Desde el pasado mes de diciembre, Uruguay atraviesa la segunda emergencia climática en un año -en marzo de 2020 ocurrió la primera y afectó a casi 5,5 millones de hectáreas-, con un efecto importante porque la crisis llegó en plena primavera, y además de los efectos puntuales de falta de pasto dará paso a consecuencias secundarias como, entre otros, los problemas en los entores y preñeces.
Las evaluaciones de anteriores crisis climáticas indican que en 10 años se perdieron US$ 1.500 millones. Es decir, en promedio son US$ 150 millones por año.Hoy el productor tiene disponible una batería de herramientas, como una línea de crédito con tasas subsidiadas por parte del MGAP, con República Microfinanzas. Para acceder a esta línea de crédito hay que inscribirse en un formulario disponible en la página web del MGAP. La misma se define en función de la carga que tienen los campos, dando un dinero por unidad ganadera, con un tope de dinero para poder acceder.Desde el MGAP se exhorta a todos los productores que sufrieron la anterior emergencia a que se inscriban a esta línea de crédito porque tiene mejores condiciones y se prorrogan los pagos.
Según informó Buffa, hoy son más de 500 productores que se han inscripto a estas líneas con tasas subsidiadas del MGAP.
También han habido respuestas de otros organismos del Estado, como una línea de crédito del Banco de la República (BROu), que tiene un tope de US$ 25 mil con tasas interesantes y una forma de pago acorde a ciertos ciclos productivos.