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Copagran promedió 2.300 kg en girasol

La materia grasa alcanzó un 52%, obteniendo bonificaciones

Girasol
Chacras de girasol en 2024
Rodrigo Frigio

Una nueva opción para los veranos actuales, pero un viejo conocido en la agricultura de nuestro país.

Así podríamos definir al girasol, un cultivo que de la mano de nuevos materiales genéticos y opciones comerciales interesantes, se volvió a posicionar en la estrategia del verano uruguayo.

En los días y semanas anteriores al comienzo de la cosecha de soja, y de este modo también antes de que las precipitaciones azotaran buena parte del territorio nacional durante varios días, se terminó de cosechar el girasol.

Los rendimientos promedio de Copagran en el litoral del país fueron de 2.300 kilos en promedio, conformando de esta forma entonces, una buena cosecha.

Si vamos un par de zafras hacia atrás, la superficie de girasol había sido de 8.000 hectáreas, pero para esta campaña, visto y considerando las predicciones climáticas que auguraban un buen escenario de lluvias para la soja y maíz, tanto de primera como de segunda, el área de girasol se vio disminuida una vez más. En el caso de Copagran, principal productor del país, se sembraron unas 1.500 hectáreas, y según la información de DIEA se plantaron 4.699 hectáreas de otros cultivos de verano, los cuales en su mayoría refieren al girasol ya que soja, maíz, sorgo y arroz son discriminados de otro modo en estas estadísticas.

El porcentaje de materia grasa fue de 52%, lo cual es muy bueno en el entendido de que por encima de un 43% de materia grasa, ya existen bonificaciones en los planes comerciales.

Los beneficios del cultivo no pasan solo por la diversificación, reducción de riesgos y ventajas desde el punto de vista agronómico en las rotaciones, sino también logístico: en una zafra tan complicada en cuanto a la demanda y disponibilidad de maquinaria y camiones, el girasol se terminó de cosechar antes de que empiece la soja.

Finalmente, es preciso recordar que el precio del girasol gira en torno a la pizarra de la oleaginosa en Chicago, pero el costo de sembrar una hectárea se estima que es entre un 10% y un 20% menos que para la soja.

El productor de Soriano y presidente de la Asociación Uruguaya Pro Siembra Directa se refirió a los más de 30 años de la asociación en el país, el contexto en el que llegó la siembra directa, el impacto que tuvo en los primeros años, las transformaciones con la llegada de los grandes grupos argentinos y la situación actual, en la que supera el 90% de adopción en siembra de cultivos y forrajeras. Dabalá dijo que cuando el glifosato comenzó a tener un precio más accesible fue un punto de inflexión para la adopción de la tecnología y destacó la importancia de tener el suelo cubierto, así como de hacer una buena rotación de cultivos. Acerca de los beneficios, el presidente de AUSID afirmó que algunos aspectos se ven enseguida que se deja de laborear, pero muchos de ellos cobran relevancia con el paso de los años implementando la siembra directa. Para cerrar, destacó las principales líneas de trabajo de AUSID, entre las que están proyectos en investigación de los beneficios ecosistémicos, la rotación de cultivos, el uso de bioinsumos y cuestiones referidas a un mejor manejo de la agricultura nacional.

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