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Montaña rusa de precios. Los fondos tienen la sartén por el mango.

Federico Morixe.jpeg

Los primeros 6 meses fueron de altísima volatilidad para el precio de los granos. Partimos con precios de 495 llegando a 656 US$/ton para la soja con posteriores bajas de hasta 518 US$/ton con desfasaje de semanas (subas de 32% y bajas de 21% respectivamente). En el trigo, las subas fueron del 67% y las bajas del 39%, pasando de 282 a 470 US$/ton, y bajando nuevamente a 290 US$/ton. Mientras que, en la colza, las subas fueron de 55% y las bajas del 30%, es decir, variaciones de 550 a 850 y bajando luego a 595 US$/ton.

Esta última semana el precio de la soja terminó con subas del 14% (65 US$/ton). Esto viene dado por los pronósticos de tiempo seco y altas temperaturas sobre las principales zonas productoras de granos en los Estados Unidos, donde los cultivos se encuentran en la etapa de definición de su potencial de rinde. Cabe agregar que el 26% de su cultivo de soja está experimentando algún daño por la sequía.

Si los cultivos son dañados por la sequía podría darse una producción menor a los 122,61 millones de toneladas proyectados por el USDA. A esto hay que sumarle que EEUU viene con uno de los stocks más bajos, el mismo está en 5,85 millones de toneladas, es el stock más bajo desde el ciclo productivo de 2016/2017. Con lo cual, si hay mucha pérdida, EEUU tendría que disminuir sus exportaciones y los precios internos buscarían conocer la estratósfera.

Esto explica claramente por qué se dan las subidas repentinas en los precios, llevando a compras repentinas de las industrias de alimentos buscando garantizar precio y/o cantidad de granos frente a una posible disminución de producción dada por un clima seco. A esta preocupación, se suben también los fondos de inversión, que lo ven como una buena oportunidad de comprar papeles (futuros) y en la suba generar ganancias.

El clima, si observamos históricamente los meses de junio, julio y agosto, han sido los de mayores subas de precios por estar justo dentro del mercado climático, llamado “Weather Market”, donde se produce la mayor volatilidad climática. Si a esta “especulación climática” le agregamos los stocks en EEUU y la próxima siembra y producción de Sudamérica tenemos la explicación de por qué los números son tan cambiantes y volátiles.

El dólar, otra variable que juega, su volatilidad, por el aumento de tasas de interés y el aumento de la inflación, no están ayudando a los compradores de materias primas a decidir en qué momento entrar en todo el teje y maneje del mercado de divisas.

Viendo toda esta información, lo que podría suceder con el clima y, por ende, la producción en EEUU, podemos ser muy optimistas, realistas o pesimistas sobre la tendencia de los precios. La realidad nos muestra que ya estamos en muy buenos precios desde el punto de vista histórico, es importante parar la pelota. Planificar y manejar los precios como en el 2022.

Al final del día, lo importante es trabajar tranquilo y sin preocupaciones del mercado, por eso es muy útil organizarse ahora y arriesgar lo menor posible ya que venimos con buenos números y China necesita los granos, gracias a Dios.

El éxito no es adivinar, el éxito es llegar a las metas planificadas con información confiable.

Gestión de Riesgo Gletir Sociedad de Bolsa.

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