Con foco en la tradición, la Asociación Rural del Uruguay realizó la celebración de los 150 años de su fundación, un martes 3 de octubre de 1871, tiempos de la Tierra Purpúrea y las luchas cívicas que precedieron a la creación del Estado moderno.
En el emblemático ruedo central de la Rural del Prado, se hicieron presentes, distintos presidentes y delegados de sus gremiales socias, además de autoridades de gobierno, la Vice presidente de la República, Beatriz Argimón, el pro-secretario de Presidencia Rodrigo Ferrés, el Ministro de Turismo Tabaré Viera y el Sub secretario del MGAP, Ignacio Buffa, el presidente de BROU, Salvador Ferrer. También estuvieron presidentes de Cámaras y gremiales empresariales.
Luego del himno uruguayo, se proyectó un cuidadosamente elaborado video institucional a través del cual se hacía mención a los aspectos más relevantes en la historia institucional con un mensaje final hacia los jóvenes rurales.
Semilla dio frutos... “Venimos a celebrar el trabajo de nuestros mayores, a recordarlos con admiración y respeto que se agiganta con el paso del tiempo y nos seguimos preguntando ¿cómo fueron capaces aquellos hombres y mujeres de construir semejantes cimientos que han perdurado estos 150 años?”, se preguntó el Dr. Gonzalo Valdés Requena.
El presidente de ARU, dijo que “siempre hablamos de los hombres y su esfuerzo, hoy venimos a reconocer, a las mujeres de cada uno de esos hombres, que quedaban solas y al frente de sus establecimientos, lidiando con una naturaleza muchas veces bravía, con un entorno de trabajadores en su mayoría absoluta de hombres, y ellas se hicieron cargo de hijos y de empresas en gestación, porque cuando sus compañeros estaban dando su tiempo para la organización de esta nuestra Institución ellas quedaban al frente de todo y con toda la responsabilidad, ellas fueron nuestras abuelas y tatarabuelas dignas de nuestra admiración y amor inalterables”.
En definitiva, agregó el Dr. Valdés, “nos reunimos para agradecer, reconocer el trabajo de cada uno de los directivos y funcionarios de ARU, desde el que desempeña la más humilde tarea hasta el que ocupa la responsabilidad mayor, y también venimos a pasar un momento en familia, familia grande que además de celebrar a los más viejos les da el espacio y la responsabilidad a los más jóvenes, ellos son los integrantes de ARJU responsables en buena medida de lo que pasará de aquí en más”.
Y finalizó expresando que “la semilla sembrada hace 150 años fue muy buena sin duda, plantada en generosa tierra, ha dado magníficos frutos”.
Pasado y futuro. El Ing. Agr. Guzmán Tellechea Otero, presidente de la comisión de conmemoración, aseguró que ser portavoz de una gremial que cumple 150 años “emociona y compromete”. Destacó que en ese tiempo ARU mantuvo el protagonismo y presencia activa. Y recordó los alegatos expresados por don Domingo Ordeñana en 1871, “reivindicando la condición agropecuaria de nuestro país”. Un mensaje, agregó Tellechea, que no estaba exento de valores morales: “El espíritu de asociación se extiende en el país prodigiosamente, por él se obran maravillas, pero su poder aumenta cuando se favorece su desarrollo con la moralidad. El capital, la actividad, la inteligencia, son elementos que concurren pero que no aumentan; la moralidad cimenta tan sólidamente, que no ha existido ninguna sociedad, tanto en el orden moral como en el orden físico, que haya sido destruida o anonadada, sino cuando olvidó la ley moral de su institución”, decía Ordeñana.
También el fundador hizo referencia a la familia: “No hay verdadero progreso, efectivo progreso, sin la constitución de la familia… la población sí, viene medrando a saltos, como las industrias mecánicas de nuestros tiempos; viene por agregaciones, pero sin elementos constitutivos de familia, que pueden traer con el tiempo la degradación o la absorción de lo que debe sostenerse como carácter nacional”.
Tellechea Otero, 150 años después, marcó la vigencia institucional, “nuestra razón de ser, está definida en la defensa de una cultura rural, apegada a las tradiciones que más definen nuestra nacionalidad, reivindicando valores que refieren a la familia, al hogar y al trabajo”.
Expresó que “celebramos 50 años de desarrollo agropecuario en todas sus dimensiones, tanto en lo económico como lo social”. Y proyectó que “el futuro sigue siendo tan desafiante como el que encararon aquellos visionarios en 1871”.
Por eso, para el Ing. Guzmán Tellechea, “la tarea no está cumplida, nunca lo dejará estar… Y culminó afirmando: “bienvenidas las nuevas generaciones que asuman con espíritu generoso los principios de la institución”.
Sello y artistas. En el acto se realizó la presentación y matasellado del sello emitido por el Correo Uruguayo en homenaje a la gremial, en presencia del Cnel. Rafael Navarrine, presidente del Correo Uruguayo, acompañado de los directores Julio Cesar Silveira y Jorge Pozzi.
La actividad finalizó con un espectáculo folklórico con los más reconocidos artistas de las nuevas generaciones de cantantes folklóricos del país, acompañados por dos grupos de baile tradicional, uno proveniente de Tacuarembó y de reciente suceso en un concurso televisivo, el otro de Canelones.
Además, actuaron Catherine Vergnes, Carlos Malo, Felipe y Javier, Copla Alta, Duro e Boca y Los Zorzales. Los payadores Juan Carlos López y Gabriel Luceno realzaron los valores camperos de la parte artística, la que se cerró con una muestra de tropillas de variados pelos de la raza Criolla. La potente voz de Catherine Vergnes interpretando El Entrevero, tema de Santos Inzaurralde, en medio de 80 potros lanzados al galope en torno al ruedo dio magnífico final al sentido acto.
Homenajes. Se realizaron homenajes, a los médicos rurales en la persona del Dr. Germán Casas, oriundo de Tala; a las maestras rurales en la persona de la maestra Lorena Fregueiro, de la escuela rural número 102 de Berachí, Cerro Largo, quien concurrió en compañía de sus cinco alumnos.
Finalmente se hizo un reconocimiento a un joven ingeniero agrónomo, Martín González, quién recorriera el país a caballo visitando estancias para involucrarse a partir de esta experiencia en la vida rural.
