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“En Agro Oriental buscamos empoderar al productor...”

Los directores de la firma, que desde el 2016 apuesta al sector agropecuario, proyectan un año 2023 “con más estabilidad”

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Alberto Gómez, Jaime Gómez, Martín Slinger y Christopher Brown apuestan, desde hace 7 años, a brindar servicio de calidad en todos los rubros del agro.

Natalia Ayala

Bajo el lema: “una nueva forma de ver el campo”, los cuatro socios de Agro Oriental forman un equipo joven, orientado a “empoderar al productor rural en su proceso de producción y comercialización”, según aseguraron Christopher Brown, Jaime Gómez, Alberto Gómez y Martín Slinger. En el 2016, se juntaron los socios con el sueño de crear una empresa de servicios en el sector agropecuario “que fuera reconocida por nuestra capacidad de darle protagonismo al productor rural uruguayo tanto en la producción, como en la comercialización”. Desde ese entonces, aseguran que ha sido un camino “de mucho aprendizaje y desafíos, apostando en cada momento en nuestra gente, la tecnología y el sector”.

Los socios fundadores contaban con experiencias laborales que se complementan, trabajando por y para el campo. “Nos conocemos hace muchos años y ya cada uno sabe lo que mejor aporta a la empresa”, aseguran. Y complementan que “todos creemos que para ser parte de Agro Oriental hay que trabajar duro, agregar valor y compartir valores elementales”. Además, los socios aseguran que “hoy ocupamos un espacio relevante dentro del mercado y eso nos motiva a seguir apostando por esta actividad que nos apasiona”.

Lo que sigue, es lo sustancial de un diálogo de Rurales El País con Christopher Brown, Jaime Gómez, Alberto Gómez y Martín Slinger

-¿Qué balance hacen del año 2022?

-Para nosotros, más allá de los negocios que concretamos, fue también importante en términos estructurales por varias razones. Como parte de nuestra estrategia comercial hemos puesto mucho foco en desarrollar una red de agentes en todo el país para estar siempre cerca de nuestros clientes. Para lograrlo, buscamos profesionales que sean de campo y que sean abanderados de los valores de la empresa, bajo el entendimiento de que vendemos servicios y los recursos humanos son nuestro activo más importante. Y para estar más cerca, inauguramos 4 sucursales nuevas: en Salto, Tacuarembó, Cerro largo y Maldonado, que se suman a las de Canelones, Colonia, Rocha, Florida, Paysandu, Artigas, Durazno y Montevideo, totalizando 12 oficinas.

-¿Respecto al balance agropecuario?

-Un excelente primer semestre, con valores de los ganados récord, muy buenos rendimientos en los cultivos de verano y un dólar q estaba por arriba de los 43 pesos. En el segundo semestre hubo excelentes rendimientos en los cultivos de invierno que nos sorprendieron a todos y con muy buenos precios. Sin embargo, la ganadería sufrió un ajuste importante en los valores de los ganados, una baja del dólar, un aumento en sus costos de producción y también una primavera con falta de lluvias en gran parte del país lo que hizo que la segunda mitad del año sea más complicada para todos. Pero el balance del año es positivo.

-¿Cómo justifican los valores que se pagaron el primer semestre?

-Nadie se podía imaginar que se llegara a US$ 5,80 por novillos de pasto y algo más por ganados de encierro. Teníamos un precio bastante por encima de nuestros principales competidores Argentina y Brasil que prácticamente acceden a los mismos mercados y tienen como principal destino a China q fue el q provocó la gran suba en ese momento. No es que nuestra carne no pueda valer más, pero había mucha disparidad. Tampoco nadie se imaginó una caída tan violenta y rápida de los precios como se dio el segundo semestre.

-Estos altibajos de valores ¿son más reflejo del clima que del mercado exterior?

-El precio del ganado gordo lo determinan principalmente dos factores: los mercados internacionales y el clima. Estos dos factores fueron afectando los precios en ambas direcciones. Los mercados internacionales estaban bastantes deprimidos en general, pero en particular el principal nuestro, China, donde colocamos más del 60% de lo que producimos, ante las medidas tomadas por su gobierno para contrarrestar los casos de covid, haciendo que la economía se frene. Esto se le sumó a la devaluación del yuan frente al dólar que encareció fuertemente los productos importados para China.

