Antonella Gordillo, productora de zanahorias, se refirió a la producción de frutas y verduras y los desafíos que atraviesan los granjeros en Uruguay. “El mayor problema es el acceso a tecnología” sostuvo Gordillo, quien aseguró que “un dólar alto nos perjudica porque tenemos todos los insumos en esta moneda pero cobramos en pesos”. Respecto del tratamiento del rubro, la productora manifestó que “Uruguay tiene un debe político con la granja, porque el costo es que los productores que abandonan esta actividad no vuelven nunca más”. Gordillo dijo además que “a la mujer en el agro le falta mayor visibilidad, porque hay un montón de productoras rurales”, y también expresó que el recambio generacional es un problema, por eso “debemos incentivar a la gente joven a que se incorpore a esta producción”.
Hernán T. Zorrilla (Encargado del área agrícola y forestal).
-¿Cómo ha estado la situación productiva de la zanahoria en los últimos años?
-El cultivo de zanahorias no estaba mecanizado y se hacía en invierno o en verano. Mi familia siempre hizo zanahorias de verano con riego porque valía más, y a lo largo del año hacíamos otras actividades. La granja viene complicada desde hace 4 o 5 años. El mayor problema es el acceso a tecnología. A diferencia de otros sectores del agro, un dólar alto nos perjudica porque tenemos todos los insumos en esta moneda pero cobramos en pesos. Lo más caro es la mano de obra y cada vez escasea más. Cuando al país le empieza a ir bien es difícil acceder a mano de obra para el campo. En la parte de cosecha todo se ha automatizado más con la presencia de cosechadoras, y esto hizo que la gente se anime a plantar más. En la parte de semillas, antes solo teníamos las nacionales y ahora conseguimos semillas híbridas, francesas, holandesas, entre otras. Hay mejores rendimientos y más productividad. El problema es que hay menos controles. No existen casi controles de calidad en Uruguay y esto genera una competencia desleal en el rubro, sobre todo en la parte de lavadero y mano de obra sin formalizar. Nosotros apuntamos a funcionar con todo en regla, si no deberíamos dedicarnos a otra actividad.
-¿Cómo afectó la pandemia?
-Los primeros meses, cuando la gente estuvo más encerrada, el consumo de frutas y verduras aumentó. Inmediatamente que la gente empezó a salir más, el consumo volvió a bajar. Hoy estamos con problemas de comercialización y en el Mercado Modelo sobra mercadería. Lo que escasea y tiene valor es por problemas climáticos o complicaciones puntuales. Al haber menos productos hay una suba de valor. La pandemia debería habernos hecho reflexionar. En Uruguay no valoramos lo suficiente la alimentación saludable. Hay países del mundo donde hay políticas que incentivan a los granjeros. En nuestro país tuvimos el conflicto de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) en medio de la pandemia, y se dejaron de lado aspectos importantes que espero que se retomen de cara a este 2021. El Mercado Modelo trabaja bien la canasta inteligente, pero deben generarse políticas que muestren el valor de la producción de frutas y verduras. Los granjeros no fallamos un solo día en la pandemia. Hay países donde no pudieron acceder a alimentos por no haber producción nacional. La gente cada vez cocina menos, o algo estamos haciendo mal al no transmitir la necesidad de comer frutas y verduras. No hay que dejar de lado la carne, pero siempre bromeo que si prendemos la parrilla podemos poner también morrones, zanahorias y papas. Deberían haber más políticas del Ministerio de Salud Pública y del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. La granja suele ser olvidada, y dentro del agro es una actividad que mueve mucha mano de obra. Para finalizar, siempre va a ser más barato tener una población sana. Uruguay invierte mucho dinero en salud, por lo que si la población es saludable es ganancia para todos.
-¿Cómo funciona la logística de ventas en el Mercado Modelo?
-El Mercado Modelo hoy más que nada funciona con intermediarios. Del total de vendedores, solo un 15% son productores que comercializan su fruta y verdura. Se han ido perdiendo productores en la venta directa por falta de conocimiento o de tiempo. Otro problema son los costos y la informalidad que se maneja en el Modelo. Supongo que con la UAM se busca regularizar esto, poder modernizarse y agilizar la logística. La UAM está muy bien pensada de acá a 15 o 20 años, pero hay aspectos a los que hay que prestar atención ya. Se puede mejorar, pero hay que poner reglas claras, parejas y que se cumplan. Deberían haber políticas que protejan al productor. Si tú vas a vender tu mercadería deberías tener beneficios, si no cada vez vamos a ser menos. Nosotros nos rehusamos a dejar de lado la tradición de vender lo que es nuestro. Estar en contacto con los clientes y que conozcan el proceso de producción de tu mercadería es importantísimo.
-¿En qué se está con la mudanza?
-De momento la mudanza se realizaría el 22 de febrero. Yo estoy afín a que se realice en esa fecha. Faltan algunos aspectos a solucionar como el acceso, pero supongo que se llegará a tiempo. Ahora tenemos una UAM más avanzada y debemos pensar en solucionar estos ítems para no perder comercialización. El movimiento de fruta y verdura es clave, porque es el alimento principal de la pirámide alimenticia de los uruguayos. A veces perdemos de vista las prioridades, y espero que la pandemia nos haya enseñado eso. Uruguay tiene autonomía alimentaria y eso es muy importante.
