El mercado ganadero sigue firme y todos los indicadores así lo reflejan, desde los precios en remates por pantalla hasta el novillo tipo, pasando por los valores de hacienda para faena. La reposición en los remates de esta semana se mostró firme, con precios similares o mayores que en el mes pasado.
Las abundantes lluvias -tardías para algunas zonas- fortalecen la posición de los productores, en un otoño que se presenta con buen clima. El precio del ganado para faena se estabilizó e incluso avanzó algunos centavos, con lotes de novillo especiales que superan los 3,55 US$/kg, aunque la mayoría de los negocios se hacen entre 3,50 y 3,55 US$/kg, a levantar y con plazo. Para las vacas, los negocios se hacen mayoritariamente en el rango de 3,30 a 3,40 US$/kg y las vaquillonas entre 3,40 y 3,50 US$/kg.
Granos. Los precios siguen firmes a nivel internacional, lo que se refleja en las cotizaciones a nivel local. Los principales granos y oleaginosas subieron en torno a 2% en la semana en Chicago, con varios datos que muestran que la demanda global sigue firme y que la producción en los diversos exportadores responde, pero con dificultades.
La incertidumbre climática está latente y cualquier inconveniente puede implicar nuevas subas en los valores.
La soja subió el viernes y en Nueva Palmira algunos compradores ya ofrecían 500 US$/ton.}
También se fortaleció el maíz y el trigo tuvo una leve corrección a la baja. La cosecha de soja avanza lento y se espera una producción que -con suerte- empardaría la del año pasado (que estuvo golpeada por la sequía); pero esto no está garantizado, pues también este año el clima complicó, en especial a la zona del litoral centro, donde se concentran los mejores campos. Se estima que la zafra está ya en 40% vendida, parte de eso a precios inferiores a los actuales. Ahora, los productores se enfocan más en concretar las cosechas y ver cuánto resta para completar la comercialización.
En China, la fiebre porcina africana sigue afectando la producción de cerdos y se informa -con datos parciales- que algunos grandes productores están anticipando ventas para evitar riesgos sanitarios, ante el aumento de casos. Esto puede implicar una baja en la demanda de harina de soja, pero serían efectos transitorios: a la larga habrá que cubrir ese faltante en la producción de carne, con la consiguiente demanda agregada de granos y forrajes.
