujeres en roles de decisión, ya que permiten cuestionar barreras establecidas con preguntas simples pero poderosas: "¿Por qué no?". Gracias a este cuestionamiento, hoy en día hay mujeres a cargo de cosechadoras, liderando turnos nocturnos y operando trenes, lo que antes se consideraba inusual.
Bajo el título "Innovación y Sostenibilidad en el Agro: Los mejores protagonistas", María Michelena destacó la importancia de la innovación más allá del aspecto tecnológico. Resaltó que la innovación también implica la creación de nuevas cadenas de valor y la optimización de procesos productivos. De la misma manera, enfatizó que la sostenibilidad no solo se vincula a lo medioambiental, sino que también abarca la sostenibilidad social, un factor clave para la cohesión comunitaria, el desarrollo democrático y la estabilidad económica.
En su intervención, Michelena subrayó que la incorporación de todo el talento a los sistemas productivos tiene un impacto directo en el crecimiento económico. Explicó que esto ocurre por tres razones fundamentales: el aumento de la fuerza laboral, la mejora del poder adquisitivo de sectores específicos —con efectos directos en los hogares monoparentales— y el incremento de la productividad gracias a la diversidad de miradas. Con estos elementos como eje central, dio paso al resto de la charla.
Virginia San Martín, integrante de la directiva de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y presidenta de la Convergencia Empresarial de Mujeres del Mercosur capítulo Uruguay (CEMU), hizo un repaso de su trayectoria en el sector agropecuario. Recordó los desafíos que atravesó el agro en épocas de crisis, destacando su participación en organizaciones gremiales desde una edad temprana. Proveniente de una familia con cinco generaciones en el agro, remarcó la importancia de valores como el trabajo, la dedicación y la perseverancia.
San Martín relató su recorrido en el ámbito gremial, desde su rol en la Sociedad de Fomento Rural y Municipal de Maldonado hasta la presidencia de Cooperativas Agrarias Federadas, instancia en la que se convirtió en la primera mujer en ocupar un cargo directivo en estas organizaciones. Actualmente, forma parte de la directiva de la ARU, institución con 154 años de historia que hasta su ingreso no había contado con representación femenina en su conducción.
A pesar de los avances, San Martín señaló que el cambio hacia un agro más inclusivo aún es un proceso en desarrollo. Subrayó la necesidad de fortalecer la participación femenina en aspectos clave como la financiación y la capacitación, y destacó la reciente integración de la ARU en la Convergencia de Mujeres Empresarias del Mercosur. Según expresó, este ámbito representa una oportunidad para que las productoras rurales establezcan lazos con colegas del bloque y accedan a mercados internacionales.
La dirigente concluyó su intervención reafirmando su compromiso con la construcción de un sector agropecuario más equitativo, en el que el liderazgo femenino juegue un papel fundamental en la toma de decisiones y el desarrollo sostenible.
Durante la jornada se destacó la importancia del liderazgo femenino y la toma de riesgos en un mundo que aún impone barreras invisibles a muchas mujeres. "Más vale pedir perdón que permiso", dijeron con convicción. El liderazgo implica proactividad, valentía y la capacidad de inspirar a otras mujeres a seguir adelante sin esperar una invitación formal para ocupar espacios de decisión.
![Virginia San Martín (CEMU/ARU), Elizabeth Misa (Chiadel SA, Frigorífico Las Moras/CIU) y Patricia Isabel García (Letis INTL/FCEM/OAME).](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/41a4c5e/2147483647/strip/true/crop/4032x3024+0+0/resize/840x630!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fa1%2F7b%2F43fdc6804a39b81474eac3b7f4b7%2Fwhatsapp-image-2025-02-07-at-11-31-50.jpeg)
En este contexto, el testimonio de Elizabeth Misa, directora del Frigorífico Las Moras y representante de la Cámara de Industrias, fue un claro ejemplo de ese liderazgo forjado a base de esfuerzo y determinación. Misa compartió la historia de su familia, marcada por el sacrificio y la perseverancia. Su padre llegó a Uruguay a los 17 años con una pequeña valija y sin nada más que su voluntad de salir adelante. Comenzó como carnicero, durmiendo en un sótano y trabajando largas horas hasta que logró abrir su primera carnicería. Fue en ese local donde conoció a su futura esposa, quien no dudó en aprender el oficio y trabajar codo a codo con él.
La infancia de Misa estuvo impregnada de esa misma cultura del esfuerzo. Desde pequeña, tuvo responsabilidades dentro del negocio familiar, desde atender la caja hasta encargarse de tareas domésticas. "En mi casa no había estructura familiar extensa, no había muchos abuelos o tíos que pudieran cuidarnos, así que nos teníamos que arreglar solos", recordó. Con el tiempo, su familia expandió el negocio, llegando a tener 15 carnicerías, lo que llevó a su padre a involucrarse en el sector frigorífico para garantizar el abastecimiento de carne.
El camino de Misa hacia la dirección de un frigorífico no fue fácil. Al incorporarse al negocio, tuvo que enfrentarse a un mundo dominado por hombres, donde, en un principio, no le resultó sencillo ganar respeto. "El primer día que recorrí el frigorífico, todos afilaban sus cuchillos y me miraban. Sentí que me desafiaban con la mirada. Pasé meses llorando, pensando que nunca iba a aprender todo lo que necesitaba saber", confesó. Sin embargo, con el apoyo de su familia y la determinación que siempre la caracterizó, logró imponerse y consolidar su lugar en la industria.
