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Carlos Foderé: “Terminal Tacuarí puede potenciar la producción del noreste uruguayo”

El director de Fadisol, se refirió a la iniciativa privada de la construcción del puerto en la Terminal Tacuarí, enmarcado en el proyecto de la realización de una hidrovía en el este del país que genere una conexión comercial con Brasil. Foderé explicó que del encuentro entre Lacalle Pou y Bolsonaro todavía “no surgió fecha de llamado a licitación”, que es lo que falta para comenzar con la inversión. “Es una obra de relativo bajo costo que generaría un altísimo impacto”, agregó. Consultado por los precios de los granos, el director de Fadisol dijo que hay “un cambio muy positivo para la agricultura de secano, que genera una dinámica nueva llena de optimismo y se traduce en inversiones”.

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Hernán T. Zorrilla, encargado del área agrícola y forestal del Portal Rurales El País.

-Hace ya algunos meses hablábamos con usted acerca de la hidrovía a realizarse en el este de Uruguay para su conexión con Brasil. Recientemente, el presidente Lacalle Pou se reunió con su par Jair Bolsonaro y reapareció el tema en agenda, ¿en qué situación se encuentra y cuál es su participación en él?

-Es una noticia muy grata la voluntad de este nuevo gobierno de llevar adelante esta integración con Brasil. El dragado del río Sangradouro, que une Laguna de los Patos con la Laguna Merín, permitiría dar salida a navíos desde la propia Laguna Merín. También está el proyecto de integración con el dragado río arriba de Salto para navegar el río Uruguay y pasar la represa de Salto Grande. El segundo puente entre Yaguarón y Río Branco ya está casi decidido. El proyecto de la Terminal Tacuarí, enmarcado en esta hidrovía a realizar en el este del país, está avanzando y fue muy importante que los presidentes se reunieran a hablar del tema.

-Usted es de los empresarios líderes en esta inversión, ¿qué certezas faltan para comenzar las obras?

-En estos días he comentado que la noticia de que van a realizar el dragado ya hace más de 10 años que la venimos escuchando. Del encuentro entre los presidentes Lacalle Pou y Bolsonaro no surgió fecha de llamado a licitación, que es lo que falta. Necesitamos tener la certeza de que están los recursos. Estamos hablando de una inversión de 6 millones de dólares, que no es una cifra tan grande para el gobierno brasileño. Después de tantos años que venimos con lo mismo es imposible que nuestro consorcio avance porque los tiempos cambian y lo que era hace 10 años tal vez es distinto. Pensemos nada más en lo que cambió el movimiento agrícola y de commodities en los últimos tiempos. No puede existir un inversor que espere 15 años sentado hasta que se haga el dragado. Tenemos el proyecto y las autorizaciones correspondientes al momento. Estamos hablando de un puerto privado, entonces tenemos que renovar resoluciones firmadas en el gobierno de Tabaré Vázquez, si bien esto parece algo sencillo porque la voluntad política está. Es una iniciativa privada, el gobierno solo debe autorizar. Tenemos martillados todos los puntos porque se trata de un proyecto multimodal.

—¿De qué monto sería la inversión?

—Podemos estimar que la inversión inicial rondaría los US$ 20 millones. Después, en función de las diferentes actividades habría que ir incorporando los equipamientos necesarios.

-¿Qué ventajas traería esta inversión, tanto para el sector privado como para Uruguay como país?

-Las ventajas son innumerables. Hablamos de crear una herramienta que puede potenciar la producción del noreste uruguayo. Hay que tener imaginación para ver cuánto pueden crecer diversas producciones agropecuarias en departamentos como Cerro Largo, Treinta y Tres, Rivera o Tacuarembó. El crecimiento se daría en granos y otros productos como cemento o incluso minerales. Ni hablemos de la madera, en una zona donde hay muchos campos de prioridad forestal. Ahora estamos empezando con la venta de cebada forrajera o sorgo a China, y esto es una muy buena noticia. La generación de la hidrovía puede potenciar también el turismo, la navegación deportiva y muchas actividades más que existen y no se explotan por falta de infraestructura. Es una obra de relativo bajo costo que generaría un altísimo impacto y permitiría estos desarrollos.

-En el último tiempo se ha dado una interesante suba en el precio de la soja y el maíz, entre otras producciones. ¿Cómo analiza estos cambios desde lo comercial y lo productivo?

-Estamos muy contentos con este cambio que se ha dado en tan pocos meses para la agricultura en general y el valor de los granos. Me acuerdo que el año pasado en mayo teníamos ventas de soja a US$ 300. Hablamos de 8 meses atrás. Si bien en estos días hemos visto mucha volatilidad, si tomamos US$ 450 para tener un margen estamos vendiendo un 50% por encima del año pasado. Además terminamos una zafra de trigo y cebada con muy buenos rendimientos y precios. Es un cambio muy positivo para la agricultura de secano. Esto genera una dinámica nueva llena de optimismo que se traduce en inversiones y crecimiento del área agrícola. Hay que tomar las medidas correspondientes y crecer en los seguros de precio poniendo piso a los valores. Todas esas herramientas existen y el productor habitualmente no las usaba porque vendía la mercadería física, pero es momento de que empiecen a funcionar. Es la forma de cubrir cambios abruptos y captar este nivel de precios que es excelente para una media de rendimiento.

