Pablo Barreto Amundarain, director de Selecta, productor agropecuario y directivo de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), analiza el momento que atraviesa el negocio ganadero, marcado por una recuperación de precios, mercados más exigentes y señales claras desde el exterior. Advierte que hay menos países produciendo carne de calidad, mientras el consumo aumenta en mercados clave como Estados Unidos, donde la demanda interna supera la capacidad de abastecimiento. Además, relata cómo fue la reciente gira técnica por Estados Unidos y la celebración de los 30 años de Selecta, la empresa que lidera desde sus inicios.

-Cerramos el primer semestre del año. Pasó la zafra de terneros con más de tres millones de animales. El ganado subió respecto al año pasado un 30%. La tolerancia tolerada de carne vacuna aumentó un 18%. ¿Cómo estamos hoy?

-Estamos como todos soñábamos que teníamos que estar. Apuntamos y esperamos a que esto sea lo más estable posible y no tener altibajos como tuvimos en otros momentos. Pero hay señales muy fuertes, que los que estamos en esto lo hemos dicho muchas veces: hay menos gente haciendo carne en el mundo. Hay menos gente haciendo carne de calidad y hay más gente queriendo consumirla. Y tenemos la experiencia muy reciente del mercado americano, los valores que mueve, la demanda que tiene. Lo ves cuando te hablan: “Bajamos el 1% de nuestro inventario”. Si nosotros o algún país vecino baja 1%, bueno, se siente. Pero que lo haga Estados Unidos se siente mucho. Ya no pueden abastecer su mercado interno, que es demandante y creciente, ni atender las exportaciones. Entonces, es un gran motor que nuestra industria y nuestros productores estamos tratando de aprovechar.

-Una diferencia: esta suba del 30% en Uruguay también se dio en Brasil -el año pasado el novillo estaba a menos de tres dólares-, subió en Argentina, Paraguay, Australia. Estados Unidos está muy firme. ¿Es más general o fue más puntual por la vaca loca en Brasil?

-Sin duda que fue más general. Durante mucho tiempo sufrimos que nuestro principal mercado, China, sujetó las compras y los precios. Todos nos preguntábamos quién iba a suplirlo, y apareció Brasil, que dijo: “Yo te vendo”, con un stock impresionante, y eso nos complicó la vida. Hoy nos hemos colado en nichos de mercado muy interesantes, estamos colocando subproductos a buenos valores. Esta demanda de carne movió todos los mercados. Miramos con preocupación que competidores -mercados a los que queremos llegar- estén a monedas menos que nosotros. Entonces esperamos que acomoden sus precios para no tener esa amenaza latente que apunta a los mismos nichos.

-Y a nivel local, con un nuevo gobierno que entró con énfasis en fomentar la cría, además de la sanidad y el combate a la garrapata. ¿Qué opinás?

-Fundamental en el negocio ganadero. Personalmente es un tema que hemos tratado de jerarquizar. Siempre la cría fue un buen negocio. Uruguay tiene que mover su stock para arriba, producir más. Si movés la cría y tenés más stock, se empiezan a mover otras fichas. Hemos mejorado la recría, pero no es suficiente. Tenemos que entregar un mejor producto cuanto antes. La industria precisa 500 kg de faena. Antes lo hacíamos con 4 años, después con 3 o 2 años y medio. Mejor si lo hacemos con 20 meses. Y eso lo hacés con buena terminación, sea a corral o en pasturas de alta producción. O bien con una recría muy eficiente.

-¿Ves riesgos para el criador, pensando en decisiones de inversión futura, tras una zafra donde el ternero macho casi tocó los 3 dólares?

-No veo peligros. Todas las cuentas del criador están bastante bien. El ternero vale, la vaca de descarte vale mucho, y la vaca gorda también. Esa es la moneda del criador. El problema es cuando la escala es chica y esos dineros salen hacia la ciudad: ahí ya no te arreglás. Y el dólar tampoco ayuda.

-¿Te preocupa el dólar?

-Siempre preocupa. Somos un país exportador, hacemos nuestros dineros en dólares, pero después tenemos que pagar la mano de obra más cara de la región, combustibles caros… todo eso en moneda nacional. Tenés que tener un buen tipo de cambio para afrontar eso.

