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Uruguay produce lanas ultrafinas y valoriza negocios

Crilu entregó nuevo lote de borregos de altísima calidad.

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Lana fina. Foto: Crilu

Pablo Antúnez

El Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (Crilu) entregó ayer otro lote de borregos que defenderán los números de más establecimientos en el basalto, apostando a las lanas de alta calidad.

Fue la 10ª entrega de reproductores Crilu Merino en INIA Tacuarembó. “Los borregos provienen del núcleo de INIA Glencoe. El desafío era que fuera un lote de lana ultrafina y eso se logró porque el lote está en 15,8 micras”, afirmó el presidente del Crilu, Alfredo Fross a El País.

Las ovejas que produjeron estos corderos están por encima de los 50 kilos y dan más de 4,5 kilos de lana. “Estamos hablando de lote de lana ultrafino a cielo abierto y con muy buena productividad”, remarcó Fross.

Ayer se entregaron borregos diente de leche que están con un año de vida, tienen 14,8 micras de promedio, pesan más de 70 kilos y dieron más de 5 kilos de lana. “Era impensable 20 años atrás llegar a esto. Hoy es el sueño cumplido”, dijo orgulloso el presidente del Crilu, remarcando el progreso genético logrado, donde los Datos Esperados en la Progenie (EPDs) fueron indispensables en ese camino de avance.

“Estos animales —por los borregos entregados ayer— forman parte del tercio superior y dentro de eso, siendo ultrafinos y con esa performance, en valores de EPDs, todos bajaban micronaje, subían peso de vellón, alargaban la mecha, resistían a parásitos y aumentaban cuerpo”, remarcó Fross.

Es que dos décadas atrás, el temor de los productores era afinar y perder peso de vellón y peso corporal, porque eso iba en contra de sus bolsillos.  “Hoy los datos de EPDs   nos muestran que se mejoró pero afinando esas características y ganando peso de vellón y más cuerpo”, destacó el presidente del Crilu.

Charlas. En la jornada de ayer hubo tres charlas técnicas, una a cargo de los técnicos del Crilu, otra en manos del Instituto Plan Agropecuario y la otra fue de Fucrea.

El consorcio nació como un capricho, en la década del 90, buscando demostrar que la producción  con ovinos podría mejorar los ingresos de capital de las empresas y contribuir a que los productores se quedaran en el medio rural produciendo con ovinos.

Dos de las charlas técnicas mostraron los números. “El análisis de las carpetas verdes de los productores del norte que hizo el IPA, evidenciaron cómo los sistemas de producción de lanas finas    hicieron la diferencia y mejoraron los ingresos. Lo mismo sucedió con las otras dos charlas”, contó Fross.

En la medida que las lanas eran mas finas y más calidad, el precio del producto pesaba más en la cuenta final.

Según su visión del presidente del Crilu, se pasó, a través de un proceso de aplicación de alta tecnología, luego del desarrollo genético, del desarrollo de las características de calidad de proceso, hasta ahora hablar del negocio que ya es un hecho”.

Fross confirmó que Uruguay cuenta con una producción de “más de 3 millones de kilos de lana ultrafinas, majadas comerciales ultrafinas, las corrientes comerciales se generaron, es un producto que tiene colocación”.

En un momento se trabajo para que esas lanas llegaron a los mercados europeos más exigentes, se buscó la devolución de broker e industriales y fue muy buena. “Se nos dijo que el compartimento de estas lanas en la Unión Europea fue igual o superior a las lanas australianas”, contó Fross.

Con las lanas uruguayas se confeccionaron prendas que desfilaron en las pasarelas de moda más exigentes, sin nada que envidiarle a las que producen otros países con lanas de elite. El camino está trazado y las mejoras también.

Guillermo Crampet

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