Carniceros reflotan idea de estar en Junta del INAC

La UVC está preocupada por la suba del precio del pollo

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El consumo de carne aviar en el abasto interno todavía tiene mucho para poder crecer.

En la próxima reunión de la Mesa del Abasto, la Unión Vendedores de Carne (UVC) propondrá hacer gestiones ante el Poder Ejecutivo para incluir a los carniceros en la Junta Directiva del Instituto Nacional de Carnes (INAC).

La Mesa del Abasto está conformada por las principales empresas dedicadas a la importación y venta de carne en el mercado interno.

A partir de la incorporación de las avícolas a la Junta Directiva, los carniceros recuperaron la esperanza de poder cumplir con su antigua aspiración, sentarse junto al gobierno y los frigoríficos para hablar y discutir los temas del mercado interno.

“Queremos estar presentes en las discusiones vinculadas con el abasto de carne. No nos interesa hablar de la exportación, pero sí queremos defender al abasto”, afirmó a Rurales El País el Presidente de la Unión Vendedores de Carne (UVC), Hebert Falero. Hasta hace pocos meses, en la Junta Directiva del INAC el abasto interno estaba representado por los pequeños mataderos que no eran exportadores y hoy sólo quedó la industria frigorífica exportadora, donde muchas empresas también se dedican al mercado interno.

“Nos parece muy bien que hayan ingresado las avícolas a la Junta Directiva del INAC porque les aportará experiencia a un sector que quiere ir creciendo hacia la exportación”, afirmó Falero. “No estamos en contra de ese ingreso”, aclaró.

Precio del Pollo.

Por otro lado, el titular de la UVC se mostró preocupado por la suba del precio del pollo a partir de la suspensión temporaria de los permisos de importación de carne aviar para el mercado interno. El precio del producto subió $ 5 el pasado fin de semana y anteriormente ya había subido entre $3 y $4 por kilo, dijo Falero.

Recordó que la suprema, producto muy vendido en el mercado interno, cuando se habilitó la importación había logrado bajar entre $ 50 y $ 60 por kilo, pero cuando se cerró el ingreso de carne aviar, el precio volvió a los niveles anteriores. Falero sostuvo que el mercado de carne aviar “está cautivo de unas pocas empresas” y entendió que el que se ve perjudicado “es el consumidor”.

La industria avícola, mayoritariamente es de capitales locales, ¿por qué no puede competir con las demás?, se preguntó al titular de la UVC. Es más, reconoció que si el sector tiene una carga impositiva alta y eso repercute en los precios, “se debería buscar una solución que lo evitara”, pero lo que no admite es que “el mercado esté cautivo de lo que dispongan un grupo de empresas. La importación de carne aviar, como lo fue en la carne bovina, era una buena salida y beneficiaba al consumidor”.

Mientras tanto, desde la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) se aseguró que el valor del pollo está recuperando el terreno perdido.

El presidente de la institución, Domingo Estéves, dijo a Rurales El País que “lo que no dicen los carniceros es que el pollo había bajado semanas atrás entre $ 20 y $ 30 por kilo. Ahora recupera el precio perdido. Se estaba vendiendo en el entorno de $ 100 y llegó a comercializarse a poco más de $ 70 por kilo, con impuestos incluidos”. Según la visión de Estéves, lo que pasó es que “los carniceros no bajaron el precio, se quedaron con la diferencia y ahora se pueden estar quejando porque está subiendo”. Respecto al valor de la suprema o pechuga, el titular de Cupra dijo “cuando baja el precio del pollo entero, el de la suprema sigue la misma tendencia. Se vende muy poco pollo procesado y quienes producen la suprema están en la cadena comercial. La cadena comercial es la que produce ese producto y dentro de ella, los carniceros son los que cortan la suprema. La industria no fija el precio de la suprema”, aclaró tajante el titular de Cupra.

Cupra sostiene que la oferta de pollo “está firme y no presenta inconvenientes. Hay buena cantidad y se atiende perfectamente la demanda”.

Estéves explicó que “siempre hay oscilaciones en la oferta y la demanda que se van ajustando. El precio bajó $ 20 o $ 30 por kilo semanas atrás porque había una sobre oferta de producto. Cuando baja tanto, las mismas empresas empiezan a perder dinero, limitan su producción y se ajustan, pero no hay demanda insatisfecha”, aclaró el empresario.