-En producciones como la agropecuaria, ¿piensa que hay un mayor sentimiento de pertenencia por las empresas familiares?
-Claro. En otras circunstancias, tal vez me hubiera dedicado a otras actividades. Tendría menos estrés, podría dormir mejor y no tendría que levantarme a las 3 de la mañana para luego llegar a mi casa de noche y seguir trabajando. Sin embargo, me da orgullo lo que hago. Lo he pensado muchas veces y lo vuelvo a elegir. Este trabajo es sacrificado y no está remunerado de la manera que debería estar. En nuestro caso, venimos de 6 meses con la zanahoria en la canasta inteligente, y ese bajo precio que a veces ni siquiera cubre los costos, me da un poco de miedo. Nosotros tenemos un ciclo anual de producción, y los productores que apostaron a la producción de invierno y tuvieron que vender toda su mercadería por debajo de los costos no saben si van a poder plantar lo mismo la zafra entrante. Con la granja nadie se va a volver millonario, pero todos queremos siempre vivir mejor. Mi abuelo fue granjero y vivían en malas condiciones. Nosotros hemos mejorado mucho y seguimos apostando a incorporar tecnología. El MGAP debe prestar más atención a la granja. A los productores más pequeños siempre hay que ayudarlos, pero a los que producen 5, 20, 50 o 100 hectáreas es a los que más hay que prestar atención, porque están alimentando a todo el país. El Uruguay tiene un debe político con la granja, porque el costo es que los productores que abandonan esta actividad no vuelven nunca más.
-¿Qué sucede con el acceso a tierras?
-Es un problema cada vez más grande. Primero hay inconvenientes con el valor del dólar, y si a eso sumamos que el precio de las verduras a veces no permite recuperar la inversión estamos complicados para volver a plantar. Si perdemos cosechas por mucha lluvia o por una seca y no tenemos un seguro acorde es difícil. Por eso a los granjeros nos cuesta invertir en campos o en tecnología. Veo que muchos campos de Colonización van a otro tipo de explotaciones agropecuarias y a veces es injusto.
Falta mayor visibilidad a las mujeres en el agro... ¿Cómo ves el rol de la mujer y la gente joven en el trabajo del campo? -A la mujer en el agro le falta mayor visibilidad, porque hay un montón de productoras rurales. Lo mismo sucede con las mujeres en las gremiales. Falta el dinamismo de que sea más natural tener mujeres ejecutando y tomando decisiones. Ese cambio se está haciendo, pero falta hacerlo ver un poco más. Me pone contenta que ingresen las mujeres al mundo de la granja, pero es difícil a futuro levantarte a las 3 de la mañana cuando piensas en tener una familia, y eso no está bueno. Falta que se le de un rol protagónico a la mujer, porque siempre están. Están las hermanas, están las esposas, siempre están. En cuanto a la gente joven, existe un problema de recambio generacional. En el Mercado Modelo los jóvenes somos los menos comercializando. Hay colegas que no tienen recambio generacional porque es un trabajo muy sacrificado. Un joven que puede formarse y estudiar, tal vez se dedique a otra profesión. Por este motivo, debemos incentivar a la gente joven a que se incorpore a esta producción. Hace tiempo vengo insistiendo para que en Canelones agreguen en la UTU alguna orientación que genere espacio para la horticultura y los conocimientos para producir en la granja. Los jóvenes que se involucren en la actividad no tienen por qué ser hijos de granjeros, por el contrario, es muy válido que decidan por sus propios medios dedicarse a esta producción. Si le damos al personal un valor agregado y la posibilidad de estudios, la granja va a dar un salto de calidad. Empresa familiar que va más allá de las zanahorias. -¿Cómo trabaja la empresa familiar? -El que comenzó a trabajar fue mi hermano. Él hizo la Escuela Agraria y empezó a trabajar con mis padres, para irse largando solo en el cultivo de zanahorias, en el que ya estaba mi abuelo. Mi padre con el paso del tiempo fue abandonando el trabajo y dando espacio para nosotros. Sucede mucho en la granja que se transmite la cultura de trabajo hacia las nuevas generaciones. Yo estudié Comunicación, pero empecé a ayudarlos en la parte de comercialización. Mi padre nunca se imaginó que su reemplazo en el Mercado Modelo iba a ser yo, ponía más fichas a mi hermano por ser hombre, pero a él no le gusta lo comercial. De este modo, mi hermano produce y yo estoy en la parte de comercialización y lavadero. Nuestra granja está ubicada en Canelones, en las zonas de San Antonio y Sauce. -¿Se dedican fundamentalmente al cultivo de zanahorias? -Sí. También hemos hecho algo de cebolla y estamos incursionando en el boniato. Antes mi padre plantaba zapallos y boniatos, pero después que nos centramos en las zanahorias generamos un ciclo completo bastante aceitado. Ahora estamos probando cultivos en pequeña escala para tener muchas opciones dentro de lo seco, es decir, zanahoria, boniato y cebolla.