Uruguay define estrategias de trabajo para mejorar su posición en el mercado global de carnes, con un objetivo claro: ganar competitividad por medios de acuerdos comerciales y con una batería de políticas de promoción del producto.
Martín Olaverry.
Martín Olaverry | Valor Agregado - Rurales El País.
Mientras los mercados avanzan, con varios intentando combatir la ola de coronavirus, Uruguay define estrategias para mirar a futuro el comercio global de la carne bovina e intentar sobrepasar desafíos estructurales para mejorar la competitividad en los países compradores, como es, entre otros, la necesidad de cerrar acuerdos comerciales para lograr una reducción de aranceles en la venta de productos.
En el comienzo de la semana el Instituto Nacional de Carnes (INAC) presentó su Plan Estratégico que busca confeccionar un Instituto “más dinámico, generador de valor, más liviano y moderno, que responda con más agilidad a los requerimientos y menos gravoso”, según había expresado Fernando Mattos previo al proyecto.
El lunes, el Presidente de INAC contó en Valor Agregado que el Plan Estratégico consta de cuatro puntos principales: 1) una agenda defensiva de la carne, la que tiene en cuenta la sensibilidad de los consumidores; 2) la generación de la marca para la diferenciación y la valorización del producto; 3) la mejora de los procesos internos del Instituto con una presencia inspectiva para determinar parámetros y fiscalizaciones; y 4) la mejora de la competitividad.
Los trabajos para la concreción de estos incisos ya están en marcha, a tal punto que el INAC impulsó una campaña de promoción de la carne uruguaya por medio del comercio electrónico en China, en una cadena de comida típica en Japón, e instaló la primera oficina comercial en Beijing, una experiencia que se podría replicar en otras regiones de Asia.
Sin embargo, la competitividad del país es un aspecto que preocupa a públicos y privados, una realidad que quedó demostrada con la performance exportadora de Uruguay en China frente a los principales competidores: mientras todos aumentaron los volúmenes colocados, en Uruguay bajaron.
Para el año que viene se prevé que la brecha arancelaria con el resto de los competidores sea mayor y para revertir la situación, o al menos acortar las distancias, es importante alcanzar acuerdos bilaterales: actualmente hay varios que están en proceso, comentó a Valor Agregado el economista Álvaro Pereira, jefe de Acceso a Inteligencia de Mercados del INAC.
Dentro de los acuerdos en proceso, se destaca el de la Unión Europea y el Mercosur, que ayudaría a contrarrestar las dificultades de la cuota 481; con Corea del Sur, y también se comenzará a trabajar con Indonesia y Vietnam.
Pereira dijo que “cuando uno releva los principales mercados de importación es frecuente encontrar competidores en una situación más ventajosa frente a Uruguay”. Y explicó: “En China, está Nueva Zelanda y Australia con tratados de libre comercio; en Estados Unidos está Canadá y México con situaciones ideales, Australia y Nueva Zelanda con acuerdos y cuotas grandes, pero Uruguay tiene una cuota pequeña; en Japón hay una cantidad muy grande que tienen acceso con aranceles reducidos y solo Uruguay paga arancel completo. En Corea pasa lo mismo y en la UE también”.
Dentro de las estrategias de apoyo a los productores de carnes, el INAC solicitó al Poder Ejecutivo la exoneración del IVA - a 0% la tasa - a la enajenación de la carne ovina, con el objetivo de incentivar el consumo, motivar la formalidad de comercialización y dar señales de apoyo a un rubro que se encuentra en mínimos históricos y puede encontrar en el mercado interno parte de la demanda necesaria para su desarrollo.
Hoy, con un precio del novillo de exportación más nivelado con los países del Mercosur, uno de los principales desafíos para equilibrar la competitividad pasa por la negociación internacional para la firma de acuerdos, como también por la reducción de costos internos.
Uruguay cierra la semana con un mercado de haciendas con mayor demanda de los frigoríficos y con precios que volvieron a subir, a tal punto que ya superan los US$ 3 por kilo al gancho. “El mercado cambió, hay poca oferta y las industrias, en la medida que se terminaron las faenas de Cuota 481 y al haber necesidad para otros mercados, salen con más entusiasmo para la compra de animales en un momento que las lluvias bajaron el nerviosismo de los productores”, dijo Joaquín Falcón. El Director del escritorio Romualdo Rodríguez comentó que el novillo ronda los US$ 3 a US$ 3,05 y la vaca los US$ 2,70 a US$ 2,77 en cuarta balanza.
En la región el precio tendió al alza en Argentina, que llegó a referencias similares a la de Uruguay para el macho, y en los principales estados exportadores de Brasil, que por incidencia directa del real alcanzó los US$ 3,37 a la carne. Paraguay fue el único que bajó hasta los US$ 2,80.
Próximo a cerrar un año intenso para el comercio internacional de la carne bovina uruguaya, el país intenta analizar el comportamiento futuro de los mercados. “No hay dudas de que China va a seguir siendo el principal destino porque los números así lo demuestran”, explicó el broker Juan Lema, director comercial de Agromeals.
Señaló que “actualmente se están haciendo los últimos embarques que van a estar llegando previo al año nuevo chino. Como sucede habitualmente hay algunos ajustes de precios para las llegadas posteriores a esas fiestas”, sin embargo prevé que la demanda del gigante asiático va a seguir siendo sostenida.