-¿Cómo ha cambiado Uruguay con la producción de corral y la demanda de animales más grandes?

-Las razas británicas siempre reclamaron animales más grandes, y los corrales también, porque es su negocio y el cliente se los pide. Pero Uruguay tiene una vaca mediana que le permite mantenerse en el sistema pastoril y, al mismo tiempo, producir un macho que se adapta muy bien. El problema es cuando no hacemos bien las cosas en cada etapa. Si no hacemos buena recría, es difícil llegar a un novillo de año y medio. Siempre se le exige a la vaca, pero con una vaca adecuada al sistema uruguayo, y haciendo bien las cosas, llegamos bien. No hay que pegar saltos: ni achicarla dramáticamente ni agrandarla sin criterio.

-¿Y tu posición sobre el uso de hormonas en la alimentación?

-Es una ventaja que corren otros países, pero Uruguay lo tiene claro: es una de nuestras tarjetas de presentación. Producimos sin hormonas, en condiciones naturales, con trazabilidad. Cambiar eso sería arriesgar 20 años de promoción país. Además, sería engorroso hacer la trazabilidad específica y hay riesgo de perder confianza. La confianza es lo que vende nuestra industria. El costo-beneficio no vale la pena.

-Sobre la trazabilidad: ¿está bien como está o necesita un “refresh”?

-Hoy funciona bien. Si hay gente que comete delitos usando el sistema, deben ser sancionados. Si hay herramientas para mejorarlo, bienvenidas. Pero el sistema no está fallando.

-¿La lechería sigue marcando la punta en genética?

-Sí, es el gran consumidor de genética e inseminación artificial. A nivel mundial es 90-10. En Uruguay es 70-30, quizás. Hay mucho uso de semen nacional no declarado. En carne y leche hay toros que dejan descendencia muy destacada.

-¿El IATF revolucionó el uso de semen?

-Totalmente. Hubo un cambio generacional en los veterinarios. Se usa también en tambos. Hoy se buscan e identifican vientres destacados, no solo por la inseminación sino por su valor genético.e, Vago, lechería

-Selecta cumplió 30 años. ¿Cómo fue ese evento y qué representa para ustedes?

-Fue una celebración muy especial. Queríamos agradecer a nuestros clientes, y cuando se lo comentamos a la casa matriz de Select Sires, dijeron que querían estar. Pensamos que vendría el presidente, y terminaron viniendo las siete personas más importantes con sus familias. Fue muy emocionante para nosotros, nuestros clientes y para ellos. El espíritu de la empresa siempre fue aprender con nuestros clientes.

-¿Cómo se adaptaron a los cambios tecnológicos?

-Muy rápido. Select Sires es una potencia. Muchas veces no entendíamos decisiones técnicas que tomaban allá, y cinco años después veías que se replicaban en todo el mundo. Tienen un liderazgo tecnológico enorme.

-Contanos de la gira por Estados Unidos.

-Estados Unidos es un mercado eufórico. El mercado interno es muy fuerte, consumen de todo. El “beef on dairy” ha sido una revolución. Las vacas están muy bien cuidadas. En el norte tienen que suplementar sí o sí por la nieve. Cuidan la madre porque es su herramienta. La mayoría vende su ternerada, que va a recreadores o directamente a corral.

-¿2026 será otro año de alta demanda?

-Sí. No puedo prever conflictos geopolíticos, pero todo indica que los precios seguirán firmes y la demanda será importante.

-¿Qué destacás del modelo productivo de las “farms”?

-La estructura familiar. Todo está basado en el profesionalismo de la familia, sin improvisar. No pueden dejar el campo porque no consiguen gente, entonces todo gira en torno a un esquema muy profesional y cerrado.

-¿Cuál es el espíritu de las giras de Selecta?

-Desde el principio quisimos conocer los toros que traíamos. No todos son adaptables a Uruguay. Hace muchos años que viajamos con clientes porque eso enriquece. Les abre la cabeza y les muestra que no todo es lo que pasa alrededor de su pueblo.

Pablo Barreto en HdeA 2025