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Uruguay Wools ofrece al mundo la excelencia

A través de código QR el consumidor podrá saber la historia, así como identificar atributos únicos que agregan valor a la producción ovina.

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En lanas ultrafinas Uruguay ya cuenta con Merino Superfino que está en 15,6 micras y no tiene nada que envidiarle a otros productores de esas lanas de alto valor, como lo es Australia. El núcleo Glencoe de INIA y el Crilu, lo hicieron posible, apoyándose en investigación local.

 

Pablo Antúnez

La lana es un producto de elite y cada vez hay más consumidores en el mundo que la buscan, estando dispuestos a pagar sus atributos o la exclusividad de una prenda.

Los atributos de las lanas producidas y procesadas en Uruguay, serán capturados a través de la marca Uruguay Wools, recientemente relanzada por Uruguay XXI y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), bajo el claim “pure natural mystic” con los siguientes atributos: innovadora, Glocal (Global +Local), calidad de diseño, natural y claridad.

La tecnología, aliada del consumidor, permite demostrar la trazabilidad del producto y que cada fibra cuente una historia. El respeto por el medio ambiente y el bienestar animal, la cosecha con mano de obra especializada y certificada, así como el procesamiento del textil en fábricas que no producen contaminación, pueden reflejarse “en un código QR” que el comprador leerá con su teléfono móvil al momento de evaluar su decisión de adquirirla la prenda o el producto.

El mundo cambia y los consumidores quieren saber cómo se produce, qué atributos tiene el producto, desde dónde se partió y cómo se llegó al final del proceso. Encima, Uruguay tiene otra ventaja frente a otros productores de elite, porque hay prácticas que van contra el bienestar animal y no se utilizan.

“Nos gusta contar que nuestras lanas llevan inscripto en cada fibra la magia del lugar, la armonía y el espíritu de la naturaleza pura. Una naturaleza que se respeta, que se preserva y cuida. Expresar su mística es parte de nuestra identidad”, afirmó la Vicedirectora Ejecutiva de Uruguay XXI, Inés Bonicelli al momento de relanzar la marca Uruguay Wools en el Parlamento. Bonicelli remarcó que “el origen Uruguay tiene un potencial creciente” y la marca “permite darle contenido y posicionar mejor el producto”, además de favorecer el empleo, apoyando a emprendedores y tejedores, entre otros.

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La marca Uruguay Wools nació del trabajo conjunto entre Uruguay XXI y el Plan Estratégico Nacional Para el Rubro Ovino (Penro). Se presentó en el Parlamento, con la presencia de la Vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, la Directora General del MGAP, Fernanda Maldonado, el titular del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Miguel Sanguinetti y el Director Ejecutivo de Uruguay XXI, Jaime Miller.

Potencial. Uruguay llegó a tener 26 millones de ovinos y hoy tiene apenas 6,4 millones. El rubro genera anualmente alrededor de US$ 320 millones y está en el décimo lugar en el ranking de exportaciones del país.

“Estas cifras, perfectamente se pueden duplicar”, afirmó Miguel Sanguinetti, titular del SUL, recordando que hay 17.000 productores esperando que el esfuerzo de sus frutos y que “las lanas uruguayas se vuelvan a ver en las ligas mayores”.

Sanguinetti recordó que la oveja le abre espacio a los pequeños productores y a muchos predios cercanos a los pueblos que pueden producir carne y lana y que hoy están abandonados. “La fibra lana es parte de la identidad nacional y de esta árbol frondoso que se llama Uruguay”, remarcó el presidente del SUL.

Como institución formadora de mano de obra especializada en el rubro ovino, el SUL buscó llamar la atención el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), para en conjunto, “seguir llevando adelante cómo manejar la lana manualmente y que muchos emprendedores puedan producir prendas rústicas de alto valor”. Sanguinetti reflexionó que la marca Uruguay Wools “busca ayudar a transmitir todo lo que representa la comercialización, la producción e impulsar la marca país. La lana es reconocida en el mundo, hay que trabajar para mejorar el acceso a mercados”.

Según la visión del titular del SUL, la marca Uruguay Wools “eleva el ánimo de los productores en un momento en que la lana uruguaya bien acondicionada, está quedando depositada en los galpones, esperando su próxima comercialización y que el mundo vuelva a demandarla”. Es el rubro más golpeado por la pandemia del Covid-19.

