Por razones obvias no puedo opinar del triunfo celeste en 1950 (nací en el 64), pero sí de los ecos de esa gesta que hizo famoso a Uruguay en el mundo perduran hasta hoy varias décadas después.
Es que fue histórico. Era imposible ganarle a Brasil y a “ese Brasil”, en su país, con su gente, con su pelota, con su prensa, con su presión. Imposible para todos... Pero no para Uruguay.
Bueno, les hablo a quienes no son muy conocedores del Freno de Oro, o de los caballos Criollos, lo que logró este domingo un caballo nacido en Uruguay tiene el triple de significado de esa gesta.
¿A qué me refiero? El Freno de Oro es la competencia madre de los Criollos: una prueba que reune la morfología (lo lindo), con la función (lo práctico) de un caballo. Una competencia que inventaron los brasileños, hace 4 décadas, y que por volumen de caballos y hasta por poder económico la venían dominando en los triunfos.
Para dimensionar lo que es esta prueba, hay que mencionar que para llegar a la final, que se disputa en la Expointer Esteio, próxima a Porto Alegre, se realizan a lo largo de todo el año competencias en todo Brasil, Uruguay y Argentina. O sea: llegan los mejores caballos Criollos de los mejores.
Hace tres años, un caballo uruguayo, el “Colibrí Matrero”, de cabaña “La Pacífica”, ganó el Freno de Oro Ficcc (Federación Internacional de Criadores de Caballos Criollos) que, si bien no es poca cosa, no es el Freno de Esteio...
Pues bien, les dio revancha y logró la máxima prueba en un hecho histórico, pues fue el primer caballo no brasileño en hacerlo para alegría de todos los criadores uruguayos.
Al año siguiente volvió a darles revancha... Y les ganó, de nuevo haciendo historia, pues fue el primer “Bi Freno de Oro” en dos años seguidos.
Pero no hay dos sin tres... Y si ya era récord, este domingo al conquistar su Tercer Freno de Oro en Esteio, el Colibrí Matrero pasó de la historia para ser leyenda...