-Dada esta situación, ¿puede haber un giro más grande desde la ganadería hacia la agricultura?

-Es muy pronto para decir eso y no creo que ocurra. Se está trabajando de otra manera y las rotaciones con ganadería son fundamentales, está más que demostrado. La ganadería también está en un momento interesante, por lo tanto el furor aquel de los inversionistas que venían del exterior solo a plantar soja ya es un tema superado. Obviamente los altos precios agrícolas motivan el aumento del área, pero de ninguna manera creo que se dejen de lado las rotaciones agrícola ganaderas.

-Con esta coyuntura, ¿se hace más caro pasar los granos por el corral en lugar de exportarlos directamente?

-Evidentemente la pandemia golpeó fuerte, especialmente frenando negocios con Europa y generando una merma en los valores de la carne y los negocios del corral. Hoy los números del engorde tienen una rentabilidad baja y por eso se han achicado los ganados de corral, pero creo que es un factor totalmente coyuntural. Uruguay tiene que mejorar sus niveles de extracción y se puede mejorar la dotación vacuna y lanar, y todo eso se genera suplementando con granos. La herramienta del corral vino para quedarse y crecer. Por eso veo esta situación como algo coyuntural y la carne uruguaya, una vez que pasemos la pandemia, va a volver a su crecimiento.

-Hace algunos meses mencionaba que la agricultura necesitaba urgente una baja de costos. Pasado el tiempo, ¿visualiza cambios importantes?

-No veo cambios significativos. La suba de precios de los granos ha llevado a una suba abrupta de los insumos, a veces hasta fuera de relación con la realidad. Después de estas subas se hace difícil la baja. Si bien sabemos de la buena voluntad del gobierno, hay un largo camino a recorrer que recién está comenzando en la parte de combustibles, electricidad y servicios públicos. Reconocemos las dificultades que hay por el famoso costo país que a Uruguay lo deja fuera de competencia. Vemos con preocupación la lentitud que lleva la baja de costos de producción, que en definitiva da competitividad al país.

-Últimamente ha estado en agenda la producción de girasol, ¿cómo ve esta opción?

-La vemos con atención y optimismo. Sería una excelente noticia que pudiera crecer el área de girasol y se transforme en otra opción. Creo que es altamente viable y hoy hay nuevas tecnologías para producir. En su momento se había parado la producción de girasol por problemas sanitarios que hoy hemos superado. Hay optimismo por este crecimiento y sería una gran noticia.

-El año 2020 marcó una cosecha muy buena de cultivos de invierno que además captó buenos precios. ¿Qué perspectivas hay para la zafra entrante?

-Creo que va a crecer en todos los rubros, desde la colza, la canola, el trigo y la cebada. Este ingrediente de la posibilidad de exportación de cebada forrajera a China da la oportunidad de abrir nuevos mercados y mejora las cifras. Ya había un aumento de cebada cervecera. Hay mucho material y muchas variedades de gran potencial. Ya vemos un crecimiento en las malterías y podemos empezar a verlo con destino forrajero. El trigo también ha crecido y la canola tuvo buenos resultados.

-Enmarcado en este contexto, ¿cuáles son los principales desafíos de la agricultura en Uruguay hacia los tiempos venideros?

-Uruguay necesita bajar los costos de producción y mantener un esquema productivo sustentable. Esto se logra con base en las rotaciones y la aplicación de tecnología en todas las áreas. Debemos apuntar a ser más competitivos. El potencial agrícola está creciendo y creo que el proyecto de la Terminal Tacuarí puede ayudar en gran medida. El crecimiento de los cultivos, tanto para exportación como para autoconsumo, va a generar una mejoría en todos los aspectos de la agropecuaria nacional.

Lluvias: “se viene dando vuelta la historia...” -¿Cómo han impactado las diversas lluvias de los últimos días en esa zona del país? -Veníamos con una sequía muy dura, en un 2020 donde en el norte de Colonia faltaron 400 mm para llegar al promedio anual de lluvias. Seguimos con un déficit muy importante. En enero llevábamos dos lluvias de 12 mm cada una, ha sido todo muy desparejo. En Ombúes de Lavalle a fines de enero y principios de febrero cayeron otras lindas lluvias. Estábamos al límite tanto en cultivos como en pasturas, y las aguadas no se han recuperado. De todos modos se viene dando vuelta la historia, y los cultivos y las praderas vienen sintiendo ese cambio positivo.

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