El 2024 como año calendario fue de menos a más para el sector productivo nacional. Tanto desde el punto de vista de las temperaturas como de las precipitaciones, en consideración sobre todo de la cosecha de otoño y las reservas de forraje para el invierno, el panorama fue mejorando de forma significativa. En esto coincidieron dos de los principales actores de la venta de semillas en el país.
Federico Nolla, gerente de Desarrollo de Producto de PGG Wrightson Seeds, dijo que fue un año marcado por un clima atípico que impactó tanto en la implantación como en el desarrollo de las pasturas. “Este año comenzó con un otoño lluvioso que dejó acumulaciones de hasta 600 mm en algunas zonas en solo dos meses, seguido de bajas temperaturas históricas en invierno, lo que complicó la producción forrajera”, afirmó. Sin embargo, una primavera con condiciones ideales revirtió la situación y dejó un salgo positivo en cuanto a la disponibilidad de pasto, lo que genera optimismo para los productores que buscan consolidar una recuperación en 2025.
Juan Pedro Martínez por su parte, gerente de Investigación y Desarrollo de Gentos Uruguay, expresó que en “febrero y marzo la demanda de verdeos y praderas era muy grande, pero las lluvias que no pararon hasta junio no permitieron condiciones de siembra”. Esta situación, sumada a que el pronóstico para primavera marcaba un año Niña, hacía que la perspectiva no fuera la mejor.
Evolución. “Venimos de una zafra récord en 2023, impulsada por la necesidad de reponer las pasturas perennes diezmadas por las sequías previas, sin embargo este año fue diferente, con lluvias excesivas en otoño y bajas temperaturas en mayo y junio, lo que provocó una baja tasa de crecimiento en las pasturas durante el invierno y complicó la implantación de verdeos y praderas”, dijo Nolla.
El integrante de PGG agregó que el panorama mejoró en primavera y tuvimos una producción de pasto por encima del promedio, con buen régimen de precipitaciones acompañado de condiciones óptimas. Esto permitió dejar reservas de pasto superiores a los años anteriores, pero es importante prestar atención a las pasturas perennes en verano.
Martínez de Gentos, por su parte, manifestó que las pasturas que soportaron el otoño frente a la falta de verdeos fueron las perennes con base festuca. “Desde la empresa en todo momento lo pusimos arriba de la mesa, ya que la necesidad de pasto durante la seca hacía que los productores incrementaran el área de verdeos”. En este sentido, fue una respuesta a la falta de pasto, pero en ese momento “hay que tener visión de mediano y largo plazo, porque las pasturas dan estabilidad al sistema y permiten sostener los ganados frente a condiciones complicadas”.
Para cerrar, Nolla dijo que el 2025 aparece con un horizonte favorable: “llegamos al cierre del año con pasto y precios firmes, lo que nos hace pensar que los productores seguirán apostando a producir más”.
Martínez afirmó que para 2025, frente a una baja del precio de los granos y la firmeza del ganado, “se podría recomponer más área de pasturas”.