-¿Y el clima?

-Ese es el segundo factor, no menor, que es determinante para la formación de precios. En los últimos cuatro meses del año, cuando lamentablemente las precipitaciones empezaron a faltar, el “mercado climático” empezó a jugar un papel muy importante y la industria lo aprovechó. De la misma forma que cuando el clima juega a favor y le permite al productor retener el ganado para meterle kilos y a su vez presionando a la industria por mejores valores. Son las reglas del libre mercado, las debilidades de unos, se transforman en fortalezas del otro y es lo bueno que tiene.

-¿Cómo ven al negocio de corral?

-Los corrales vinieron para quedarse. Obviamente que hay momentos donde los números se ajustan, por ejemplo ahora donde los valores de la comida siguen altos y es un componente muy determinante. Cerca del 60 a 70% de los costos del corral se le atribuye a la alimentación y los valores que propuso la industria para las faenas de ahora de febrero no daban los números, teniendo en cuenta también a los valores que estaba la reposición y eso hizo que se encerrara significativamente menos ganado. Pero si Uruguay quiere seguir teniendo altos niveles de extracción como los que tuvimos en el 2021 y en el primer semestre de 2022, el corral es determinante para mantener esos niveles.

-¿Cómo estuvo el mercado de los campos?

-Sobre el segundo semestre del 2020 el mercado de los campos comenzó a recuperar fluidez con una interesante activación de la demanda, desde Argentina y local. El 2021 fue un año de recupero de valores, en torno a 30 o 40%, respecto al piso que había llegado en 2018/2019. Esto se siguió asentando en 2022 donde la demanda fue mayor a la oferta, sobre todo en los agrícolas en zonas del litoral, los forestales de grandes aprovechamientos y los mixtos en zona sur.

-¿Cuál es el perfil de los inversores?

-El mercado está demandado básicamente por actores locales, fondos de inversión, argentinos y dentro de éstos muchos productores que han decidido vender parte de sus tierras en su país para poner un pie acá. También europeos, desde donde hace 5 años vemos un crecimiento importante.

-¿En qué valores la firma concretó operaciones?

-Desde US$ 2.000 por campos ganaderos de bajo Índice Coneat en el norte, hasta casi 9.000 US$/há. por campo agrícola en el litoral del país. Las últimas referencias de operaciones que hicimos sobre fin de año fueron de 6.300 y 6.000 dólares la hectárea por estancias mixtas, una en el sur de Florida y otra en Flores.

-¿Respecto a las rentas?

-Se han ido adecuando a los “nuevos” valores de los commodities de los últimos años... Las rentas agrícolas han subido en los últimos años, tanto las que se miden en variable de producción como en dólares, y haciéndose muy difícil conseguir campos para arrendar por la altísima demanda que hay. En las rentas ganaderas fue pasando lo mismo, habrá que ver qué pasa ahora con este nuevo escenario. Y las forestales se mantuvieron firmes y estables como el último año. En donde se vio algún incremento mayor fue en campos con cercanía a las plantas. En general el campo para arrendar es un ítem que escasea y generalmente estos últimos años siempre vemos bastante más demanda que oferta en el mercado.

-¿Cómo ven el contexto país para las inversiones agropecuarias?

-Uruguay tiene varios atributos como país que lo diferencian del resto de la región. Seguridad jurídica, reglas claras, igualdad regulatoria e impositiva para inversores locales como extranjeros, hace que nos destaquemos. El Gobierno ha hecho un excelente trabajo en lo que va de su mandato, teniendo en cuenta los años complejos que afrontaron. Con la pandemia el gobierno siempre tuvo un rumbo claro, para reactivar la economía impulsaron los proyectos de COMAP que traccionaron las inversiones de forma significativa en el campo y eso se puede ver claramente.

-¿Qué esperan para el 2023 para la agropecuaria en general?

-Existen actualmente dos grandes fuerzas o tendencias a nivel internacional que hay prestarle especial atención pues pueden determinaran cómo sigue la economía mundial y la demanda de los productos agropecuarios en general. En primer lugar, hay que seguir muy de cerca cómo repercute la reapertura de las actividades en China en su economía que es el principal consumidor de estos productos y podría ser beneficioso para el sector. Por otro lado, es posible que la actividad global se vea afectada como consecuencia de la implementación de políticas monetarias más restrictivas a través de mayores tasas de interés, principalmente en EEUU, orientadas a controlar la inflación.

