Martín Olaverry | Director Suplemento Rurales El País
Uruguay debe enfrentar muchos desafíos en los próximos años para encontrar señales de oportunidad y desarrollo. En ese sentido es muy importante aplicar políticas internas y externas a favor de la producción nacional, en especial de la agropecuaria que representa un alto porcentaje del producto bruto interno del país. Y me refiero a medidas que favorecen la competitividad y, por consecuencia, a la economía nacional; pero también a otros elementos que son claves para el desarrollo social y su bienestar.
Internamente, desde lo económico, es imperioso realizar una reducción de costos energéticos, en el caso de los combustibles estamos dentro de las referencias más altas a nivel mundial. Al igual que revisar los impuestos ciegos que no se atan a las rentas y afectan al negocio en momento que los números resultan negativos.
Por otro lado, es importante potenciar la logística, mejorar la caminería e impulsar el desarrollo de los centros rurales con condiciones de vida similares a aquellas personas que habitan en las ciudades capitales: con centros educativos y de salud, acceso a servicios de red, y otros. Una buena educación, con oportunidades para todos, debe estar en el centro de los trabajos del nuevo gobierno.
Asimismo, designar a personas capacitadas a ser articuladores entre los sindicatos y las empresas para alcanzar la paz sindical y evitar las dificultades que debieron sortear varias empresas. El caso más claro es Conaprole, que en muchas situaciones se sintió contra las cuerdas.
Por último y mirando fronteras afueras, el país necesita una mayor apertura comercial con acuerdos, vía Mercosur o fuera del bloque, que permitan reducir los aranceles, inyectando competitividad a las empresas nacionales y mayores ingresos a la economía. Sin olvidar la apertura de nuevos mercados para algunos sectores más relegados, como es el caso de la carne ovina y los cítricos.
Repito, hay muchos desafíos pero también surgen inmensas oportunidades, en momentos donde la demanda internacional por alimentos es creciente, y cada vez más el consumidor valora a aquellos países con marca de calidad, inocuidad, información del producto, responsabilidad y consciencia medioambiental.
Queda claro que Uruguay necesita competitividad para explotar su potencial.