
— UTE ha generado rebajas en algún momento para el uso de la energía en horarios de alto costo. ¿Cómo evalúan, entre otros, estos beneficios?
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— La evaluación es positiva desde el inicio de la medida. La política tomada por este directorio ha sido entender las distintas oportunidades que tenemos y eso siempre varía en función de la producción puntual que analicemos. En el caso del sector arrocero ha sido de los diálogos más fructíferos y fue con mucha frecuencia. Logramos avanzar en medidas concretas que han salido del propio sector, permitiendo una mejora del panorama productivo. Sin ponerle tapa a nada y con espíritu abierto las definimos y hoy el rubro las aprovecha, así como con otros sectores que avanzamos para lograr una mejora en general que redunde en beneficio de UTE y el país. Las medidas concretas son positivas y queremos mantenerlas, acompañando siempre al sector en lo que esté a nuestro alcance. A su vez, y puntualmente en este aspecto, la baja de la tarifa se compensó con la suba del consumo y mejora de las tensiones de la red.
— ¿Cómo se trabaja en los proyectos que vienen?
— La clave está siendo la inversión en infraestructura eléctrica. Está comprobado que permite mayor y mejor uso de la energía y eso impacta en el análisis económico de cualquier emprendimiento, y lógicamente sucede con la energía utilizada en el sector agropecuario. Hay energía disponible, pero muchas veces no hay disponibilidad de vías, rutas o cables que la llevan a distintos lugares. Por eso no descansamos en lograr acuerdos con todo el sector para que estas mejoras en infraestructura se hagan de forma eficiente. Los recursos son finitos y las posibilidades infinitas, por eso hay que invertir lo mejor posible. Nosotros aumentamos una inversión en infraestructura eléctrica que venía con retraso, y los resultados se van viendo.