Con el tiempo, también ganó el respeto de sus colegas, quienes aprendieron a valorar su capacidad y liderazgo. "Hoy tengo que agradecer a mis colegas, porque me han escuchado, me han conocido y han aprendido a respetarme. Se dieron cuenta de que yo también tengo algo que aportar", afirmó. Para Misa, su historia no es solo personal, sino un reflejo de una realidad más amplia: "Desde mi lugar, hay espacio para todos. Con respeto y dedicación, se puede".
El panel dejó en claro que el liderazgo femenino no es un hecho aislado, sino un movimiento en crecimiento que se nutre de experiencias compartidas y de modelos a seguir.
La jornada continuó con Patricia García, fundadora de una empresa certificadora de productos orgánicos con alcance internacional, y presidenta de OAME, la Organización Argentina de Mujeres Empresarias, análoga a OMEU en Argentina.
Patricia Isabel García tomó la palabra y compartió su recorrido profesional, desde sus inicios como productora agropecuaria en Salta hasta la creación de su certificadora. Formada en Historia, sin antecedentes empresariales en su familia, aprendió sobre el sector junto a su esposo. Su incursión en la producción orgánica comenzó en los años 80, cuando descubrió la demanda de productos sin agroquímicos. La falta de información y servicios accesibles en el interior del país la motivó a fundar una certificadora en Rosario, con un enfoque federal que abarcó distintas regiones de Argentina.
Su empresa, en sus inicios, estuvo conformada en un 90% por mujeres, quienes desempeñaron un papel clave en la certificación de calidad de los productos agropecuarios. García relató los desafíos que enfrentaron en un sector predominantemente masculino, así como la evolución de la calidad como un estándar en la producción agropecuaria. Además, destacó cómo muchas mujeres en el campo, al involucrarse en la certificación de sus productos, lograron visibilizarse y consolidarse como empresarias.
Con el tiempo, su empresa se expandió a mercados internacionales, lo que implicó afrontar diferencias culturales y establecer presencia en países como Perú, Chile, Turquía e India, donde actualmente desarrollan una subsidiaria. Para gestionar esta expansión, su equipo trabaja en distintos husos horarios, con profesionales que comienzan su jornada a las 3 de la mañana para atender a los clientes en India.
"Ahora ya no somos un 90% mujeres, pero seguimos siendo un 70%", afirmó García, subrayando cómo su empresa ha evolucionado, integrando también a hombres en un rubro que, por décadas, fue exclusivamente masculino.
La jornada continuó con la intervención de Inés Bonicelli, encargada de desarrollo de negocios en Uruguay Innovation Hub, quien destacó el rol clave de las mujeres en la toma de decisiones dentro del ecosistema de innovación en Uruguay. En su exposición, Bonicelli explicó que su labor consiste en dinamizar el ecosistema emprendedor y de inversión en proyectos innovadores, posicionando a Uruguay como un referente en la economía del conocimiento.
"Soy una privilegiada porque estoy rodeada de mujeres líderes que toman decisiones en todo lo que tiene que ver con la innovación", afirmó, haciendo énfasis en la composición del directorio del programa, liderado por la ministra de Industria y acompañado por otras tres mujeres, entre ellas Jimena Camaño de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANI).
Bonicelli compartió su recorrido profesional, recordando sus inicios en el sector agroindustrial y su paso por Uruguay XXI, donde trabajó en la promoción de la marca país y en la diferenciación de los productos uruguayos en los mercados internacionales. Subrayó que Uruguay, como país agroexportador, debe competir en calidad y valor agregado, integrando cada vez más innovación en sus productos y servicios.
Durante su exposición, también hizo referencia a un nuevo proyecto vinculado a la AgriFoodTech, orientado a identificar y acelerar emprendimientos que ofrezcan soluciones innovadoras para la producción agropecuaria. "Es un modelo que conecta al productor con el mundo del emprendimiento y la tecnología, generando oportunidades concretas de crecimiento para el sector", explicó.
Finalmente, María Michelena retomó la palabra para enfatizar la necesidad de generar estructuras formales que respalden la inclusión y el liderazgo femenino en el sector agropecuario. Destacó que la certificación de gestión de calidad con equidad de género no solo es una herramienta para la transformación interna de las empresas, sino que también puede convertirse en un factor estratégico en el marco de acuerdos comerciales con la Unión Europea.
Desde una perspectiva más amplia, Michelena subrayó que el desafío no radica únicamente en reconocer el rol de las mujeres en el agro, sino en garantizar que cuenten con las condiciones necesarias para desarrollarse plenamente en el sector. En este sentido, instó a las organizaciones y empresas agropecuarias a trabajar en conjunto para consolidar la inclusión económica de las mujeres rurales y fortalecer el impacto de iniciativas como las de OMEU.
El encuentro dejó en evidencia que el liderazgo femenino en el agro no es una excepción, sino una realidad en expansión. La combinación de talento, innovación y compromiso abre nuevas posibilidades para el sector, y queda en manos de sus actores convertir este impulso en un cambio estructural sostenible.