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Según OCDE y FAO, los precios agrícolas bajarán en los 10 próximos años

Los precios agrícolas mundiales bajarán en los próximos diez años gracias al aumento de la producción y al abaratamiento de los precios de algunos factores de producción como el petróleo. Así lo marcan las previsiones de la OCDE y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

No obstante, los precios se mantendrán globalmente por encima del nivel que habían tenido antes del tirón experimentado en 2007-2008, precisaron en su informe anual de Perspectivas Agrícolas la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la FAO.

Esta evolución general presenta diferencias significativas entre los productos vegetales de base, orientados claramente a la baja, y la carne, la leche y los cereales secundarios o las oleaginosas utilizados para alimentar al ganado, que se mantendrán a un nivel más alto.

Una de los principales motivos de que ese grupo de productos vayan a estar por encima de los vegetales es que la demanda en alimentación cambia, sobre todo en países en desarrollo, donde un alza de la población unido a la mejora en los recursos disponibles da lugar a un incremento de las aportaciones de proteínas animales.

Los precios del petróleo

La reducción del barril de petróleo supone una menor presión sobre los precios agrícolas y una menor incitación para la producción de biocarburantes de primera generación, poco rentables en esta situación. De hecho, las dos organizaciones no esperan que las administraciones favorezcan “un alza notable” de los biocarburantes en Estados Unidos y en la Unión Europea.

Sin embargo, en Brasil la obligación de incorporar más etanol en el carburante va a suponer un impulso para el sector de la caña de azúcar, y algo parecido ocurrirá con las incitaciones fiscales para el biodiesel en Indonesia. La subida de la producción agrícola en Asia, Europa y Norteamérica de aquí a 2024 será imputable casi exclusivamente a la mejora de los rendimientos agrícolas, mientras que en Sudamérica también influirá una expansión de las superficies cultivadas.

Por lo que se refiere a los intercambios internacionales, el grueso de las exportaciones se concentrará en un menor número de países, y eso significa más riesgos de mercado, en particular en caso de catástrofes naturales o de medidas comerciales como embargos o restricciones a las ventas en el extranjero. Por el contrario, habrá más países importadores de alimentos.

Las proyecciones de cereales

En las proyecciones sobre los cereales, la OCDE y la FAO anticipan que el nivel elevado de las reservas y la caída de los costes de producción van a disminuir aún más sus precios nominales a corto plazo, pero en un horizonte más prolongado la fuerte demanda y un encarecimiento de los costos invertirá la tendencia. La producción mundial de trigo, que fue de 700,4 millones de toneladas de media entre 2012 y 2014, pasará a 723,8 millones este año y a 786,7 millones en el horizonte de 2024. En el caso del arroz, de los 494 millones de toneladas en 2012-2014 se subirá a 506,3 millones en 2015 y a 564,1 millones en 2024.

En el sector cárnico, se estima que los márgenes mejorarán gracias en parte a la caída de los precios del forraje, mientras que el volumen de pescado progresará cerca del 20 % en los diez próximos años, pero con un mayor peso relativo de la producción en piscifactorías, que superará desde 2023 a las capturas de pesca.

www.efeagro.com

Pablo Mestre
Pablo Mestre

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