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Trabajo. A su vez, la Vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, reconoció que “nuestras lanas han sido de excelencia y poder hacer este relanzamiento era un imperativo”. Contó que en el marco de una extensa campaña electoral, junto a la primera dama, Lorena Ponce de León, recorrían proyectos productivos, la mayoría protagonizados por mujeres.

“La mayoría tenían que ver con nuestros productos primarios de excelencia. Muchas veces desde el centralismo montevideano se pierde lo que significa esa mano de obra maravillosa que se crea en conjunto con nuestros productos finales”, reconoció Argimón.

Destacó la fuerte identidad nacional que tienen esos proyectos productivos, que “son un distintivo y acompañan la lana, combinando la excelencia de las lanas con el diseño nacional”. A su vez, permiten “recuperar oficios perdidos o que creíamos perdidos. Tenemos productos de elite para ofrecer a un mercado internacional que busca la excelencia y lo natural. Uruguay tiene para ofrecer la excelencia de sus lanas”.

Apoyos. La Directora General del MGAP, Fernanda Maldonado, se refirió a los apoyos de la Secretaría de Estado a la ovinocultura. “Esta administración tiene como objetivo impulsar el crecimiento del rubro ovino, por su bondad, por sus características y por la oportunidad para lograr mayor inserción social y el fomento de buenas prácticas en bienestar animal”, afirmó la jerarca que representó al ministro Carlos María Uriarte.

Maldonado reconoció que la producción de lanas en el mundo no ha mostrado mucha variación en cuanto a volumen y en Uruguay, “los indicadores marcan un cierto estancamiento, así como una disminución de las exportaciones. Especialmente las lanas finas cuyo precio va en descenso”. A nivel mundial, desde que China decidió tener su propia industria topista, Australia lidera ese mercado, “Uruguay ingresa apenas con el 2% del total. En lanas finas, se debe seguir trabajando en calidad que otorgue valor diferencial para valorizar la exportación”, afirmó Maldonado.

Con la situación del rubro ovino “comprometida”, la Directora General del MGAP reconoció que “queda mucho por hacer para que se perciba como atractiva”. Por eso estimó que “la demanda es clave para analizar hacia donde apunta el mercado”, reflexionó.

Identidad. La lana es uno de los productos que Uruguay exportó a lo largo de su historia. “La marca Uruguay Wools quiere reflejar los valores del país: manejo, trazabilidad, diseño, respeto por el medio ambiente y otros atributos”, explicó el Director Ejecutivo de Uruguay XXI, Jaime Miller durante su alocución.

Según su modo de ver, la construcción de marca es un proceso largo y recién se está dando un primer paso.

“El compromiso de Uruguay XXI es impulsar al sector y la marca permite contar la historia de la producción en el sector primario, hasta apoyar a las más de 300 pequeñas y medianas empresas que trabajan con la lana”.

En este año se estarán cosechando alrededor de 20 millones de kilos de lana y nuevamente la industria topista deberá importar algunos volúmenes para poder mantenerse operativa. Este sector industrial es otro de los golpeados por la pandemia del Covid-19, pero sigue apostando a la calidad y a la generación de mano de obra, generando la excelencia en lanas para un mundo exigente.

Lanas finas podrían ser

las más beneficiadas.

Para el vicepresidente del Consorcio Regional de Innovación en Lanas Ultra Finas (Crilu), Juan Pérez Jones, la marca Uruguay Wools “beneficiará a las lanas lanas de mayor finura, porque es con ella que se elaboran las prendas más caras”. En el marco de este consorcio, donde está representado el sector público y el privado, ya se enviaron prendas elaboradas con lanas ultra finas que coparon las pasarelas de moda de Milán y mostraron cómo se podía valorizar el producto.

Pérez Jones reconoció que cada vez “hay más consumidores con mayor consciencia sobre el bienestar animal, cuidado del medio ambiente y otros atributos que Uruguay cumple en sus procesos productivos”, pero lo más importante, es que “están dispuestos a pagar ese esfuerzo al momento de comprar el producto”. Uruguay, tanto desde la producción de lanas de elite como desde la industria, puede cumplir con esos altos estándares. El Crilu apunta hoy a seguir afinando y está produciendo lanas -en su núcleo de cría- de 15,6 micras, busca aumentar peso de vellón, peso corporal e intenta sumar resistencia a los parásitos.

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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