Mientras el desarrollo y estado de los cultivos es muy bueno, los arroceros uruguayos están menos preocupados que sus pares brasileños, pero vienen cuidando el agua, puesto que estarán regando, al menos, hasta mitad de febrero.
“No hay problemas aún con el agua, todos los riegos están funcionando sin inconvenientes, pero los productores estamos cuantificando las represas porque están muy justas y queda bastante por delante, si no viniera ninguna lluvia”, dijo a El País el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago.
Contó que en muchos casos se están tomando medidas de apoyo a los caudales de los ríos Cebollatí y Olimar, desde los que también se riega el cultivo, volcando agua desde algunas represas que no se estaban usando.
La siembra temprana, donde prácticamente toda el área arrocera se implantó en octubre, adelantó el estado de los cultivos y “eso ayuda mucho”, admitió Lago.
En el sector, siempre se calcula el área en base al agua disponible para regar el cultivo y es muy difícil que se abandonen áreas.
El año pasado el cultivo tuvo una productividad récord, con más de 9.000 kilos por hectárea, poniendo a Uruguay y sus arroceros entre los más eficientes del mundo. La cadena arrocera sigue apostando a crecer y busca despegar con más mercados y mejores precios.