Chicago cierra con muy fuertes caídas en los cereales, con el maíz llevando la delantera mientras el trigo también lo hizo, aunque un poco menos.
La soja, por su parte, fue la única en bajar moderadamente, mostrando una clara diferencia entre el contrato de referencia para el disponible respecto a los de la nueva zafra en EEUU. Se mantiene la incertidumbre en los mercados, hasta tanto no se concrete la decisión soberana del Reino Unido, sobre si salir o permanecer en la Unión Europea, con lo que el ánimo de los inversores se proyecta en la mayoría de los activos financieros.
El maíz bajó y lo hizo fuertemente, encadenando las dos bajas consecutivas más fuertes desde agosto de 2015. Con un mercado especulativo que apuntaba a datos climáticos adversos desde el arranque, el hecho de contrastarlo con la realidad actual, hace que vendan los contratos de futuros para ir ganando tiempo hasta que realmente el mercado climático aparezca como debe ser, dentro de un mes aproximadamente.
La soja cayó, aunque más moderadamente. La oleaginosa no es tan sensible como el maíz a la falta de agua y tiempo más seco, pero de todas formas las caídas dan cuenta de una situación muy diferente entre las previsiones de corto plazo y lo que el mercado tenía comprador anticipadamente. Pese a las caídas moderadas, las posiciones más cercanas consiguieron mantenerse por encima de los 400 dólares, mientras que la referencia de cosecha para el Mercosur se alejó bastante de ese nivel.
El trigo volvió a perder pie, mostrando el avance de cosecha en todo su esplendor. Los datos de calidad, rinde, etc se mantienen en buenos niveles y no permiten ensayar ningún intento de reacción de los precios. Los fondos se muestran satisfechos con los valores obtenidos recientemente, por lo que no tienen otro interés que el de la venta, hasta tanto no haya un efecto climático adverso o algo de firmeza de prestado desde los cultivos de verano.
FIMIX – Agrofinanzas