-¿Y el tipo de cambio?

-Es un tema que gobierno le debería prestar especial atención, ya que se ha venido acentuado el atraso cambiario y esto repercute fuertemente en la competitividad del país. En términos generales las principales monedas se han apreciado con respecto al dólar como consecuencia de la política monetaria en Estados Unidos, pero no ha sido de esta manera para Uruguay en el segundo semestre del año.

-¿Qué proyectan?

-Pensando en el mediano y largo plazo la demanda por la proteína vacuna seguirá siendo muy buena y ya con la población volviendo a la normalidad tendremos un mercado más estable sin tantos sobresaltos como los que tuvimos este año. Nosotros le seguimos apostando al sector.

-¿Qué opinan de la venta del BPU? ¿Y que sea Minerva quien compra?

- Que se retiren empresas que habían realizado importantes inversiones en el país nunca es buena noticia. Pero en contrapartida, que hayan interesados por adquirir esta planta es una buena noticia. Es lo bueno que tiene el libre Mercado. Que sea Minerva quien la adquiera y que quede más del 51% de la faena en manos de las empresas brasileras genera un poco de preocupación, pero hay que realizar un análisis más en profundidad para ver de qué forma podría repercutir en el mercado interno.

“Acceso al mercado en condiciones superiores...”

-¿Qué esperan del negocio?

-Nuestra misión es garantizar que el productor rural tenga acceso al mercado en condicione s superiores. Eso lo pensamos todos los días. Y cuando nos referimos a “superiores” no es solo tener el mejor precio, también mejores soluciones logísticas, asesoramiento en la producción, información en la toma de decisiones, negociación, lectura de mercado, en fin, varias cosas. O sea, al final del camino nuestro objetivo es empoderar al productor rural en su proceso productivo y en la comercialización, estamos convencidos que aportamos valor ahí y de esto se basa nuestra estrategia como empresa.

-¿Cuáles son las líneas de negocios?

-Siguen siendo la comercialización de ganado y la compra-venta de campos. Además, el año pasado realizamos remates de toros en Lascano y es algo que vamos a impulsar más este año, ya hemos tenido conversaciones con varias cabañas al respecto. Y nos adaptamos a la nueva realidad.

-¿En qué sentido?

-Agro Oriental encuentra en el avance tecnológico, oportunidades para crecer. Estamos pendientes de lo nuevo y disruptivo, siempre adoptando cambios para volvernos más eficientes, apostando a la ejecución de un plan de inversión estratégico, para desarrollar nuevos productos y mejores soluciones. Adicionalmente nos esforzamos para que cada integrante tenga esa mentalidad de innovación, creemos en nuestro capital humano, les damos libertad para innovar y recursos para desarrollar herramientas que permitan el desarrollo de nuestra empresa.

-¿Cuál es el desafío de Agro Oriental?

-Con la incorporación de Alberto (Gómez), ya hace más de dos años, hemos dado un salto importante en la profesionalización de la empresa. Él trae 12 años de experiencia en Citibank en Banca Corporativa y de Inversión, pero aparte siempre estuvo relacionado con el campo. Con él hemos logrado desarrollar una estrategia integral empresarial de largo plazo que incluye la formalización de varios procesos y organización de la empresa y tiene como principio fundamental que el cliente está en el centro de todo lo que hacemos.

Pablo D. Mestre es editor de Rurales. Ingresó a EL PAÍS en el año 1981. Primero desempeñó tareas en el Departamento de Corrección y luego, desde el año 1992, pasó a integrar la Sección Rurales donde fue periodista, productor comercial y hoy se desempeña como Editor. Además, fue fundador y Director de La Vanguardia Melense, trisemanario que se publicó en el departamento de Cerro Largo durante una década. Es también socio director de Mesol Comunicaciones, empresa que lleva adelante, en sociedad con el diario, el Portal Rurales El País y diversas actividades en el sector agropecuario. Es también codirector del programa #HablemosdeAgro que se emite los domingos en Canal 10.
Incluye la Plaza Angus de otoño. Será entre martes y miércoles, desde el Cottage, con el BROU

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