Chicago cerró un lunes de pocas variaciones, en donde los precios de la soja acaso si se movieron, mientras el trigo tomó mayor impulso, dejando al maíz rezagado ya que este cereal fue el que definitivamente quedó en tablas frente al viernes, al subir y bajar apenas, así como quedar igual en las tres posiciones más cercanas.
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En los otros mercados financieros, el crudo volvió a caer y perder así parte de lo recuperado tras el rebote del viernes. Los índices bursátiles terminaron casi sin cambios, mientras que el oro y los bonos del tesoro consiguieron ligeros avances, junto al dólar.
El maíz cerró dispar en sus posiciones más cercanas, frenándose algo del gran impulso que empezó a desarrollar durante los últimos días, ante la mejora en las condiciones de competitividad en terceros mercados. Los mejores precios de la semana pasada motivaron una mayor predisposición vendedora por parte de los Farmers, lo que terminó por sí mismo haciendo caer los precios en el contrato más cercano, que – pese a cotizar precios futuros – suele usarse como referente en el mercado de contado de EEUU.
La soja subió, aunque a gatas, con el Farmer también mejor dispuesto a ponerle precio a su grano físico, sin afectar en este caso las referencias de precios futuras. Empiezan a conocerse los primeros datos de la cosecha brasilera aunque, dado el escaso volumen levantado, todavía no puede hablarse de tendencias ni de muestras representativas en absoluto. Se habla de chacras rindiendo 600 kgs/há, aunque era esperable que las primeras chacras, al ser las que sufrieron más los efectos de la seca y terminar antes su ciclo, dieran los datos que están dando actualmente. Las principales consultoras brasileras y mundiales siguen paradas sobre cálculos de una cosecha prácticamente igual a la de 2014/15.
El trigo subió, nuevamente, entre noticias del clima que dan cuenta de una ola polar sin precedentes en EEUU, así como de insistentes rumores que indican que Rusia podría volver a retirarse del mercado exportador, de forma de contener la escalada de precios internos. Pese a los esfuerzos por enfriar los volúmenes exportados, la acelerada devaluación del Rublo frente al Dólar ha provocado una mejora contundente en la competitividad de los productos rusos y pese a las detracciones impuestas en los precios de exportación.
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