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Los 3 millones se quedan cortos

Lo imprescindible es que se generen las condiciones para mantener lo más arriba posible el precio de los terneros

Rafael Tardáguila
Rafael Tardáguila

Los datos primarios de existencias ganaderas vacunas y ovinas dados a conocer por el Ministerio de Ganadería arrojaron algunas sorpresas y confirmaron tendencias muy positivas acerca de la evolución de la ganadería en los últimos años y las expectativas para los próximos. Lo más trascendente es que las señales están llegando de forma clara a la cría y esta reacciona. Por lo tanto, no es descabellado pensar en más de 3,1 millones de terneros contabilizados el año próximo, que son los que nacerán en esta parición que está empezando.

Entre las sorpresas, la primera es la velocidad con la que se dieron a conocer los primeros datos. Más allá de que luego haya que hacer correcciones (el año pasado sucedió así), es digno de felicitar de que a solo 10 días de cerrado el plazo para presentar las declaraciones juradas, ya haya habido datos. Se trata de una herramienta fundamental para la toma de decisiones y cuanto más se dilatara su anuncio, de menos servía.

La segunda gran sorpresa para quien escribe y para buena parte de los analistas del complejo ganadero es la virtual estabilidad del stock. Al 30 de junio había en el país, según estos datos, 11,89 millones de vacunos, unos 20 mil menos que a la misma fecha del año anterior, una caída de solo 0,2%. La expectativa, teniendo en cuenta la extracción récord de más de 2,9 millones de cabezas (entre faena y exportación en pie) era de una caída que, al menos de acuerdo con estos números primarios, no se estaría concretando.

Es factible que cuando se afine el lápiz y se den a conocer los datos finales, se produzca un descenso adicional, pero la magnitud no será importante. El año pasado sucedió eso: primero se divulgó una cifra primaria que era de más de 12 millones de vacunos y finalmente fueron 11,911 millones.

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Otra sorpresa es el crecimiento en la cantidad de ovinos. La extracción también fue alta para esta especie, por lo que el hecho de haber crecido 1% es una clara demostración de los buenos resultados de las señaladas. Fue un segundo año consecutivo de señaladas altas y no habrá dos sin tres; al menos así lo están indicando los datos del Taller de Gestación en Ovinos dados a conocer pocos días atrás en INIA Tacuarembó.

Entre las tendencias que se confirmaron con los datos del stock una de las más positivas es el rejuvenecimiento del rodeo vacuno. La altísima extracción vació los campos de animales más añosos (novillos de más de 3 años y vacas de invernada), en tanto que también hay una reducción de las vaquillonas de más de 2 años que, o fueron enviadas a corrales de engorde o ya forman parte del rodeo de cría. Este (vacas de cría más terneros) representa alrededor de 63% del total; en la década de los años 1990 eran poco más de 50%.

Otro hecho positivo, quizás el más saliente de todos, es que la cantidad de terneros contabilizados supera lo que se preveía. Son 2,98 millones de cabezas, lo que estaría determinando una tasa de destete de casi 69%, por encima de los niveles históricos y de lo que se podía prever teniendo en cuenta el dato de tasa de preñez del Taller de INIA Treinta y Tres el año pasado. Esto estaría indicando que los criadores no solamente están manteniendo la cantidad de vacas dentro del rodeo de cría, sino que además están tomando medidas, por un lado, para permitir que los vientres se preñen y, por otro, para disminuir la pérdida de terneros entre la preñez y el destete.

Por lo tanto, los criadores están respondiendo, vía medidas de manejo, a los incentivos que observan en los mercados con los altos precios de los terneros. Sale caro perder terneros o, visto desde el otro ángulo, vale el esfuerzo de intentar que se pierdan menos. Esos dos puntos porcentuales más de tasa de destete este año son unos 100 mil terneros más.

Pero lo de este año bien puede ser un paso en la senda de crecimiento que vuelva a ser superado el próximo. De acuerdo con el Taller de Gestación de INIA Treinta y Tres este año, las expectativas son favorables en cuanto a la cantidad de terneros de la parición que está comenzando. Las vacas gestantes eran 80% del total. El promedio de pérdida entre el dato de gestación y el destete es de 10%. Si se logra mantener pérdidas relativamente bajas y teniendo en cuenta que este invierno las vacas de cría son 4,36 millones, con una tasa de destete de 72% en 2023 se estarían destetando más de 3,1 millones de terneros. Aquella aspiración de los 3 millones de terneros empieza a quedarse corta.

Sería un hito que permitiría empezar a pensar en niveles de actividad superiores a los que se han registrado hasta ahora. Además, teniendo en cuenta lo que ya se ha mejorado en los siguientes eslabones de la cadena ganadera (recría y terminación) que redujo significativamente la edad a la que los animales llegan a peso de faena, esa generación podría comenzar a quedar disponible a partir del último tramo de 2024 y más claramente en 2025. A la vuelta de la esquina.

Con el contexto actual de demanda internacional, no debería haber problema para colocar de forma fluida todo lo que se produzca. Por lo tanto, no es esperable un impacto negativo significativo sobre los precios de los animales de esa generación como consecuencia del aumento de la oferta.

Mirando hacia adelante, se sabe que en la ganadería hay ciclos, por lo que no deberá llamar la atención que haya años de reducción. Lo que importa siempre, y más aun en el caso de la ganadería, es la tendencia en el largo plazo. Para eso, también se sabe, lo imprescindible es que se generen las condiciones para mantener lo más arriba posible el precio de los terneros.

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