Trabajador, simple, apasionado por el campo y con mucho espíritu social. Así se define Billy Battro, quien participó este domingo de Hablemos de Agro, en Canal 10.
Es argentino, proviene de una familia compuesta por cinco hermanos y su padre trabajó en relación de dependencia en la industria del cuero. Durante tres años de su adolescencia luchó por su vida contra un tumor cerebral. Tuvo la intención de estudiar Agronomía. Como no pudo, desde muy temprana edad comenzó a trabajar: arreglando motos, bicicletas y de jardinero hasta que se vinculó con los cueros, siguiendo los pasos de su padre. Sin embargo, un día quedó fuera del mercado.
Ya casado y con tres hijos la necesidad de trabajar lo vio obligado a emprender y lo hizo, junto a un amigo, en el rubro deportivo alquilando canchas de fútbol cinco en Montevideo. Ese fue el motivo por el cual desembarcó en Uruguay, en un principio por seis meses, pero ya van 30 años.
Como no conocía literalmente a nadie, salía en bicicleta con sus tres hijos “a buscar amigos” por el barrio.
Una vez que terminaron de pagar el terreno de las canchas, habló con un primo argentino -productor agropecuario en su país- para ver la posibilidad de hacer algo de agricultura en Uruguay. En ese momento, Entre Ríos plantaba 1 millón de hectáreas de soja y Uruguay solamente 50 mil, por lo que entendía que “tenía que haber una oportunidad”.
Así nació la sociedad que se llama El Cabelludo, en honor al campo que su familia paterna (toda uruguaya) tuvieron en algún momento sobre la ruta 14. Empezó con 300 has arrendadas en Young y le fue bien. No ganaron plata, pero tampoco perdieron. El problema fue el segundo año cuando arrendó campo en un montón de departamentos…
“Hay que mirar para adelante. Los problemas los tienen quienes no tuvieron la suerte de nacer en donde nacimos nosotros. Con la seca… hay que movernos y estar atentos. Hay que ponerle buena cara, dar vuelta la página y organizarnos mejor para el próximo año”, dijo Battro.
Sobre la agricultura confesó que es un negocio “de mucho riesgo”, por lo que recomendó ser “muy prolijos” con los números, los costos y siempre apuntar a la máxima producción. “Es clave tener una buena gestión”, afirmó.
Seguros. Battro sostuvo que el problema de las aseguradoras es que no tienen información histórica del tipo de suelo, de cuánto rinde, etc. “Uruguay tiene un debe los productores el tienen que dar la información al Ministerio para armar cartilla de datos históricos. De esa forma, las compañías podrán distinguir entre productores, entre zonas, etc. El debe es conseguir la información”, señaló.
“Hay que ir por el camino de los seguros”, aseguró.
Argentina vs Uruguay. Battro comentó que Argentina “es muy difícil” por la situación política que tiene y, por lo tanto, “los productores están muy pendientes de las jugadas políticas y financieras del mercado y no le ponen el foco a la producción”.
Por el contrario, opinó que el productor uruguayo está “tremendamente capacitado” para hacer agricultura, porque los campos “son mucho más difíciles” que los argentinos.
No obstante, reconoció que Uruguay “es mucho más caro” para producir frente a Argentina. “No tenemos retenciones, pero en la cosecha los insumos salen mucho más caros. En definitiva, es el mismo negocio”,dijo.
Además de empresario y productor, Battro tiene un gran, gran espíritu social que surge “porque me gusta y porque me llena”. “Trato de hacerlo todos los días o, al menos, una vez a la semana. Te devuelve mucho más de lo que podes dar”, contó.
“Con poco tiempo podemos hacer mucho y salir de estar enfocado en el trabajo. Te hace ver la vida desde otra perspectiva”, dijo.
Social. La Chocleada es un día social en el que uno le dedica tiempo al otro. Es cosechar a mano dos hectáreas de maíz y entregarlos como plato de comida en un centro social. La primera se hizo en Young y luego en Montevideo, en un terreno cedido para conseguir fondos para la ONG Cultivando Lazos.
El Banco de Alimentos se encarga de conseguir comida donada por empresas y repartilo en diferentes centros sociales. Hay más de 190 centros beneficiarios.
Sobre la Fundación Sentires. Billy tuvo un hermano con Síndrome de Down y eso los llevó a formar una familia con capacidades diferentes. “La sensibilidad se la debo a mi hermano Agustín. Nos enseñó a ver la vida en tiempos y formas distintas sin ningún cartel ni mochila”, contó.
Su hija Belén decidió estudiar terapeuta ocupacional, influenciada por el vínculo con su tío. Trabaja con chicos con capacidades diferentes y un día se decidieron por armar una fundación para apoyar a las familias que tienen chicos con SD.
“En Uruguay no hay centros integrados con las disciplinas de atención que tiene que tener un chico con SD. Se le hace muy difícil desde lo económico. Eso fue lo que lanzamos con un éxito bárbaro y con una muy buena aceptación por parte de la sociedad uruguaya”, comentó.
Para cerrar, Battro hizo referencia a que Uruguay es “un país divino” para vivir y que le gustaría que las nuevas generaciones lo compren como un país interesante para hacer cosas, más allá de que dicen que no hay escala. “Es una perla en el mundo”, dijo.
Desde lo humano, dejó el mensaje de no encerrarnos en nuestras carreras profesionales, porque “tenemos que ser personas por lo que somos a nivel social y no solo como empresarios”.
“El cambio viene de abajo hacia arriba. No esperes que lo político nos solucione la vida; al país lo tiene que cambiar la gente involucrándose. Busquemos de qué forma podemos dedicar un ratito a ver donde puedo volcar lo mío en el otro”, cerró.
