Se cerró la tercera zafra del Proyecto de Transferencia de Tecnología liderado por ACA, con el apoyo de la Gremial de Molinos Arroceros, INIA, FLAR y diversos auspiciantes. Esta idea se puso en marcha a partir de 2019, siendo financiada los primeros dos años por ANDE, y a partir del año pasado, es decir la tercera campaña, las instituciones involucradas decidieron darle continuidad a este proceso.
Con jornadas en Río Branco, Treinta y Tres, Melo, Tacuarembó, Lapuente, Tomás Gomensoro y Cebollatí se le dio un cierre con conclusiones a la implementación del presente proyecto.
Al momento, ya se está delineando el cuarto año del mismo, que se realizará con la siguiente zafra de arroz y ya está confirmado. La visión de los participantes es de darle una permanencia a este proyecto. “El sector arrocero tiene un modelo de desarrollo y transferencia exitoso, sin embargo, se promovió este proyecto a través de los actores y se puso en marcha, y demostró que tiene su lugar y es complementario con las demás herramientas”, comenzó diciendo a Rurales El País el Ing. Agr. Gonzalo Zorrilla, líder en la realización de este proyecto.
“Hay que ver el compromiso social que esto genera y todo lo que se aprende. Estos ensayos permitieron conversar y participar en una organización brillante, con investigadores, productores, industria, agrónomos, auspiciantes, instituciones: todo un equipo donde el productor puede sacar mucho jugo”, dijo Néstor Santos, uno de los productores involucrados en el proyecto. “Más allá del número, a la gente le sirve mucho y se van aprendiendo los errores que se cometían”.
La lógica del proyecto no es de investigación ni de validación, sino de poner en funcionamiento buenas prácticas que ya son conocidas. La propuesta se basa en 10 puntos clave de manejo, que fueron previamente seleccionados en un comité técnico integrado por las distintas partes que conforman el proyecto. “El esfuerzo fue ponerlas en práctica en los distintos lugares y que los productores vean que funcionan”, dijo Zorrilla. “En todos los rincones arroceros del país, en áreas comerciales y manejadas por los propios productores, se sacaron en todos los casos más de 200 bolsas, es decir, más de 10 toneladas por hectárea”, afirmó. La tecnología está disponible para que los productores aseguren su resultado económico. Cuando se inició este proyecto, la media nacional era de 8.500 kilos y en muchos casos no alcanzaba para cubrir los costos.
“Aplicando esas prácticas de manejo, se sacan más de 10.000 kilos de arroz por hectárea en cualquier rincón arrocero del país”, aseguró Zorrilla. El proyecto no pretender que 10 o 15 productores saquen más de 10 toneladas, la idea es que “el conjunto de productores arroceros conozca la validez de estas herramientas y vean que se puede mover la aguja, achicando la brecha entre productores y moviendo la media nacional hacia arriba”, agregó.
En ese sentido, Santos dijo que se puede llegar a esas producciones “sin ningún problema, porque no es por quién sea o por las características: si cumplís con las cosas como se deben y de forma sencilla, te da”. Muchos productores quedaron satisfechos con los lineamientos planteados. “Si cumplís con el manual, después depende de Tatadios, pero las cosas se dan”, agregó Santos.
Se debe buscar que un cultivo sirva para el siguiente y así diversificar rubros, “porque con uno solo no alcanza”, dijo Santos. “Los productores más chicos son los que más deben ir, aprender y así poder tener más información para hablar con el ingeniero del molino. Todos quedaron convencidos”, agregó.
Los proyectos de transferencia son lentos, y si bien “la mejora es evidente hay que darle tiempo”. Estas últimas dos zafras fueron excelentes por varios factores. “Sí estamos contentos con saber que tenemos una propuesta técnica que logra resultados, y la forma de trabajo es exitosa. Es mejor este mecanismo que centralizar todo en una gran conferencia o gran reunión donde muchos productores no van”. En esa línea Santos valoró que se va a repetir la experiencia sumando gente que al principio no estaba de acuerdo, pero ahora accedió. “Tenemos que participar todos porque es para todos”.