El ingreso de lenguas bovinas frescas a Japón generará a la cadena cárnica una ganancia potencial de entre US$ 15 y US$ 25 millones anuales, según determinó un estudio técnico desarrollado por Accesos e Inteligencia de Mercados del Instituto Nacional de Carnes (INAC).
La cadena cárnica uruguaya produce alrededor de 3.200 toneladas lenguas bovinas y el ingreso del producto fresco al mercado japonés hará posible que venda a los mayores precios, superando ampliamente los US$ 9 millones anuales que genera actualmente el producto. Las lenguas bovinas pagan menos aranceles que la carne en este destino y el ingreso quedó habilitado a partir de este mes. Japón abrió sus puertas al ingreso de carne bovina desosada en 2018 y Uruguay es el único país libre de fiebre aftosa con vacunación que ingresa en ese exigente mercado. La habilitación de lenguas frescas, reaviva esa confianza en la sanidad y certificaciones uruguayas. El informe de Acceso e Inteligencia de Mercados de INAC destacó que Japón es el principal importador de lengua bovina del mundo y el comprador más atractivo en términos de precios.
Históricamente representa más de la mitad del mercado, al punto que en 2021 marcó el récord con US$ 340 millones importados.
En términos de precios, el mercado nipón paga valores que más que duplican los de otros exportadores. Como referencia, mientras que Japón registra precios de US$ 8.500 por tonelada, Hong Kong paga US$ 2.400 y Rusia US$ 3.500/ton.
Japón importa aproximadamente 40 mil ton. anuales.
Por otro lado, los principales abastecedores de Japón son Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. El hecho de que sea un mercado con pocos oferentes se explica por los altos estándares de este país en materia sanitaria.
El análisis explicó que la tasa por defecto para las lenguas es de 12,8%. Los exportadores mencionados anteriormente pagan 5,1% (EE.UU. por TLC bilateral, Australia y Nueva Zelanda por ser miembros del CPTPP). Actualmente, Uruguay no tiene ninguna preferencia arancelaria para exportar a este mercado.