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Momento de ajuste

Más allá de esta coyuntura, en el mediano plazo la expectativa es que el mercado siga sostenido y con precios relativamente caros para la proteína animal

Rafael Tardáguila
Rafael Tardáguila

El precio del ganado para faena bajó en las dos últimas semanas después de haber tendido al alza desde mediados de enero. Quedaron atrás aquellos picos de la primera quincena de este mes, del orden de los US$ 5,60 el kilo carcasa de novillos especiales de pradera; la semana pasada lo usual eran operaciones en el eje de los US$ 5,30, con muy poca oferta de ganados especiales. Las entradas se estiraron, alcanzando las dos semanas en el caso de las plantas mejor abastecidas y una semana para las demás. Incluso, como sucede cuando los frigoríficos están bien abastecidos, hay quienes anotan las tropas sin pasar precio de compra.

Era esperable una corrección, dado que los precios lucían recalentados tanto respecto al valor medio de exportación como también en la comparación con otras ganaderías exportadoras. En Brasil —principal exportador mundial de carne vacuna— por más que en las dos últimas semanas la suba del real impulsó al alza el precio del macho para faena expresado en dólares, su cotización en el promedio de los principales estados exportadores no llega a los US$ 4 el kilo carcasa. Alrededor de US$ 1,40 por debajo de la cotización uruguaya. Incluso Estados Unidos, donde la norma es que su ganado a faena cotiza bastante más arriba que en Uruguay, en la última semana oscila en los US$ 5 el kilo carcasa, bastante por debajo de la referencia local, incluso con la corrección de las dos últimas semanas. El precio uruguayo sigue por debajo del australiano, que transita por una intensa fase de recomposición de su rodeo, con la faena de vientres que, en proporción al total, está en los niveles más bajos desde 2011, más de 10 años atrás.

En lo que refiere a la relación entre el precio de la hacienda a faena y el valor medio de exportación, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Carnes (INAC) en 10 de las últimas 11 semanas el precio del novillo supera al de exportación, una relación que, claramente, no es sostenible en el tiempo.

Por lo tanto, era más que factible que se diera una corrección. Y también era probable que se diese en este momento en el que una porción importante de la industria se concentró en la ventana de la cuota europea 481, de animales terminados a corral (por lo tanto, propios o adquiridos con anticipación), reduciendo el interés por animales de pasturas. De esta manera, las plantas que siguieron operando con estas categorías encontraron más oferta para satisfacer sus necesidades de faena.

La pregunta que surge es si están dadas las condiciones para una corrección significativa de los precios que se extienda por varias semanas. Más allá de que sigue habiendo incertidumbres grandes en el mercado internacional, con la gran duda sobre qué estará sucediendo con China y la fuerte caída de su actividad económica, si las cosas transitan por caminos relativamente normales no parece que estén dadas las condiciones como para una corrección muy significativa si es que la industria pretende mantener niveles de actividad similares a los del primer tercio del año.

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La ventana de la cuota ya está llegando a su fin, por lo que la demanda volverá a generalizarse por todas las categorías. Dentro de esa demanda están trabajando en varias plantas los equipos kosher que operan fundamentalmente con animales pesados —preferentemente novillos, pero también algunas vacas—, categorías que están lejos de abundar en estos momentos.

Da la sensación de que la industria hará el mayor esfuerzo posible por bajar los precios todo lo que pueda en estas semanas de ventana de cuota y luego el mercado volverá a estabilizarse y, paulatinamente, a retomar firmeza.

Con la extracción que ha habido en el último año, la oferta está lejos de ser abundante. La agricultura de invierno competirá por las mejores tierras con los verdeos y los puentes verdes, por lo que no hay que esperar una superficie muy extendida de éstos, a pesar de los favorables precios del gordo. La expectativa es que los corrales trabajen de forma intensa y será desde allí de donde se proveerán los frigoríficos de una porción creciente de su oferta.

Es probable que la oferta no alcance para sostener una faena en el entorno de las 50 mil cabezas semanales. Quizás, ni siquiera de 45 mil. Si la demanda no se posiciona por debajo de esos niveles, los precios durante el invierno deberían seguir siendo muy atractivos. Pero, claro está, dependerá del comportamiento del mercado internacional, fundamentalmente de China. Habrá que ver cómo se comportan los importadores de ese país, cuál será su demanda y a qué precio. La variable a observar en las próximas semanas, más allá de la guerra, son las restricciones al movimiento impuestas en las principales ciudades chinas para contener el covid. Cuanto más rápido se levanten, antes se recompondrá la demanda del principal importador mundial.

Más allá de esta coyuntura, en el mediano plazo la expectativa es que el mercado siga sostenido y con precios relativamente caros para la proteína animal. Esto porque no hay ninguna proyección que indique que los precios de los granos puedan bajar. Y con valores altos del alimento, no es esperable bajas en los precios de las carnes.

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